Apps, la panacea de la innovación?
Para quienes estamos inmersos en los ecosistemas de #innovación, ya nos hemos habituado a escuchar, ver y leer que se consideran a las aplicaciones para móviles (#apps) como la solución mágica a los desafíos y oportunidades que la sociedad demanda, atribuyéndole incluso dotes disruptivos y otros atributos sobrenaturales. Esto también podía ser la respuesta natural de estar inmersos en medio del período de convergencia tecnológica digital. No obstante, muchos apenas saben qué es este período, y por lo tanto tampoco saben qué es una app como sistema de información, ni menos como se constituye un sistema de este tipo, pues generalmente actuamos como simples usuarios frente a ellos, utilizando app y software de manera muy cotidiana. Pues les explico de qué se trata una app.
La palabra #App proviene del inglés "application", denominación que hace referencia a un software, o programa informático, diseñado como herramienta o para una función específica, que puede ser infinitas, dada su versatilidad. Esta amplitud de usos, sumado a la heterogeneidad de ámbitos que demandan soluciones y a la masificación de uso de apps, es la mezcla de cauces que desembocan en un consciente colectivo: considerar la app como primera - incluso a veces única - opción de solución frente a desafíos. Esto se evidencia en ambientes de emprendimiento e innovación (concursos, Hackathons, desafíos, etc), entre las que destacan las apps como propuestas de solución, siendo en muchos casos no pertinentes o inapropiadas, de acuerdo al análisis y contextualización que hacen los equipos participantes respecto del desafíos que se resolverá con una solución innovadora.
Una app, en términos simples, debemos entenderla como sistema de información que tiene procesos #informáticos que realizar (#software) los que se ejecutan de acuerdo a la capacidad del equipo (#hardware) - que en este caso es un teléfono móvil - y buscar entregar funcionalidades al usuario (funciones o usos), que para las apps se carecteriza por la intensidad y adaptación al uso de este tipo de software y de la gama de equipos que utiliza. Por tanto, la complejidad de los procesos para los que presta utilidad una app dependerán de la capacidad de procesamiento del teléfono que la aloja, por lo que es reevante el perfil del cliente y/o usuario que la utiliza, que se condice con la performance de los aparatos que utilizan, y que permitirán que la app "corra" adecuadamente la app. Esto podemos compararlo con los sistemas de realidad virtual, que nos permiten ver y vivir una realidad a través de unos lentes (experiencia que incluso puede vivirse en algunos centros comerciales en los que se han instalado emprendedores con lentes de realidad virtual), y que han logrado efectos grandiosos de simulación, pero no un buen nivel de realismo por la calidad de resolución como para sentirse en un total realidad paralela, tal como lo han logrado algunos juegos de consolas, y esto se debe al hardware, ya que la capacidad de almacenar un equipo que permita un procesamiento de imágenes adecuado todavía tiene un tamaño considerable, al menos, sigue siendo grande ponerse una consola montada en la cabeza con lentes. Sin embargo, han logrado mejor resolución con lentes que están conectados a un equipo de procesamiento más robusto, pero lleva los cables conectados para transmitir los datos generados.
Igual que los lentes de alta resolución es lo que ocurriría con las apps de alto desempeño, ¿estaría dispuesto el usuario a llevar un equipo de mayor procesamiento en la espalda para poder ejecutar los códigos más complejos?, si su respuesta es si, móntele un pc en la espalda permanentemente y desarrolle esa app, pero si es no, restinja las funciones y esperemos que el tiempo avance y que los equipos móviles de mayor performance sean más accesibles y sean de uso para el público al que se dirigen con la solución que desean desarrollar.
Concibamos las apps como un software para procesos simples que se desean automatizar, como procesos de gestión comercial, fidelización, gestión interna; para gestión de datos que requieren de interacción multiusuario, como datos de clientes, calendarios, notas, etc.; para acceso amigable a datos sencillos; para gestión documental, pero sólo lo referido a gestión de direccionamiento, dado que una app como sistema de almacenamiento de documentos es una gran recarga de datos que requiere un complejo algoritmo de gestión de información eficiente. Si deseamos una app innovadora, consideremos el contexto que las enmarca para implementarla, esto es el valor que le otorgan a las funciones y portabilidad los usuarios, la viabilidad económica que significa implementarla, y por supuesto, la factibilidad técnica de su implementación.
En perspectiva del contexto actual, una app nos permite generar soluciones a procesos livianos y ágiles, a bajas cargas de información y procesamiento, no obstante, mirando a futuro cercano, el avance de los dispositivos móviles inteligentes (smartphones) y el mayor alcance de usuarios que tendrán éstos nos proyecta a que en el futuro serán de uso masivo y cotidiano, con lo que las apps sí serán la panacea de la innovación.