Aprender a delegar la comunicación como clave del éxito empresarial
Si no eres el dueño de tu comunicación no eres dueño de ti mismo/a, ni de tu empresa.
Es de sobra conocido el cambio en la comunicación derivado del avance tecnológico. Un cambio que ha beneficiado a muchos, pero que también ha sido como una aguja entrando por la carne para otros. Y, por desgracia, esta aguja se ha clavado en gran cantidad de empresas.
Una empresa, sea grande, mediana o pequeña, en los tiempos que corren, debe estar capacitada para controlar su comunicación y transmitir aquello que desea.
Ahora bien, es fácil encontrarse un problema típico en las empresas: La mala delegación de la comunicación. Del modo que te comuniques serás percibido por otros, y esto incidirá directamente sobre tu marca y el posicionamiento en la mente de los consumidores. Por este motivo, si vas a delegar la comunicación de tu compañía, más vale que lo hagas bien.
Si eres un/a empresario/a mayor, que no entiende muy bien las redes sociales y la comunicación digital en general, cuida bien los siguientes aspectos:
a) No delegues tu comunicación a gente joven por el simple hecho de que "ellos entienden mejor cómo funcionan estas cosas". Una cuestión es tener redes sociales para uso personal y otra muy distinta saber potencia y elevar un negocio a través de las redes.
b) Pese a que esto te parezca algo que no va contigo, gran parte de tu negocio depende de ello.
c) Hay muchos casos en los que es necesario contratar gente que se dedique específicamente a la comunicación en medios digitales. Y es lo más inteligente en la mayoría de situaciones, pues uno no puede hacer todo en la empresa. Sin embargo, es necesario que entiendas cómo funciona cada red, cada medio, y cómo se está llevando a cabo la comunicación de tu empresa en los mismos. Delegar sí, pero sin dejar de lado el conocimiento sobre aquello que se delega, pues sólo conociendo cómo funciona cada medio será capaz de entender si se está llevando a cabo un buen trabajo o simplemente estás tirando el dinero en esfuerzos inútiles.