Aprendiendo del pasado para afrontar los retos del futuro: la gestión del agua en las ciudades
MORPHING es generar cambio. Es impactar contribuyendo al desarrollo sostenible, económico y social para las generaciones presentes y futuras.
Por eso, nuestra Newsletter tiene por nombre MORPHING THE FUTURE. El lema de nuestra RE-EVOLUCIÓN con la que, a través del diseño, la arquitectura y la ingeniería, buscamos contribuir en la creación de lugares más prósperos, inclusivos, acogedores y bellos para las generaciones presentes y futuras.
Hoy inauguramos nuestra Newsletter hablando del reto del agua y cómo podemos hacerle frente desde la creación de soluciones singulares y proyectos innovadores para las ciudades. Sigue leyendo y te lo contamos.
UN POCO DE CONTEXTO Y DATOS
El cambio climático es un hecho objetivo que no entiende de ideologías, la tierra se está calentando a pesar de que el sol está en un ciclo bajista. No sabemos realmente el impacto que este cambio puede tener este cambio, pero, lo más prudente es tomárselo en serio por el bien de nuestro ecosistema y nuestra salud.
El cambio climático está directamente relacionado con los retos a los que nos enfrentamos en materia de agua. Es, posiblemente, el agravante de situaciones como la irregularidad en las precipitaciones y unos periodos de sequía cada vez más intensos.
Entre 2001 y 2018 alrededor de 74% de los desastres naturales estuvieron relacionados con el agua. En 2022 más del 50% de los embalses mundiales mostraron irregularidades en sus condiciones y características naturales.
¿A QUÉ RETOS NOS ENFRENTAMOS EN ESPAÑA?
Se prevé que nuestro país sea más cálido (de 1 a 3º) y seco en 2050. Una parte importante de nuestro territorio está en peligro de sufrir desertificación. Diversos estudios científicos prevén una reducción de las precipitaciones, especialmente en las cuencas atlánticas, la cuenca del río Guadalquivir y el sur peninsular.
La proliferación de fenómenos meteorológicos, cada vez más frecuentes e intensos, son uno de los efectos de la crisis climática que nos acontece. Como hemos podido ver en los últimos años, el litoral mediterráneo ha sufrido largos periodos de sequía seguidos por lluvias torrenciales, provocando graves problemas en la agricultura y pérdida de cultivos.
UNA CULTURA EN TORNO AL AGUA
Si echamos un vistazo a la historia podemos vislumbrar que en España existe una gran tradición en el desarrollo de sofisticados sistemas de riego.
Civilizaciones como los romanos y los árabes inventaron técnicas avanzadas para optimizar el uso del agua como: la construcción de canales, acequias y terrazas con las que distribuir el agua de manera eficiente para la agricultura.
Su importancia era tal, que crearon el tribunal más antiguo de España; el tribunal de aguas, cuyas sentencias no pueden ser recurridas, ya que no se reconoce un tribunal superior en su fuero.
Hoy tenemos la oportunidad de utilizar la innovación para re-evolucionar lo conocido y llegar a nuevas fórmulas. Más sostenibles, eficientes y respetuosas con el planeta y las personas.
¿CÓMO DEBERÍAN SER LAS CIUDADES DEL FUTURO?
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Debemos promover el uso público y el confort climático de las zonas verdes, áreas agradables que mejoran la calidad de vida y son esenciales para mitigar las islas de calor urbanas, mejorar la calidad del aire y fomentar la biodiversidad.
Un buen ejemplo, es nuestro trabajo en urbanización, cuyo enfoque holístico de la planificación urbana prioriza la sostenibilidad, el bienestar de la comunidad y la preservación de los bienes naturales y culturales. Sus zonas verdes son capaces de recoger el 100% del agua de lluvia, cuentan con sistemas de drenaje sostenibles y permiten filtrar y reutilizar el agua.
Debemos crear infraestructuras verdes que ayuden a reducir los efectos de las inundaciones y sequías que afectan cada año a los territorios, promoviendo la conservación de la flora y fauna autóctonas de cada territorio.
Un buen ejemplo es el Parque de Inundación La Marjal en Algorós (Elche) que cumple tres funciones clave. Por un lado, es un perfecto retenedor de agua de lluvia que mitiga los efectos de las lluvias torrenciales y reutiliza una parte del caudal captado para el riego de zonas verdes. Y, por otro lado, es una reserva natural para la biodiversidad y para el ocio sostenible. Sus características y ubicación lo convierten en un punto de descanso para aves migratorias, un hábitat perfecto para especies autóctonas y un enclave muy atractivo para los habitantes.
Nuestro proyecto de la EDAR de Algorós, realizada en equipo con la ingeniería Inncive, recoge ese enfoque y representa una intervención absolutamente integrada en el paisaje.
Debemos promover la construcción de edificios autosuficientes que convivan en armonía con el terreno y la sociedad y consigan un consumo eficiente basado en energías limpias.
Un buen ejemplo es la Torre CEIBA en Málaga. Un edificio biofílico que permite la generación de energía renovable mediante placas fotovoltaicas y un sistema geotérmico para climatización en los aleros de la fachada. Además, cuenta con un sistema de recogida y reutilización de agua pluvial y un jardín vertical de especies autóctonas con el que reviste su fachada y cubierta y ayuda a filtrar y mejorar la calidad del aire de la ciudad.
La inspiración, como siempre, vino de la inalcanzable naturaleza; de esa curiosa mezcla entre cactus y árbol que es la Ceiba (o Barrilete) que atesora en su núcleo, todas las “instalaciones” necesarias para preservar su vida, en las situaciones más hostiles.
Es un buen momento para recuperar las lecciones que sabían nuestros antiguos y de seguir aprendiendo de las lecciones mudas de la vida que nos rodea.
Si quieres saber cómo desde MORPH buscamos re-evolucionar la forma en la que viven las personas. No te pierdas nuestra próxima Newsletter.