Artículo en Efe: Ganar competitividad - El tipo de cambio, la inflación, los tipos de interés y la deuda

Artículo en Efe: Ganar competitividad - El tipo de cambio, la inflación, los tipos de interés y la deuda

Efe

Vemos como hay voces que reclaman la necesidad de que se devalúe el euro a través de un aumento de la oferta monetaria (compra de deuda pública fundamentalmente con cargo a emisión de dinero) para poder ser aún más competitivos.
Veamos hasta qué punto se pretende una mayor competitividad, aumentar la inflación o seguir financiando al Estado a un coste prácticamente cero, teniendo en cuenta el nivel de deuda pública.
Cuando se explica qué influye en el tipo de cambio de una divisa, se suele dar una explicación simplista que viene a decir que las divisas fluctúan de acuerdo a la demanda y oferta de las mismas en los mercados de divisas.
¿Pero qué nos hace demandar más o menos una determinada divisa?
Los factores fundamentales que influyen en la demanda y oferta de divisas son:
–Las exportaciones o importaciones de bienes y servicios.
Es el exportador quién fija la moneda en la que se realiza una transacción internacional, normalmente la suya propia o el dólar americano. Por ejemplo, los países de la zona euro, España incluida, exigirán el pago en euros cuando actúen como exportadores. En consecuencia, los compradores demandarán euros en el mercado de divisas para atender el pago, lo cual provocará un aumento del tipo de cambio del euro en relación con otras divisas.
Al importar sucede justo lo contrario y el tipo de cambio disminuirá en relación con la moneda del país que se demande para realizar la importación.
En consecuencia, si un país es predominantemente exportador, es lógico que su moneda se tienda a apreciar, si es que se cobra en la divisa del país.
Si un país es predominantemente importador, lo lógico es que su moneda se tienda a depreciar si tenemos en cuenta sólo este factor.
–La tasa de inflación.
Si sube la inflación de un país y la de los demás no, aumentan los precios y las exportaciones disminuyen, lo cual ocasiona una menor demanda de la moneda del país en cuestión.
En cambio, las importaciones serán mayores, ya que será más barato comprar en otros países que en el propio. Como para comprar hay que ofertar la moneda nacional, bajará su tipo de cambio en relación a las divisas que se demanden.
–El tipo de interés.
El precio del dinero siempre está asociado a una divisa. Si aumenta el tipo de interés que los intermediarios financieros pagan por los depósitos en una determinada divisa, esa moneda será más atractiva a ojos de los inversores extranjeros, lo cual aumentará su demanda, de tal forma que sube el valor y por consiguiente disminuye su tipo de cambio.
–Las previsiones de apreciación y depreciación.
Las expectativas de futuro también influyen en el tipo de cambio. Si una moneda tiende a depreciarse o las perspectivas económicas no son buenas, los agentes económicos querrán cambiarla antes de que se deprecie más, ofertándola en el mercado a cambio de otras monedas más fuertes.
–La actuación de las autoridades monetarias.
Los Bancos Centrales pueden intervenir comprando o vendiendo su moneda para evitar fluctuaciones agudas de los tipos de cambio. Además, al adquirir divisas deben tenerse en cuenta dos cuestiones: la convertibilidad y los costes de canje.
A) La convertibilidad: es la capacidad de una divisa para transformarse en otra. Resulta que sólo ciertas monedas son convertibles, algunas además con restricciones. Debido a esta razón muchos exportadores fijan el precio de la operación en monedas fuertes, como el dólar norteamericano o el euro, aunque no sean las nacionales.
B) Los intermediarios financieros que operan en los mercados de divisas cobran un porcentaje o comisión por canjear divisas. Así, a los costes de la mercancía importada hay que sumar los de dicho canje. Y no son gastos nada despreciables, hasta el punto de que ahorrarlos fue uno de los grandes motivos para la unificación monetaria de la UE.
Como podemos observar hay varios factores que influyen sobre el tipo de cambio y es la autoridad monetaria la que suele tratar de influir puntualmente para que un país o zona monetaria mejore artificialmente su competitividad, aunque sea sólo momentáneamente ya que una cosas es la competitividad nominal y otra la real.
Imaginemos que el BCE decide comprar bonos del Estado en los principales países de la eurozona que se encuentren con más problemas de financiación y lo hace a costa de emitir dinero. A corto plazo conseguirá que baje el coste de financiación de los nuevos títulos emitidos y que baje el tipo cambio (Por ejemplo de 1,2 $/€ a 1,1$/€). Por otro lado es lógico que se produzca una inflación mayor.
Como podemos observar, una primera intervención emitiendo dinero y forzando los tipos a la baja hace que baje el tipo de cambio, pero este hecho a medio plazo impulsará una mayor inflación que reduce la competitividad del país. Esta medida suele tener un efecto positivo sobre la competitividad en el corto plazo generando inflación y muchas veces neutralizando la primera ganancia de competitividad.
Es momento de que tanto los empresarios como los políticos tomen medidas de mejora de competitividad real y de largo plazo, dejando que los mercados de capitales fijen el precio del dinero y los mercados de bienes y servicios la inflación.

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