“Artificial”: un libro imprescindible, escrito (todavía) por la inteligencia humana

“Artificial”: un libro imprescindible, escrito (todavía) por la inteligencia humana

Empecé el año atrapado en este libro que recomiendo, diría de lectura imprescindible, si queremos estar mejor preparados para el 2024. Me refiero a Artificial de @marianosigman y @santiagobilinkis. Me encantó como integran temas bien prácticos (tips para armar un buen “prompt” o los usos e impactos en la educación, en la salud, etc.) con los principales hechos históricos y personajes que antecedieron al surgimiento de la Inteligencia Artificial, desde Turing a Einstein, Oppenheimer, Harari… y a numerosos contribuyentes menos conocidos de los últimos años. A la vez, incluyen reflexiones profundas desde la filosofía (Sócrates, Marx, Hegel…), sobre el papel protagónico del lenguaje, sobre el impacto de la IA en el trabajo, y sobre los peligros de extinción de la Humanidad como uno de los posibles riesgos (¡no menor!) asociado al desarrollo de la IA.

Pero ahí no termina la cosa, porque también incluyen notas de color como el hecho de que la obsecuencia de los nazis de saludar con el “Heil Hitler”, incluso en sus mensajes cifrados, fue una de las claves para que Turing y su equipo pudieran encontrar como desencriptar sus mensajes, o la misma historia de vida de este matemático, un hombre que contribuyó tanto a salvar a la Humanidad del Nazismo, pero fue condenado por su homosexualidad y termina quitándose la vida (con tan solo 41 años) por los prejuicios imperantes de la época. O, la mención al inefable Borges, en este caso con Funes el Memorioso y la explicación de la capacidad de abstraer, señalando que justamente la memoria de Funes, tan detallada, entorpecia el pensamiento inteligente. Y, sin ofender a Borges, hasta aparece la recomendación del “Dibu” Martinez a Dybala sobre a dónde dirigir uno de los penales que dieron el triunfo a la Argentina en el mundial.

Otra característica para destacar de este libro es que pone de manifiesto algunas de las paradojas que acompañan a estos desarrollos (paradojas que ocurren casi a todo nivel, aunque a veces no las veamos o no las queramos ver). Por ejemplo: es probable que, si un día, la IA llega dominar y hasta a maltratar a los humanos, no lo hagan porque sea tanto más poderosa, sino simplemente porque sea lo suficientemente inteligente como para aprovecharse de nuestras debilidades, de nuestros “pecados capitales”. En parte ¿no estamos ya siendo dominados y “maltratados” por los algoritmos de Internet y las redes sociales?

Otro aspecto que valoré es la amena explicación sobre cómo se llega a desarrollar la IA. Empieza explicando que (por suerte) cada neurona de nuestro cerebro tiene una función muy simple: escucha a otras neuronas y se enciende o apaga. En red, miles de millones de ellas crean infinitas conformaciones de neuronas encendidas y apagadas, que, en capas, establecen múltiples representaciones. Las representaciones de una capa sirven como elementos de base para las capas siguientes, que van permitiendo una abstracción mayor. La interacción con el mundo nos va dando feedback, lo que nos permite establecer patrones de conexiones neuronales, que van mejorando nuestra eficiencia en las respuestas que damos al entorno y a sus desafíos. Así, a través de ese feedback y la identificación de patrones es que se produce el aprendizaje humano.

Ponen en juego otro concepto que permite entender el funcionamiento de nuestro cerebro. Lo que se denomina la función de valor: cuán bien logro algo. El cerebro está siempre buscando lograr o mejorar algo…

Mucho de la IA se explica por el proceso que recién presentamos: trabajar por capas que se complementan, que conforman representaciones y sirven para abstracciones mayores, con funciones de valor y procesos de feedback que optimizan la búsqueda de algo. Pero claro, para que se diera la revolución del ChatGPT (tal como la conocimos desde Noviembre del 22, con las variantes que surgieron en el 2023 y las que están llegando en este 2024), fue necesario que coincidieran y se integraran varios otros desarrollos en paralelo que están explicados de manera clara en este libro, a saber: a) el salto enorme en el poder de cómputo, b) Internet y la posibilidad de disponer de todo el saber humano a un click de distancia, c) la aparición de la arquitectura de procesamiento GPU, que a diferencia de los CPU tradicionales de nuestras computadoras (más secuenciales), permitieron cálculos en paralelo y aceleraron enormemente los procesos… constituyeron factores clave para que la IA actual tomara forma.

Un lenguaje increíblemente humano, aunque no tiene idea de lo que nos dice…

Pero otra serie de coincidencias debían hacerse presentes. Así como los GPU, inicialmente pensados para potenciar a la industria de los juegos digitales con una gráfica asombrosa, después terminaron agregando mucho valor a la IA, otro desarrollo pensado inicialmente para mejorar los traductores de idiomas se convirtió en otro componente fundamental: lo que se conoce como los Transformers. No se trata de los juguetes que usan los niños, sino de un algoritmo que sirve para decidir cuánto peso darle a diferentes palabras o elementos de una secuencia, y que término conviene más agregar a una frase, y así contribuir a lograr que una maquina que no piensa ni tiene idea (consciencia) de lo que responde, lo hace en un lenguaje tan humano que nos genera empatía y ganas de decirle: “Gracias, hermano”. ¡Aunque no sirva para nada este agradecimiento!

Solo faltaba la frutilla del postre: cómo entrenarla. Ahí aparecen las redes generativas adversariales en las que dos redes neuronales compiten entre sí por cual mejora lo que logra la otra, generando una espiral de mejora y aprendizaje que vuela a velocidades increibles, permitiendo que en muy poco tiempo una maquina pueda, por ejemplo y desde la nada misma, aprender a jugar al ajedrez al punto de ganarle al campeón humano de ese juego.  Así de ¡fácil! terminamos desembocando en lo que se llama ChatGPT… GPT por Generador Pre entrenado basado en Transformers.

Dado que me dedico, junto a mis socios, al desarrollo de Juegos de Simulación de Negocios para Capacitación en empresas y universidades (que ahora potenciamos con la IA), y que mi segundo libro, “Inteligencia Lúdica”, habla de estos temas, no puedo menos que alegrarme cuando estos destacados autores señalan que “aprendemos mediante la simulación (principalmente a través del juego y en los sueños)”

Mis felicitaciones y agradecimiento a Mariano y a Santiago, por este viaje apasionante a las entrañas de la IA, que reune muchas más enseñanzas de las que se pueden incluir en esta nota. En particular, no quiero espoilear el final, pero sí sacarme el sombrero ante él. Me parece digno final para una novela de ciencia ficción, si no fuera porque puede convertirse en una trágica realidad…

Pero para que esta nota no caiga en la sola adulación, me permito, humildemente, hacer un par de comentarios constructivos:

1. Me hubiera gustado una mención a Spinoza, el padre de la idea de una naturaleza entramada y en permanente producción, y de la convivencialidad; en donde el ser humano no juega ese rol de centro del mundo que  autoproclamamos. Más bien somos solo un eslabón más en una naturaleza que se autoproduce y lo contiene todo, en la que no hay lugar para la ilusión (por no decir el autoengaño) de que algo puede estar por fuera, en el centro, antes o después que ella…

2. En un momento se hace una reflexión muy interesante sobre 3 términos, ligados aunque enfrentados: rigidez, elasticidad y plasticidad. Me llamó la atención que Mariano y Santiago, siendo del palo de @emilianochamorro (uno de los promotores principales de este libro) y del enriquecedor espacio del Instituto Baikal, no aparezca en esta parte o en alguna del texto (a menos que se me haya pasado por alto) ninguna referencia al concepto de antifragilidad, que aplica a lo que está pasando con la IA, no solo por la sorpresa que fue, sino por las sorpresas que nos deparará…

¡Me encantará recibir tus comentarios!


Marcos Cristal

marcos@marcoscristal.com

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