ATRAVESAR EL TÚNEL CÓSMICO

Atravesar el túnel cósmico

“Si quieres conocer el pasado, entonces mira tu presente

que es el resultado. Si quieres conocer tu futuro,

mira tu presente, que es la causa”

Estos días he estado preocupado de como iniciar mi camino de publicaciones de   contenido que agregue valor a mis clientes ideales en esta poderosa y hermosa red profesional, y debo reconocer que no me ha sido fácil escoger mi punto de partida que refleje mi gran propósito.

Hoy día recorriendo mi biblioteca personal me encontré con un libro muy interesante, escrito el año 2013 por José Antonio Bustamante, Psicólogo, Diplomado en Desarrollo Organizacional de la Universidad de Chile y Máster en Innovación de la Universidad Adolfo Ibáñez, que nos plantea el tema del “Valor de Innovar y cómo los líderes transforman ideas del futuro en ventajas del presente”.

Por fin me logré iluminar con un tema tan interesante, y en que valiéndose de la figura matemática y teórica del puente de Einstein-Rosen o también llamado “agujero de gusano” formulada por dos extraordinarios científicos en 1935, el autor del libro plantea de una manera muy visionaria, que a partir de la segunda década del siglo XXI habrá grandes desafíos para las organizaciones, los cuales afectarán la forma de operar, las características de quienes las integran e incluso el propio lugar físico de trabajo. Y aunque no tengan la vocación o intención de convertirse en viajeros espaciales, los líderes y emprendedores de hoy deberán atravesar su propio puente Einstein-Rosen para viajar al futuro y traer al presente nuevas ideas, modelos y formas de pensar si quieren que sus empresas sigan existiendo. La innovación no será una opción para las compañías del futuro, será un imperativo que todo líder deberá tener en cuenta para generar y capitalizar, junto con sus equipos, mayor valor y conocimiento.  

Sin duda, el tema de la innovación es uno de los mas recurrentes al interior de las organizaciones y es prioritario para todos sus niveles. ¿Pero cómo es posible que un enfoque de liderazgo centrado en la innovación pueda generar valor a las organizaciones, especialmente si no es una empresa de grandes dimensiones ni se tiene una gerencia especializada dedicada al área de innovación. La respuesta está en el rol del líder como guía y articulador de talentos, en su capacidad de realizar un cambio en su forma de pensar y desarrollar las competencias apropiadas que propone el modelo de Liderazgo Orquestador. Sólo así la innovación podrá desarrollarse en forma sistemática y sostenible, transformándose en una practica real y finalmente en una ventaja competitiva para cualquier organización que sepa como viajar a ella.

    Por último, una reflexión: desplegar el poder creativo de las personas y del equipo de trabajo implica también atreverse a ir más allá de lo que tal vez se tenía previsto como expectativa inicial, pues algo que comienza como como una oportunidad que se torna viable, a medida que se avanza en el proceso de desarrollo de los proyectos, aumenta la ambición de querer ir aún más lejos y no conformarse con lo logrado. Se desea que el nuevo producto, servicio o proceso tenga lo antes posible vida propia y aporte el máximo de valor. Se parecerá así a la fábula del pez de papel que aprende a nadar y que luego no desea verse restringido de ninguna forma. Ojalá eso también le ocurra al líder en el camino al futuro y en su retorno al presente con un gran cúmulo de oportunidades que se transformen en procesos de innovación exitosos, con vida propia y con una generación de valor tan grande para llegar incluso, hasta la profundidad de los océanos.

Dejo hecha la invitación a iniciar el recorrido:

“En una remota aldea de Japón, Dashinji, una maestra de origami, creó un bellísimo pez de papel. Este le dice que se siente solo y ella le construye todo un mundo de papel: un océano, algas marinas, un pulpo y otras criaturas. Mas el pez le ruega que lo deje libre en un océano de verdad, para sentir el roce del agua y conocer los misterios de las profundidades. A regañadientes, la maestra se desprende de su creación y lo deja libre aunque está convencida de que el pez será destruido, ya que las cosas imaginarias debe quedarse en sitios imaginarios, sin embargo, y para sorpresa suya, el pez se vuelve real y parte de algo mucho más grande de lo que la maestra hubiera podido imaginarse. ¡Quiero el mar de verdad! – gritó el pez – confía en mí y me volveré tan real y tan lleno de sangre y espinas como cualquier pez que nada en las profundidades del océano”.