No basta con reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y sustituir los combustibles fósiles por renovables para lograr una neutralidad cero

Para cumplir el objetivo climático en los próximos 30 años las viviendas deberían combinar una excelente aislación térmica y ser calefaccionadas por bombas de calor, una gran mayoría de vehículos eléctricos y camiones en base de hidrógeno circulando por las calles y carreteras, un gran desarrollo de paneles solares y energía eólica y adicionalmente, plantas y máquinas que permitan capturar las emisiones inevitables de CO2.

Las emisiones de CO2 del transporte, la calefacción y la refrigeración de edificios y la industria se podrían reducir hasta un 95% con las tecnologías actuales y las energías renovables. Esta transición, en cualquier caso, se va a producir, nos guste o no. El petróleo, tarde o temprano se va a acabar, y no nos quedará más remedio que recurrir a las energías renovables. La clave reside en producir electricidad fotovoltaica de manera masiva en verano y almacenarla en depósitos, para luego utilizarla en invierno.

Para llegar a este escenario, más del 60% de los techos de los países deberían estar cubiertos con paneles solares y se debiese aumentar la producción mundial de energía eólica en el invierno. Este sistema energético contaminará menos y será más económico que los actuales en uso.

Para lograr una neutralidad climática en 2050, no bastará con reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y sustituir los combustibles fósiles por renovables. Será necesario también eliminar miles de millones de toneladas de CO2 de la atmósfera.

Existen básicamente dos enfoques. El primero es el enfoque biológico que aprovecha la capacidad natural de los árboles y las plantas para capturar y almacenar el CO2 mediante la fotosíntesis a través de la eliminación biológica del dióxido de carbono con la reforestación y las prácticas agrícolas que fijan el carbono en el suelo.

El segundo enfoque consiste en las soluciones tecnológicas que extraen directamente el CO2 del aire, como la “Captura Directa del Aire” (DAC) y que ya se ha incorporado a esta carrera de neto cero. Estas tecnologías son capaces de retirar los gases de efecto invernadero, el CO2 desde la atmósfera, para almacenarlo permanentemente bajo tierra.

La empresa Climeworks, en colaboración con la islandesa Carbfix, pusieron en funcionamiento la mayor planta del mundo capaz de filtrar el dióxido de carbono de la atmósfera, mediante esta tecnología. La Agencia Internacional de la Energía (AIE) y el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas consideran que la DAC y otras tecnologías de captura y almacenamiento de CO2 son imprescindibles para limitar el calentamiento global a 1,5 °C y lograr la neutralidad climática en 2050.

La planta Orca, está situada cerca de Reikiavik, Islandia y se alimenta de la electricidad de una central geotérmica cercana. Los filtros de los colectores separan el CO2 del aire; luego, el gas se mezcla con agua y se bombea a las capas de roca basáltica a una profundidad que oscila entre los 800 y 2.000 metros y donde permanecerán por millones de años. Fue diseñada para filtrar hasta 4.000 toneladas de CO2 al año y se encuentra actualmente en una fase de arranque y aún no ha alcanzado su capacidad máxima. La capacidad de eliminación de CO2 está aumentando gradualmente y el consorcio ha aplicado las lecciones aprendidas durante el primer año de puesta en marcha de Orca para su próxima planta, Mammoth que será diez veces más potente.

La enseñanza más importante de Orca aportó que el proceso de captura directa desde el aire, combinado con el almacenamiento geológico, funciona como la tecnología de diseño que le permite operar en todas las condiciones meteorológicas, habiendo sido probada en el clima de extremo frío en Islandia, al momento que la planta se enfrentó a condiciones climáticas excepcionalmente duras durante su primer invierno.

Islandia es el punto de partida ideal para poner en marcha la DAC porque combina la abundante energía renovable que proporciona la planta geotérmica de ON Power y una asociación con el experto en almacenamiento geológico Carbfix.

La tecnología también se puede utilizar en otras regiones donde las energías renovables y las posibilidades de almacenamiento geológico estén disponibles.

Según un estudio publicado en 2021 en la revista Nature, es posible almacenar billones de toneladas de carbono en depósitos minerales naturales de todo el mundo y ya se están estudiando otros proyectos piloto para instalar plantas DAC en Omán, Noruega y Corea.

La tecnología DAC se alimenta exclusivamente de energía renovable o energía proveniente de residuos que permiten maximizar el impacto de la eliminación del CO2.

Los niveles de CO2 en la atmósfera son demasiado altos y son responsables del calentamiento global. Seguirán aumentando en la próxima década, ya que las emisiones que son muy difíciles de eliminar cómo, por ejemplo, las de la aviación, el cemento y el acero, seguirán existiendo, al menos en un futuro próximo. También habría que relocalizar una parte de la producción industrial de lugares lejanos a territorios cercanos y regionales que balancearán las importaciones procedentes de Asia a lugares como Europa y América Latina, reduciendo en forma importante la huella de carbono de miles de naves en los océanos.

148 países miembros de la ONU, de un total de 198 naciones, han anunciado que desean alcanzar la neutralidad climática, tal y como recoge la plataforma Net Zero Tracker y representan el 88% de las emisiones mundiales y el 85% de la población del planeta.

La reducción de las emisiones debe ser la prioridad número uno, ya que una tonelada de CO2 evitada siempre será más barata que una tonelada de CO2 eliminada de la atmósfera.

La mayoría de los gobiernos del mundo pretende conseguirlo para el 2050. Trabajemos todos en esta dirección.