Big Pharma. La regulación Pirata
La industria farmacéutica vivió su apogeo en los 80’s y 90’s. Una época de fuertes ingresos dominada por fármacos superventas como Lipitor, Plaxix, Zoloft… Es una época en la que la industria entra en un nuevo clima de negocios, caracterizada por la emergencia de monopolios y altos ingresos. Es la época en la que una emergente población de activistas acuña el termino Big Pharma y la industria comienza a estar bajo sospecha.
Cómo consecuencia, surge la necesidad de control por parte de las organizaciones públicas y nacen la EMA en 1995 y la FDA en 1997.
El caso de la industria farmacéutica es una introducción perfecta de cómo situaciones de monopolio, fuertes ingresos y regulación, son históricamente los principales catalizadores de los fenómenos de piratería. Así, por ejemplo, el monopolio del imperio español en la explotación de los recursos del Nuevo Mundo coincide con la época dorada de la piratería. La Ley Seca en Estados Unidos y su fuerte regulación, es también la época del gánster más famoso de la historia, Al Capone. O, por poner un caso más reciente, Uber, que ha revolucionado el concepto de movilidad urbana. Lo ha hecho en un sector fuertemente regulado y en situación de monopolio.
De alguna manera los piratas de hoy encuentran la forma de ser legales.
Si extendemos esta hipótesis a la industria farmacéutica, podríamos decir que los “piratas” más recientes a los que se enfrenta, son los Genéricos y Biosimilares. Ambos vienen a romper el monopolio y ambos construyen su valor a partir de los fármacos originales, en una clara situación de ventaja.
Especialmente la llegada de los biosimilares hace que la industria se enfrente a un cambio de paradigma sin precedentes. La industria se enfrenta a precios que se estiman entre un 25% y 30% más bajos. Pero el precio no es el único factor de disrupción en el mercado. Hoy se hace evidente el interés de grandes tecnológicas como Apple, Samsung o Google en el negocio de la salud. Parece una intrusión, pero en realidad es un proceso que comienza la propia industria en los 80’s cuando inicia la fusión de procesos químicos y tecnológicos.
Pequeños emprendedores entran también en juego. Sage Bionetwork, fundada en 2009 como una spin-off de la farmacéutica Merck, colaboran con laboratorios de instituciones académicas como Columbia, Stanford, University of California o con farmacéuticas como Biogen o Novartis.
En un análisis más amplio, y para entender mejor el contexto al que se enfrenta la industria farmacéutica, es necesario mencionar la influencia de la ya famosa Sociedad de la Información. Su principal consecuencia es que acelera cualquier proceso de innovación y de gestión de conocimiento. Cuando unimos esto a la fuerte regulación del sector, entendemos que lejos de ayudar a la industria, la pone en situación de desventaja.
La regulación hace que la industria sea pesada y lenta.
Por un lado, emergen organizaciones y plataformas abiertas de conocimiento y, por otro, la industria protege su inversión, ocultando su información e ideas. Mientras plataformas como Open Science Framework o Cochrane promueven entornos de investigación colaborativos que apelan al rigor científico la industria atiende burocracias.