Blockchain y el futuro que promete (1° Parte)
INTRODUCCIÓN
Hacía los años 70, Don Tapscott, experto en tecnología empresarial, anunció el impacto de Internet en nuestras vidas. Aunque, al inicio, enfrentó duras críticas que pusieron en riesgo su imagen, terminó recibiendo el apoyo de diversos emprendedores que asimilaron el mensaje para crear nuevos modelos de negocios (Muchos conocen la historia de Larry Page, Jeff Bezos, Jack Ma y sus corporaciones).
Hoy en día, argumentar que el Internet es solo "una herramienta de alta velocidad que facilita la comunicación y el acceso a la información” es una evasión tan flagrante como ocultar el impacto de la agricultura y la imprenta. Gracias al Internet -un pilar de la Tercera Revolución Industrial-, podemos conectar con nuestros seres queridos, reducir costos operacionales significativos, simplificar nuestras actividades, fomentar la inclusión de personas con discapacidad, estimular la investigación, mejorar la calidad de los servicios y contribuir con el medio-ambiente.
No obstante, creer que nuestras vidas poseen plena comodidad es una idea ortodoxa, pues ahora somos parte de una nueva revolución, sostenida por la convergencia entre la biología y la tecnología, a través de la automatización, el Internet de las Cosas (IoT) y el inesperado Blockchain, que ha obligado a los expertos a proclamar la "Cuarta Revolución Industrial".
El impacto del Blockchain fue anunciado por el ya mencionado Don Tapscott, por medio de una charla magistral en TED (Ver video) y de su libro "La Revolución Blockchain", un emblemático estudio que demuestra que, de todos los pilares de esta nueva era, esta tecnología tendrá un impacto tan significativo como el Internet.
El Blockchain influirá en nuestras vidas de tal forma que podremos preservar la privacidad, la confianza y la seguridad. Podremos intercambiar valor -desde dinero hasta contratos de compraventa-, sin necesidad de intermediarios. Podremos seguir el recorrido de nuestros aportes sociales -como las donaciones-, verificando que no caigan en manos equivocadas. Podremos acceder a préstamos sin precisar de cierta posición económica. Hasta podremos reconstruir la democracia a través de un voto auténtico y transparente.
De hecho, son tantas las aplicaciones y consecuencias de esta tecnología, que las próximas líneas no harán más que animar al lector a fortalecer sus proyecciones; pues, en palabras de Tapscott, “el futuro es para los que invierten en comprenderlo”.
(Continuará...)