Bosques emblemáticos: el robledal de Tronçais
Viajamos a Francia para abrir una sección de dedicada a casos prácticos de gestión forestal (1). En esta ocasión nos asomaremos a uno de los robledales más emblemáticos de Francia, país del roble por excelencia: la forêt de Tronçais, donde he estado de visita este verano. Con cerca de 4,5 M de ha de robledales (Quercus robur y Quercus petraea), que representan el 30%-40% de la superficie de robledales europea, Francia es el segundo productor mundial de madera de roble del mundo después de EEUU (2). Pues bien, en torno a diez mil de estos varios millones de hectáreas de robledal de Francia se encuentran en el bosque de Tronçais, propiedad del Estado, gestionado por la ONF (Office National des Forêts) . La ONF es la entidad que se encarga de la gestión de los montes públicos franceses a lo largo y ancho del país, incluidos los bosques de ultramar. Con más de 8.000 profesionales, heredera de los servicios de “Aguas y Bosques” del Estado, es una de las organizaciones de gestión forestal más significativas del mundo.
El robledal de Tronçais es un ejemplo de gestión forestal estructurada y secular. Se trata de uno de los 15 bosques que han recibido el sello Forêt d´Exception, un reconocimiento creado por la ONF para distinguir la excelencia de la gestión de determinados bosques y su patrimonio único en términos de historia, paisaje, biodiversidad o producción de madera de especial valor. La especie principal es el roble albar (Quercus petraea) con presencia también haya y pino silvestre. Se encuentra en el departamento de Allier, muy cerca del centro geográfico de Francia.
El bosque de Tronçais suele asociarse a la famosa Ordenanza Forestal de 1669 de Luis XIV, conocida como ordenanza Colbert, para proteger y restaurar los recursos de madera, especialmente el roble, y asegurar así las necesidades futuras de la construcción naval del Reino. La ordenanza reunió y organizó las normas más antiguas forestales y se considera el origen del Código Forestal francés, bajo el que se rige actualmente la gestión forestal. Si bien esta ordenanza sentó las bases para la reconstitución del bosque de Tronçais, no consiguió acotar la excesiva presión sobre sus recursos, como señala la ONF. Lo que realmente ha configurado su aspecto actual y permitido que sea el bosque emblemático que es hoy, ha sido el mantenimiento sistemático y ordenado de un modelo de gestión forestal diseñado e iniciado hace casi 2 siglos por Joseph Louis Buffévent, “Maestro de Aguas y Bosques” e inspector forestal. Mediante un proyecto de ordenación de 1835, introdujo el principio de la silvicultura regular en Tronçais, pensado para producir madera de gran calidad a cerca de doscientos años vista.
Paseando por estos robledales monumentales pienso en lo que significa y en cómo han llegado hasta aquí.
Pienso en la paciencia organizada y generosa de quienes pusieron en marcha este sistema, y de tantas generaciones de gestores forestales que han pasado por aquí y han respetado un modelo productivo que traslada la mayor parte de los beneficios de sus actuaciones a la sociedad que vendrá más de un siglo y medio después.
Pienso en la capacidad de una nación en mantener tantos años un modelo de gestión que requiere mucha disciplina y organización. Proyectarse a dos siglos vista y trabajar para las necesidades futuras con esta visión intergeneracional debería servirnos de inspiración en nuestra sociedad actual. Es una de esas buenas “taras” que tenemos los forestales a pesar de todo.
Por supuesto que cada generación ha obtenido frutos de este sistema, cortando lo que le tocaba, cosechando ni más ni menos que lo que era necesario para que el modelo funcionase. Cada generación saca partido cuando toca cosechar una parcela que había llegado a su madurez, aprovechando árboles de una dimensión y calidad excepcional. Pero también, cada gestor debe asegurar la regeneración y el cuidado de las parcelas que cosecharán en siglos venideros, a modo de legado. Para ello deben hacer claras periódicas para extraer únicamente los peores árboles o los que no favorecen el desarrollo de los árboles de porvenir.
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Rodal de roble en Tronçais. Foto: David García Castillo
Los robles de Tronçais tienen un crecimiento en grosor muy lento motivado por la selvicultura en futaie régulière. Con este método selvícola se fomenta una alta densidad de árboles de edades y tamaños similares en cada rodal para favorecer la calidad de la madera, con troncos rectos, bien conformados, sombreados, con anillos de crecimiento muy estrechos que confieren a su madera un grano muy fino y apreciado para la fabricación de las barricas, con una calidad mundialmente conocida para envejecer los mejores vinos. La producción anual de madera de Tronçais es de 50.000 a 60.000 m3, si bien buena parte corresponde a las claras de mejora, en las que se extraen árboles de peor calidad de madera, los mejores lotes han llegado a venderse por cerca de 1.000 €/m3 en pie. Las cortas de regeneración se hacen cuando los árboles alcanzan una edad entre 200 y 250 años, según el rodal, con cortas diseminatorias para asegurar la regeneración natural, y una corta final en la que se dejan algunos árboles por hectárea para favorecer la presencia de ejemplares muy viejos que morirán en el monte.
Este método está contestado por muchas personas porque supone cortar superficies de cierto tamaño de rodales magníficos que parece que han llegado hasta aquí de forma espontánea y natural, a pesar de que es fruto del diseño y el trabajo minucioso de muchas generaciones de forestales.
Las parcelas recién cortadas chocan a los visitantes desconocedores de este sistema que ha tenido éxito y ha dado como resultado un bosque excepcional precisamente por la aplicación sistemática de este tipo de cortas a lo largo de dos siglos
Estas cortas de regeneración y las claras de mejora han conseguido conformar el bosque tal y como es ahora y obtener árboles de grandes tallas y edades, cuidando el equilibrio de edades a escala de toda la propiedad. Sin entrar a valorar de momento los pros y contras de este modelo en futaie régulière, que ha dado resultados excelentes y demostrados en casos como en este bosque, se trata de un sistema que requiere una gran capacidad financiera, grandes superficies y un espíritu de espera difícil de aplicar en bosques privados y de menor tamaño.
¿Cómo sería este robledal si no se hubiera gestionado de esta manera? No lo sabemos, pero los más de 70.000 visitantes anuales que visitan este bosque pueden tener la certeza de estar en uno de los mejores bosques de Europa. La utilización de la madera de estos árboles a sus más de 200 años, con diámetros que llegan a los 70 cm, para envejecer vinos de calidad o para fabricar muebles y vigas de roble, da inicio a una segunda vida útil de estos árboles en nuestros hogares, es una buena manera de rendir tributo y honorar el trabajo y el éxito de tantas generaciones de forestales. Sin duda una referencia y una fuente de inspiración.
(1) Este artículo se inscribe en una serie más amplia de artículos dedicados a la gestión forestal.
(2) Le chêne autrement. Jean Lemaire - CNPF-IDF - 2010
Animation Campus Euskampus Bordeaux at Euskampus Fundazioa
2 añosNicole Forstenzer Céline Girault Bérénice Kimpe Claire Ardilouze Anne Chapalain Julieta Barrenechea