Brecha digital vs. Avalancha digital
Hace unas semanas acabé la impartición del curso "Herramientas digitales para la venta a distancia". Los participantes eran personas de una media de 50 años que después de una larga experiencia laboral como comerciales se habían quedado sin trabajo. Y digo participantes y no alumnos, porque en estos tipos de curso igual de importante es la materia que se imparte por parte del docente como por la experiencia y sabiduría que comparten los que escuchan.
Cuando un comercial a esas alturas de la vida se queda sin trabajo, tiene la sensación de que su experiencia laboral ya no sirve para nada en un mundo absolutamente digitalizado. Incluso he llegado a escuchar que la causa del edadismo es debido principalmente al "analfabetismo digital". No, la exclusión por "exceso" de edad del mundo laboral es debida a una serie de prejuicios estéticos infundados ( falta de motivación, falta de ilusión, falta de energía...y así cien chorradas más) y , sobre todo, a no querer pagar salarios justos y adecuados.
Nos meten en la cabeza lo de la brecha digital y lo de los nativos digitales. Como si las personas de más de 50 años hubiésemos estado en coma los últimos 20 años y no hubiésemos visto en nuestra vida un ordenador o un smartphone. Gente que empezó con el Basic, el Lotus 123, el Word Perfect...que más tarde aprendió a manejarse en Windows, a ser unos cracks con el Office, que dejamos los carretes de fotos para manejarnos con el Drive, que ya hace un tiempo que usamos Canva y no ppt para hacer presentaciones e infografías y que no colgamos más reels en Instagram porque, eso sí, nos sigue dando algo de pudor exponer nuestra vida privada. Y ahora, cuando la tendencia es a simplificar y a hacer cada vez más intuitivas las aplicaciones y el software. Cuando se necesitan menos conocimientos informáticos para usar la Informática (así con mayúscula). Ahora, con todo lo que hemos demostrado en adaptabilidad a los nuevos tiempos, cuando todo es mucho más sencillo, ¿nos acusan de inútiles digitales?.
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Vale, cuando nos ponemos las gafas de leer en la punta de la nariz y usamos el índice de la mano derecha para manejar el móvil no damos confianza digital. Pero una cosa es saber sacar informes de Google Analytics y la otra es saber qué hacer con esos informes. Para lo primero en un par de horas ya puedes saber qué botones tocar, para lo segundo hace falta conocimiento y experiencia del negocio. Y aquí llegamos al quid de la cuestión: el fondo vs. la forma. Los boomers digitales venimos con demasiados pensamientos tramposos incrustados en el cerebro, y eso luego lo reflejamos con una actitud antitecnológica. Parece que el mundo antes del Inbound, el Social Selling, el buyer person o los CRM, no existía. Es la avalancha digital lo que nos paraliza y no la brecha digital. Lo importante sigue siendo conocer al cliente y saber qué decirle y en qué momento. Conseguir su confianza y su fidelización. Y eso es lo que llevan toda la vida haciendo los comerciales. En esencia la manera de vender no ha cambiado, el fondo sigue siendo el mismo.
De la misma manera que sabes conducir y cuando abres el capó del coche parece que estés mirando los misterios del Universo, lo mismo ocurre con el mundo digital. No hay que saberlo todo, sólo aquello que nos sea útil. No se trata de saber hacer una página web, se trata de saber qué poner en un página web. A los participantes del curso que comentaba antes, lo primero fue eliminar esos marchamos indelebles que arrastramos: No me apaño con el móvil, todo va demasiado rápido, mi hijo se maneja mejor que yo. Y lo segundo la demostración práctica que lo complicado es marcarse un objetivo, saber qué es lo que se quiere hacer, después tener claro qué es lo que se quiere decir y por último, y lo más sencillo, es aprender a tocar los botones para crear y divulgar nuestros contenidos. No dejarse avasallar por la avalancha digital. Todos hemos aprendido a utilizar un Excel cuando hemos tenido un problema concreto que resolver. El "fondo" es lo complicado y en eso, a un comercial con 20 años de experiencia no le gana nadie. Aprender la "forma", aprender a tocar botones es la parte fácil, siempre que nos focalicemos y no acabemos dando machetazos a diestro y siniestro como exploradores perdidos en medio de la espesa jungla.
Lo curioso de todo es que ahora con el metaverso volvemos al principio, a tener que hablar "cara a cara" con nuestros clientes, a la vieja escuela de preguntarles cómo han ido los exámenes de sus hijos. A ver si al final llegaremos a ver a dos avatares frente a frente hablándose entre ellos a través del Whatssap o mediante vídeos del Tik Tok.