¿Burnout? Cuando el trabajo “quema”

Agotamiento emocional, fatiga, bajo rendimiento y pérdida de memoria son algunos de los síntomas que presentan quienes padecen burnout, también conocido como “síndrome del trabajador quemado”, y que, antiguamente, nuestros papás o abuelos apodaban como surménage. ¿Por qué traerlo a colación a esta altura del año en que ya no queremos más malas noticias? porque tus colaboradores o incluso tú mismo puedes estar bajo esta patología que la Organización Mundial de la Salud, OMS, ya la reconoce en su clasificación internacional y en enero entra en vigencia como uno de los principales problemas de la salud mental.

Este trastorno está asociado íntimamente al mundo laboral, pues se trata de un estrés crónico que deriva en este síndrome, que se caracteriza por una serie de síntomas y que pueden incluso ocasionar, en situaciones más graves, manchas en la piel, insomnio, dolor abdominal y temblores, entre otros. Instituciones como la Asociación Chilena de Seguridad, (ACHS) sugiere una serie de medidas para prevenirlo como fomentar el apoyo entre compañeros; destacar los aspectos positivos del entorno laboral; y que las empresas se revisen internamente ya que para prevenir el estrés en los trabajadores, deben erradicar o controlar aquellos aspectos que lo generan.

COVID-19 y burnout

La pandemia masificó el teletrabajo como un modo de sortear el confinamiento. Según diferentes estudios, el horario laboral aumentó un promedio de 2 horas diarias. A lo anterior, hay que sumar los efectos que ha traído consigo un horario flexible, en que las jornadas laborales no tienen un principio y fin tan definido. Si de por sí un final de año o último trimestre era difícil de digerir, ahora se hace más pesado aún. Ver a nuestros equipos con mayor nivel de agotamiento físico y psíquico es lo normal, pues hemos sufrido una carga laboral muchísimo más fuerte, con altos niveles de incertidumbre y donde todos hemos tenido que adaptarnos a nuevas tecnologías y formas de trabajo. 

Algunos síntomas del burnout son el agotamiento emocional, irritabilidad, fatiga, pérdida de autoestima, negativismo, bajo rendimiento laboral, estados depresivos, desconcentración y pérdida de memoria.

 Como un buen líder de tu equipo, ya tienes el diagnóstico, ahora te corresponde tomar acción y en nuestro ámbito te podemos recomendar poner foco en tres ejes: comunicación, recompensas e incentivos.

El plan debe mantener una comunicación activa y fluida con tus colaboradores a través de una plataforma idealmente tecnológica, donde se informe a todos los colaboradores de forma entretenida y lúdica con desafíos y mini recompensas ágiles, que sea lo más “racimo” posible con los premios , y transversal a los distintos cargos de la compañía, sin barreras de entrada.

Recompensa la calidad del trabajo por encima de las horas trabajadas. Privilegia la calidad del resultado por encima del tiempo invertido. Muchos incurren en el error de premiar a aquellos empleados que se quedan en el trabajo tiempo extra, en lugar de reconocer a los que rindieron excelente durante su jornada habitual. Además de acompañar la eficiencia, la mejor estrategia para aumentar el compromiso, por parte de los colaboradores, es a través del reconocimiento de logros y objetivos alcanzados. Un gesto sencillo, un mensaje directo con una palabra de apoyo, un like, una comunicación destacando las mejores labores, todas estas acciones son valiosas a la hora de reconocer los éxitos de tu equipo, al tiempo que subes la motivación y alejas el estrés.

Crea un plan de incentivos como una política de tu negocio. Hoy existen múltiples herramientas disponibles, bonos, aguinaldos, premios, incrementos de renta, entre otros, lo que te ayudará a mantener a tus equipos motivados.

Termina el año y ahora nos toca a quienes dirigimos esos equipos, darles las gracias con un beneficio que le alivie en algo su carga, nos ayude a bajar el indicador de “burnout” y tienda lo mas cercano a cero. El llamado es a tomar un plan de acción, devolver la mano y en lo posible fijar límites sanos para todos. Acuérdense que equipos felices y motivados redundan en un mejor ambiente laboral y, en términos financieros, se optimizan los resultados de la compañía.