Cásate con quien “tire dedo” (haga “auto-stop”) a tu lado y que no importe el lugar...

Ella es mi esposa, Paola, pasados los 30s (espero no me odie por eso...), de buen colegio y universidad, trabajadora hace más de nueve años en una empresa mundialmente reconocida y en una posición muy estable. Diría que siempre vivió protegida de potenciales peligros ciudadanos, hasta me atrevería a decir que pocas veces se ha subido a un transporte público terrestre en países latinoamericanos. 

En pleno viaje de vacaciones tuvimos el infortunio de no poder seguir con el automóvil, pues un problema logístico nos dejó varados en la frontera entre Chile y Argentina. Las alternativas eran regresar a un sitio cercano, conservador y ya conocido o empezar una nueva aventura, arriesgarse y ver qué pasaba sin tener claro lo que venía.

En ese contexto empezamos a “tirar dedo” o “hacer auto-stop” y aunque fue incómodo ver cómo pasaban los autos, muchos de ellos vacíos y sin apiadarse, luego de más de una hora, algo de frío y varios momentos curiosos, ¡lo logramos!

Pero lo más importante fue: 

Descubrí una habilidad extra en Paolita haciendo la mímica del rezo y poniendo cara de por favor, aprendimos a entender la incertidumbre como un terreno fértil, tuvimos la oportunidad de conocer un alma caritativa: “gracias Hector”, con una cultura e idiosincrasia únicas y  sobre todo, a conocer a mi esposa en una situación incómoda, límite y excepcional. 

Por todas estas cosas, cásate a quien ames, cásate con quien puedas soñar, cásate con quien puedas conversar, cásate con quien esté dispuesta a tirar dedo a tu lado sin importar el lugar…

P.D. Por favor considera darle un aventón en un futuro a quien lo solicite y se lo puedas dar.