Cómo Administrar el Estrés y Fortalecer tu Liderazgo
En las culturas occidentales, se suele asociar el carácter fuerte con una persona que reacciona, grita y se enoja. En Oriente, en cambio, la persona débil es la que reacciona impulsivamente, mientras que la persona de carácter fuerte es aquella que mantiene la templanza y calma, y responde de manera controlada. Estar en control de tu capacidad de respuesta y acción, manteniendo la paz interna, es fundamental para un liderazgo efectivo.
La Piedra del Estrés
Para los líderes, el estrés puede ser una piedra que bloquea el flujo de energía y el crecimiento tanto profesional como personal. Las fuentes del estrés en el liderazgo incluyen deadlines, acumulación de tareas, momentos en los que estás esperando que otros completen su parte del trabajo, y decir "sí" a más tareas de las que puedes manejar o que no sabes cómo abordar.
Pero hay una fuente oculta, generadora de estrés… Nuestra incongruencia interna, las promesas incumplidas con uno mismo. Las tareas y actividades personales e internas que sacrificas, como no hacer lo que dijiste que harías. Por ejemplo, eliminar hábitos como el ejercicio, la alimentación sana y la lectura que puede parecer inofensivo externamente, pero internamente crea un vacío.
Lenta y secretamente nos carcome esa sensación de falta y de culpa, donde trabajar mucho te estresa también porque no estás con la familia, y a la vez estar con la familia te genera ansiedad porque sientes que deberías estar trabajando.
El Impacto Interno del Estrés
Esta piedra del estrés puede convertirse en una bola de nieve creciente que desciende descontroladamente en una espiral negativa. Según un informe de la Organización Mundial de la Salud, el síndrome de burnout ha aumentado en un 20% en la última década, afectando gravemente tanto la salud mental como la productividad de los empleados. Y hoy ya casi es normal la ansiedad y depresión.
Además de afectar tu bienestar personal, el estrés empieza a manifestarse incluso antes de arrancar una tarea o proyecto. Al estar sobrepasados, empezamos a dudar de nuestra capacidad y de si vamos a estar a la altura de las circunstancias. La concentración, la claridad y el foco disminuyen también y esto nos hace no sólo más propensos a tomar decisiones equivocadas y cometer errores, sino que tendemos a ser menos comprensivos y pacientes con nosotros mismos. Todo esto nos lleva a procrastinar y a evitar, buscando aliviar el estrés.
Pero esto sólo empeora el ciclo. En palabras de Jeff Bezos, fundador de Amazon: "El estrés viene de no hacer las cosas que sabes que deberías estar haciendo". Es decir, el estrés surge en gran medida por no tomar acción. Y es aún más importante y esencial entender que la paz no tiene que surgir solo a la hora de finalizar tareas. Necesitamos activarla y administrarla en cada etapa: antes, al principio, durante y al final de nuestras acciones. Ha de ser el camino, no la meta.
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Estrategias para Administrar el Estrés
Antes de enfrentar la semana, en lugar de pensar "se viene una semana estresante, tormentosa, o infernal", sepamos que "se viene una semana de entrenamiento para mi carácter fuerte". Decí "sí" cuando estés seguro de que entendés bien la tarea, sabés cómo hacerla y tenés el tiempo para realizarla.
Al principio de cada día, priorizar y organizar. Identificar las tres principales "piedritas", tareas del día. Traé curiosidad alrededor de los desafíos y problemas. Conectá con tu seguridad y confianza: con ese "Yo puedo". Y activá tu modo resolutivo y abordá las tareas de hoy, no de mañana. Ocupate, no preocupate.
Durante el proceso, enfrentar los obstáculos con una actitud positiva y confiada. Hablarse con amor en lugar de regañarte. Activar el modo eficiente: y mantener el foco en el SER, en tus valores y cualidades. En el quién hace la tarea y cómo hacés esa tarea. Desde qué lugar: desde esa paz y seguridad, del amor y disfrute.
Al finalizar la tarea, celebrar los logros y sobre todo el hecho de haber actuado desde tu ser íntegro. Verás que desde ese lugar no vas a necesitar relajarte tanto y recuperar energía. De todas maneras, date un respiro. En el fondo el estrés no es inherentemente malo. Lo perjudicial es la falta de recuperación y descanso.
Conclusión
Mantener tus prioridades internas claras y evitar que el estrés te robe tu paz es crucial. Adoptar una perspectiva proactiva y consciente frente al estrés puede transformar tu experiencia como líder. Al enfocarte en tu congruencia, y tu paz, podrás administrar el estrés de manera más eficiente y desarrollar tu carácter fuerte incluso en las situaciones más desafiantes.
Al hacerlo, no solo mejorarás tu bienestar personal, sino que también inspirarás a tu equipo y fomentarás un ambiente organizacional más saludable y productivo. Recuerda, el verdadero liderazgo no solo se mide por la capacidad de enfrentar tareas, sino por la capacidad de hacerlo desde un lugar de paz y autenticidad.