¿Cómo afecta el cambio climático a la soberanía alimentaria de las comunidades? Pláticas y perspectivas con Doña Gloria Ramírez

¿Cómo afecta el cambio climático a la soberanía alimentaria de las comunidades? Pláticas y perspectivas con Doña Gloria Ramírez

Existe un objetivo global que –más allá de ser nombrado por la Organización de las Naciones Unidas como prioritario para el desarrollo sostenible– representa una necesidad en la que toda la humanidad converge: llegar al hambre cero, es decir, que no exista un sólo ser humano que muera a causa de falta de alimento. Si bien muchos discursos nos han hecho creer que la hambruna es el problema, hoy nos queda más claro que nunca que la industrialización de la alimentación y la repartición desigual e injusta de los recursos naturales y económicos son una de las causas más influenciales de la crisis social, ambiental y climática con la que lidiamos. 

En 1996, durante la Cumbre Mundial de la Alimentación, surge un concepto que busca resolver la problemática del hambre en el planeta, y que va mucho más allá de cualquier intento de seguridad alimentaria. La Vía Campesina, un movimiento campesino internacional, pone en la agenda lo que hoy conocemos como soberanía alimentaria, un concepto que implica el derecho de los pueblos y comunidades –quienes producen aproximadamente el 70% del alimento que se consume globalmente– de decidir sobre sus formas productivas, su política agraria, el libre acceso a semillas, la protección ante políticas neoliberales que buscan eliminar sus productos del mercado y la revalorización de alimentos de temporal, culturalmente apropiados, sanos y sostenibles (ETC Group, 2017; La Vía Campesina, s.f.).

Aunque no parezca tan evidente, la industria alimentaria convencional es causante de una gran parte de las emisiones de gases de efecto invernadero que propician la crisis climática que vivimos, y esto debido a la cantidad de insumos como fertilizantes, agrotóxicos y maquinaria que utilizan para producir una porción mínima de alimentos, de acceso limitado, que atenta contra la agrobiodiversidad y poco sostenible. Si bien los diferentes países del mundo tienen acercamientos desiguales a la alimentación, podría decir con certeza que México es de esos pocos que aún lucha, día con día, por la soberanía alimentaria de su gente. ¿Qué nos detiene a llegar? Entre muchos otros factores, la crisis climática atenta contra cualquier intento de autogestión de las comunidades. 

 

Y es que dicen: “ya fumigué” pero no se murió la hierba, así que le echan más y más. Ahí amuelan el suelo, la tierra y se mueren pajaritos, se mueren las colmenas, se mueren los conejos, se muere todo porque se envenenan.

 

En esta entrevista hablamos con Doña Gloria Ramírez Islas, una mujer que nació y creció en Apan, Hidalgo, con una estrecha relación con el campo y el huerto de traspatio que encarecidamente cuida y procura, y que hoy en día, todo lo que alguna vez conoció, cultivó y comió, peligra debido a la falta de lluvias producto de los efectos del cambio climático. 


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