Cómo arreglar tus malas reuniones individuales
Consejo de hoy del Harvard Business Review de Harvard University
Este consejo es una adaptación de "5 Signs Your One-on-Ones Aren't Working", de Jen Dary
¿Tus reuniones individuales con subordinados directos te parecen improductivas o anticuadas? He aquí algunas señales a tener en cuenta y consejos para revitalizar las reuniones.
Temes la reunión. Si a menudo te sientes tentado a cancelar las reuniones individuales, es hora de replantearse el orden del día. Dirige las reuniones con un propósito claro, asegurándote que se adapten a las necesidades y prioridades actuales del colaborador. Para motivarse ambos a acudir con intención, crea un documento compartido en el que tú y tu subordinado directo colaboren en la agenda de cada semana.
La reunión siempre se alarga más de la cuenta. Si entre 30 y 60 minutos cada semana no es tiempo suficiente para sincronizarse, es probable que estén profundizando demasiado o desviándose del camino. Identifica qué temas requieren una reunión separada y detallada, y haz un esfuerzo concertado para no distraerte con temas secundarios irrelevantes.
Te cuesta llenar el tiempo. Por el contrario, ¿qué ocurre si te quedas sin temas de conversación? Propicia conversaciones más profundas preguntando por los aspectos profesionales más destacados, las decisiones recientes, la dinámica del equipo o los posibles proyectos.
Te sientes desanimado después de cada reunión. Si tu colaborador utiliza las reuniones individuales como sesiones de desahogo, lo que te hace sentir fatiga por compasión o incluso agotamiento, controla sus límites emocionales. Permite breves períodos de desahogo, pero orienta la conversación hacia la búsqueda de soluciones.