Cómo convivir con el emocionar cotidiano y no morir en el intento.
En el diario convivir con otros en nuestro tránsito por la vida, en la deriva relacional, como describió el Dr.H.Maturana, así como los materiales metálicos se cargan o descargan de electricidad en el roce, nosotros estamos sometidos a la energía de las emociones.
En algunos casos esa carga es positiva, necesaria para accionar, revitalizante y en otros casos al contrario su carga es negativa intoxicándonos, provocando reacciones negativas por contener emociones en muchos casos desproporcionadas para la situación que atravesamos.
Esto sucede por ejemplo cuando estamos en relaciones familiares toxicas, donde priva el chantaje o la culpabilidad, cuando se nos ignora, maltrata o descalifica en el trabajo o cuando nuestras parejas no nos escuchan, nos contrarían o no nos apoyan.
El punto es que esta “carga” se acumula y nos impide transitar espacios de felicidad y bienestar. Se traducen en agobio, abatimiento, desmotivación y otros comportamientos restrictivos.
Me dirán, es inevitable … somos conductores de esta energía, no podemos no molestarnos o no sentir tristeza, no sentir vergüenza o culpa ante determinados eventos y es absolutamente de esta manera, ¿entonces que alternativa tenemos? ¿Dejar de relacionarnos, terminar el vínculo , no conectar emocional o sentimentalmente?
La respuesta no siempre es o puede ser esta, tampoco es hacernos más resistentes (que no significa oponer resistencia) ya que así como los materiales, emocionalmente también nos desgastamos.
Drenar es la clave y a que me refiero con drenar a un proceso que podemos llamar descolonización emocional, que no es otra cosa que hacernos cargo de lo que pasa en nuestro cuerpo emocional para que así como el agua al circular se mantenga saludable.
En ese sentido hoy te quiero regalar 5 mecanismos para lograr la descolonización emocional y por lo tanto el bienestar :
1. Así como en los 4 acuerdos de Miguel Ruiz, no te tomes las situaciones de manera personal. Conéctate con el por qué y para qué de la contraparte que está provocando la emoción. ¿Que dice de ella? Al hacer esto, generalmente disminuye la gravedad y por lo tanto la intensidad de la emoción.
2. Cuando aparece la emoción pregúntate específicamente ¿qué te duele, que provoca la rabia, la tristeza o lo que sea que experimentas? Esto puede separar la situación presente de cualquier evento del pasado que esté detonando y que podría ser realmente lo que te afecta.
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3. No te quedes en lo irremediable, acepta. Es fundamental para que avances y no te estanques en estados de ánimo restrictivos, las cosas que ocurren no se pueden eliminar o cambiar, lo que paso pasó. Nos toca aceptar e intervenir en lo que podamos hacer en el futuro inmediato a partir de lo ocurrido.
4. Conéctate con el resultado que deseas y cuales son las mejores alternativas de negociación
5. Por último y no menos importante, conversa. La conversación sincera con las personas tiene la capacidad de desenrollar situaciones, aclarar puntos de vista y poner afuera todo aquello que pudiera estarse convirtiendo en una brecha entre tus relaciones y tú.
Puede ser una conversación con sentido con un amigo o colega, o directamente con la persona que provoca la emoción o con un coach, mentor o terapeuta. Las conversaciones tienen poder, sobre todo el poder de hacerte crecer.
Por último conéctate con tu bondad, cuando somos empáticos y comprensivos tenemos mayor oportunidad de resolver, aceptar y continuar que cuando nos convertimos en verdugos de las personas y sus circunstancias.
La consecuencia de poder realizar esta serie de pasos que acabo de describir es la liviandad, un estado en el que la paz y la ambición conviven en armonía y que hacen que te muevas hacia aquello que es verdaderamente importante y trascendente más allá de lo que sucede.
Descolonizarnos emocionalmente sin duda es un gran recurso para ser cada vez una mejor versión de nosotros para nosotros y para el mundo.
Lic.Claudia Tepedino P.
Consultor Organizacional– Master Coach