Cómo crear empresas más incluyentes

Durante los últimos años, se ha hablado mucho sobre diversos tipos de discriminación, como por ejemplo a discriminación a las mujeres embarazadas, a las personas con discapacidad, por su apariencia, etc. No obstante hay un tipo de discriminación sobre el cual muy poca gente habla y que está muy presente en convocatorias, concursos, o inclusive ofertas, y es nada más y nada menos que la discriminación por edad.

Cuando uno es estudiante a veces lo rechazan por que le "falta experiencia" y cuando uno ya ha adquirido la experiencia, entonces buscan "jóvenes de entre 20 a 29". Bueno, y ¿qué sucede con las personas que salen del rango?

La gran noticia es que la experiencia se adquiere con los años, y las ideas innovadoras no son exclusivas de los jóvenes o los adolescentes.

Personalmente he tenido la gran fortuna de aprender de gente mayor que yo, personas a quienes yo les agradezco por haberme transmitido su experiencia, conocimiento y perspectiva sobre la vida y el trabajo, personas de quienes he aprendido valores y a quienes aprecio mucho, y también he tenido la fortuna de trabajar con gente más joven que yo quien ha aportado cosas muy positivas también, de quienes he aprendido flexibilidad y distintas formas de hacer las cosas.

Considero que, más allá de la edad, para que un proyecto o una empresa funcionen de forma correcta, se requiere de la aportación de personas comprometidas que amen el trabajo que hacen, la gente mayor aporta experiencia, certeza y dirección y la gente joven aporta nuevas formas para hacer las cosas.

Por lo que si sé es dueño de una empresa, se tiene a cargo el área de recursos humanos, o se coordina el área de las convocatorias, es importante considerar el equilibrio que se forma con las personas de mayor edad y los jóvenes, y recordar que todos fuimos jóvenes y que todos vamos a ser un día adultos mayores.

Las empresas inclusivas aportan mucho más a la sociedad.