Cómo diseñar un plan de incentivos para empresas
Cada vez son más las empresas que deciden recompensar a sus empleados a través de un plan de incentivos. Te enseñamos a diseñarlo para que sea eficaz.
Según la consultora de Recursos Humanos World at Work en el estudio ‘Trends in Employee Recognition’, el 46% de los jefes consideran los planes de incentivos una inversión más que un gasto. Esto es un síntoma de la importancia que están cobrando estos reconocimientos a la labor de los empleados dentro de las empresas.
Tradicionalmente los planes de incentivos, bien fueran individuales o grupales, se basaban en una recompensa económica tras la obtención de unos buenos resultados en el trabajo. Sin embargo, con el paso del tiempo han evolucionado mucho y en la actualidad no se valora tanto el aspecto económico, sino los beneficios sociales. Por eso, a la hora de elaborar un plan de incentivos hay que plantearse una serie de cuestiones:
- ¿Cuál o cuáles son los objetivos del plan de incentivos laborales?
- ¿Qué personal de la empresa va a estar sujeto a dichos incentivos?
- ¿Qué beneficios obtendrán los empleados y cuáles la empresa?
Al plantearse estas tres preguntas las respuestas pueden ser varias:
- Los objetivos que una empresa intenta fomentar con una estrategia de incentivos pueden ser varios: motivación, creación de estímulos, aumentar la productividad, recompensar a los trabajadores, atraer el talento profesional, fomentar la competitividad sana, mejorar el ambiente de trabajo entre compañeros y con los jefes, etc.
- Los planes de incentivo pueden estar enfocados a la totalidad de la plantilla o sólo a determinados departamentos. Por ejemplo, una de las áreas que más sujeta está a este tipo de acciones es la parte comercial o de ventas. Los profesionales que más venden obtendrán una recompensa por su esfuerzo.
- Los beneficios que obtendrán los empleados pueden ir desde viajes hasta días de vacaciones adicionales, pasando por flexibilidad de horarios o retribuciones económicas. Mientra que los beneficios que obtendrá la empresa serán el incremento de la productividad, el aumento de la competitividad del negocio y la satisfacción y retención de los empleados.
Cuando se tengan estos tres puntos claros es cuando se puede empezar a desarrollar el plan de incentivos laborales. No hace falta que sea un documento excesivamente extenso, más vale que sea conciso y que tanto los objetivos como las recompensas queden claros a vista de todos. En el programa deben detallarse minuciosamente detalles como la fecha en la que se harán efectivos los incentivos, las personas que están sujetas a dichas recompensas o la cantidad de incentivos que pueden recibir a lo largo del año.
Retención del talento profesional.
La retención de los empleados valiosos es una de las metas que pretenden alcanzar las empresas con la implementación de planes de incentivos. No es fácil dar con el perfil idóneo de profesionales que se adapten a la filosofía de una compañía, por lo que es importante hacer todo lo posible una vez están en la empresa para retenerlos y que no piense en cambiar de trabajo.
Para ello existen una serie de pautas que se pueden llevar a cabo con las que atraer el talento profesional y, más tarde, retenerlo:
- Generar un buen clima laboral: Si se consigue establecer un clima laboral ameno en el que las relaciones entre empleados, y también con los jefes, sean fluidas y naturales, los trabajadores estarán agusto y no se plantearán abandonar la organización. Está comprobado que las personas que van contentas a trabajar son mucho más productivas y están más comprometidas con la compañía.
- Evitar el estancamiento laboral: Fomentar el desarrollo profesional y la posibilidad de ascenso dentro del negocio es otro aspecto importante para los empleados. Por cuestiones naturales, todo el mundo quiere sentirse realizado en su trabajo y desea tener posibilidades para construir una larga trayectoria profesional en la que puede ir creciendo y asumiendo puestos de más responsabilidad. Por ello, es interesante construir un plan de desarrollo profesional que premie en este sentido.
- Facilitar la conciliación laboral y familiar: En la época actual en la que tanto hombres como mujeres trabajan es importantísimo que las empresas faciliten la conciliación laboral y familiar. Flexibilidad de horarios, jornadas intensivas, posibilidad de trabajar desde casa… Son tan sólo algunas medidas que no implican mucho esfuerzo para la compañía y que los empleados valoran positivamente.
- Trabajar la imagen de marca: La imagen que la empresa desprende al exterior es esencial para atraer a los buenos perfiles profesionales. Si la compañía tiene una imagen moderna, innovadora y comprometida conseguirá que todo el mundo quiera ir allí a trabajar. Es lo que ocurre con compañías como Apple, Google, Amazon, etc.
- Comunicación bidireccional: Los empleados valoran positivamente el tener una comunicación fluida con sus superiores. Poder ir a comunicar una idea o duda directamente al jefe sin necesidad de pasar por intermediarios agiliza el trabajo y favorece el entendimiento. La confianza y la inexistencia de jerarquías estimulará el sentimiento de pertenencia y de importancia en el trabajo.
- Ofrecer formación profesional: Dar la opción a los empleados de seguir formándose como profesionales para no quedarse estancado en una determinada posición es otra clave para retener a la plantilla. Cursos de idiomas, conferencias, viajes de negocios, programas intensivos de formación… Cualquier materia que suponga un incremento de las competencias de la persona es beneficioso, ya que será positivo tanto para la empresa como para el empleado.
En base a las respuestas que obtengas de las tres preguntas planteadas al inicio y teniendo en cuenta las consideraciones del punto anterior podrás definir un óptimo plan de incentivos para todo tipo de empresas.