Cómo la tecnología Anti-Drone puede salvaguardar las infraestructuras críticas
Con los nuevos problemas de seguridad derivados de los cierres relacionados con el coronavirus, el mundo sigue viendo un fuerte aumento en los usos negativos de los drones.
Nuestro mundo está en continua evolución, y los recientes eventos causados por la pandemia del COVID19 demuestran cómo nuestras dependencias colectivas están más y más entrelazadas. Conforme las organizaciones se vuelven a centrar en las estrategias para sobrevivir y pivotan hacia la digitalización, ya vemos un uso significativo de la tecnología para dar seguridad a las organizaciones o sectores enteros.
Si bien los consultores, integradores y distribuidores de sistemas seguridad hemos sido designados como trabajadores "esenciales" durante el brote de COVID-19, la situación ha acelerado la necesidad de limitar la exposición al virus donde y cuando ello sea posible. Esto ha llevado a un cambio fundamental en la forma en que se lleva a cabo el trabajo, con la adopción masiva de tecnología que alcanza niveles sin precedentes. En relación con el sector de drones, estamos comenzando a ver un aumento significativo en sus aplicaciones, desde la entrega de productos, la fotografía y la vigilancia, que fueron profetizadas por analistas del mercado de drones hace años.
Se ha demostrado que el uso de drones para las entregas ha ayudado a China en sus esfuerzos para la contención del virus, y ahora los trabajadores críticos, incluidas las fuerzas del orden locales, están adoptando drones para inspeccionar y monitorizar las calles y garantizar que las personas presten atención a las normas de confinamiento y desconfinamiento.
A medida que navegamos colectivamente a través de nuevos problemas de seguridad derivados del confinamiento relacionado con el COVID-19, el mundo continúa viendo un fuerte aumento en los usos negativos de los drones. La tecnología Anti-Drone está automatizada y monitoriza continuamente el espacio aéreo. Según los datos aportados por estaciones de monitorización antidrone, se continúan detectando drones cerca de instalaciones críticas. Esto es lógico ya que la mayoría de instalaciones operan con personal limitado y, por lo tanto, representan una excelente oportunidad para usuarios maliciosos. Además, los datos de estas mismas estaciones muestran mayor número de casos de acoso, vigilancia y situaciones no deseadas.
Ya sea en modo de funcionamiento crítico o en funcionamiento ordinario, la protección de las infraestructuras nacionales críticas contra las potenciales amenazas producidas por drones no autorizados es posiblemente uno de los desafíos tecnológicos y operativos más difíciles para aquellos que participan en actividades de contención, mitigación y neutralización de sistemas aéreos no tripulados (sistemas C-UAS o Counter-UAS). En manos equivocadas, los drones disponibles comercialmente se pueden usar para espiar instalaciones y personal, identificar áreas con pocos recursos para facilitar “pases” ilegales, contrabandear drogas de forma encubierta y llevar a cabo ataques de diverso tipo.
Tanto los organismos de defensa como organizaciones privadas de todo el mundo, están ampliando sus programas de seguridad para evaluar la actividad del espacio aéreo inferior y evitar la entrada de drones no autorizados y las amenazas que pueden presentar.
Nuevas vulnerabilidades y riesgos
Para defenderse contra drones no autorizados, la solución que se aplique debe ser adaptable al adversario y al entorno. Tanto si están en ciudades, comunidades rurales o en alta mar, la seguridad tradicional en infraestructuras críticas es sólida y está diseñada para proteger las instalaciones y su funcionamiento contra una variedad de amenazas, que incluyen terrorismo, desastres naturales, robo y espionaje.
Sin embargo, la seguridad tradicional deja una brecha en el espacio aéreo inferior, exponiendo una vulnerabilidad en la que los drones pueden penetrar con facilidad. Por ejemplo, los manifestantes ambientales han usado drones para interrumpir el funcionamiento de plantas nucleares. Los agentes de patrullas fronterizas son aparentemente impotentes contra los drones que vigilan vulnerabilidades y “pasan” drogas. Las instalaciones militares también deben tener un programa para evaluar su actividad en el espacio aéreo inferior y recopilar información de cualquier actividad no permitida para responsabilizar a los intrusos por los daños causados por su intrusión.
El surgimiento de drones no cooperativos en infraestructuras críticas hace aparentes tres problemas pertinentes:
1. La innovación está superando la regulación. Los drones están en los titulares y se están convirtiendo en una prioridad de seguridad nacional. Los legisladores en todos los niveles del gobierno todavía están trabajando en la creación de regulaciones para evitar que los drones interrumpan los servicios públicos, las instalaciones correccionales, los aeropuertos, la infraestructura crítica, los estadios y las bases militares.
2. Las leyes no detendrán a los pilotos de drones con intenciones maliciosas. Las aplicaciones para usar drones están creciendo cada día. Sin embargo, no todos los pilotos de drones conocen o seguirán las leyes, por lo que depende de las instituciones comprender y ser proactivos con lo que sucede en su espacio aéreo.
3. Cualquier persona que tenga un sistema de seguridad ahora debe mirar al cielo. La seguridad del espacio aéreo, como la seguridad física o la ciberseguridad, es un elemento crítico para todas las organizaciones que buscan proteger a las personas o activos de incursiones no deseadas en el espacio aéreo inferior.
Al integrar la tecnología de contraataque en los sistemas de seguridad existentes, los equipos críticos de seguridad de infraestructura comprenderán cuándo su espacio aéreo está en riesgo.
Integración de la tecnología Anti-Drone
La tecnología de detección de drones identifica los drones que sobrevuelan las cercanías de “nuestro” espacio aéreo y crea una de base de datos, incluyendo día y hora del vuelo, tipo de dron, ruta seguida y otros datos. El servicio de seguridad puede utilizar estos datos para comprender mejor dónde existen vulnerabilidades en nuestro espacio aéreo y cómo responder a los drones no deseados si fuera necesario.
Un buen programa antidrone, combinando dispositivos de radiofrecuencia, radar, acústica y cámaras, permite a cualquier empresa u organización recopilar datos de un área específica, lo que garantiza que se detecten todos los drones. No existe un enfoque único para detectar amenazas de drones. Toda organización puede utilizar tecnología de detección pasiva (basada en la detección por radiofrecuencia o RF), para evaluar la actividad en su espacio aéreo. A partir de ahí, se pueden agregar sensores adicionales para obtener una mayor comprensión de la amenaza del espacio aéreo y, si es necesario, se pueden integrar contramedidas.
Enfoque multisensor para completar la conciencia del espacio aéreo
El software inteligente de contraataque puede integrar radiofrecuencia (RF), cámaras, sensores acústicos y radar para detección, principalmente.
• Los sensores de radiofrecuencia (RF) son la piedra angular de la seguridad del espacio aéreo. Pueden detectar drones comerciales, de consumo y de bricolaje o prototipos, con sus rutas de vuelo y la ubicación de los drones. Los sensores de RF son capaces de identificar el tipo y modelo de un dron según el protocolo o la frecuencia con la que se comunica el dron con el piloto. Los sensores de RF pueden ser independientes para detectar drones y pueden funcionar sin otros sensores. También son pasivos y no requieren autorización legal para su uso, y cumplen con las regulaciones de la FAA, FCC y CE. Esto significa que los usuarios pueden usarlos en aplicaciones donde los sistemas electrónicos adyacentes no toleran interferencias de radio de ningún tipo.
Sin embargo, el rendimiento de los sensores RF puede verse reducido en entornos de RF ruidosos, por lo que un programa de hardware anti-drone exitoso deberá tener múltiples capas de sensórica para conseguir una efectiva recopilación de datos.
• Las herramientas EO (electro-ópticas) / IR (de infrarrojos) pueden proporcionar la confirmación visual vital de un dron, ayudar a identificar cargas útiles y registrar pruebas forenses de intrusiones de drones. Estos sensores son importantes para las situaciones en que es necesaria la verificación humana, o cuando los equipos de seguridad necesitan pruebas visuales de una intrusión. Los sensores EO / IR pueden tener un alcance limitado debido a las condiciones medioambientales, en entornos de baja visibilidad y durante la noche. Además, el alcance depende del tipo de hardware utilizado, y puede ser difícil de escalar dada la infraestructura existente, la complejidad de integración y / o el coste. El alcance de EO / IR puede variar entre unos pocos metros de distancia y hasta doscientos o trescientos metros.
• El radar proporciona detección de largo alcance, incluida la posición de un dron. El radar tiene una precisión muy alta para detectar movimientos en el aire y en tierra y puede hacer un barrido tanto en acimut como en elevación. Si trabajan solos, los sistemas de radar captarán cualquier movimiento, ya sea un pájaro, escombros, tráfico de vehículos en movimiento, aviones o drones. Es posible que el radar no pueda diferenciar entre los diversos tipos de objetos, por eso, cuando se trata de la detección de drones, es importante tener otros sensores para eliminar confusiones y enfocarse solamente en la actividad del dron.
En última instancia, un programa exitoso anti-drone incorporará múltiples sensores, los mejores de su clase. Las soluciones modulares permiten a los equipos de seguridad personalizar su tecnología de contraataque y escalarla para su entorno y misiones particulares.
Efectores y medidas de derrota
La pregunta más directa y la más difícil de responder es esta: una vez que sepa que hay un dron en su entorno, ¿qué quiere que suceda? A partir de ahí, es importante establecer qué tecnologías y activos están disponibles, ya que muchos sistemas de derrota están restringidos o reservados solo para uso militar.
Las tácticas de mitigación defensivas pueden incluir enviar fuerzas de seguridad para enfrentar a un piloto, activar alarmas, mover civiles o materiales sensibles fuera de la línea de visión del avión no tripulado, o incluso cerrar áreas de una planta o instalación. Las tácticas de mitigación ofensivas interrumpirán el vuelo del dron. Las soluciones cinéticas interrumpirán físicamente el vuelo al capturar el dron mientras está en el aire o al destruirlo. Las soluciones no cinéticas, como los bloqueadores de RF, pueden obligar al dron a aterrizar, regresar a su punto de partida o permitir que otro piloto comande el dron y controle la ruta de vuelo.
En última instancia, la tecnología de drones solo puede ser derrotada por otra tecnología, por lo que muchos recurren primero a soluciones no cinéticas para controlar el funcionamiento del dron, antes de escalar a una estrategia más destructiva.
Garantizar operaciones seguras y efectivas
Las plantas de infraestructuras críticas pueden integrar la tecnología de detección pasiva de drones en su ecosistema de seguridad. Sin embargo, cuando se trata de desarrollar procedimientos operativos cuando existe una amenaza inminente de drones, existen diversos grados de legalidad sobre lo que se puede hacer para mitigar el riesgo de drones. Ciertos organismos de Defensa pueden usar la tecnología de intercepción (cinética) o de derrota (por interferencia RF). En cambio, las organizaciones comerciales y civiles pueden necesitar considerar procedimientos pasivos de mitigación, como cerrar instalaciones y trabajar con la policía local.
Independientemente de la razón para comenzar un programa de contramedidas, los equipos de seguridad de infraestructuras críticas y de Defensa deben comenzar con la recopilación y evaluación de datos mediante la integración de la tecnología de detección pasiva.
A medida que más organizaciones invierten en drones para mantenimiento y vigilancia, también deben considerar los riesgos únicos que los drones representan para la seguridad física y cibernética de sus operaciones. El software de detección de drones basado en sensores ayuda a monitorizar el tráfico aéreo y diferenciar entre drones autorizados y no autorizados. El riesgo de un dron malicioso cerca de una instalación de Defensa podría causar daños significativos a la infraestructura, el medio ambiente y el público que están protegiendo.
La tecnología Anti-Drone se puede integrar en los programas de seguridad existentes para proporcionar una nueva capa de conciencia situacional. Los datos recopilados por los sistemas anti-drone ayudan a establecer una base de datos, proporcionan a los equipos de seguridad una descripción precisa de su actividad en el espacio aéreo inferior y, con este conocimiento, la posibilidad de desarrollar procedimientos para proteger las operaciones contra paradas o daños costosos.
Saludos cordiales,
José Mª Sánchez Hidalgo
Consultor sistemas anti-drone