¿Cómo se lavan los Bitcoins?
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¿Cómo se lavan los Bitcoins?

Durante el pasado año 2019, los criminales lograron «blanquear» alrededor de 2.800 millones de dólares en Bitcoins. Sólo en el último trimestre, 601 millones de dólares fueron a parar a los dark markets. Y, a pesar de que los corredores anónimos de venta libre –conocidos como over the counter (OTC)– se han convertido en el eje central de un nuevo tipo de lavado de dinero, es preocupante que exchanges reputados como Binance o Houbi concentren el 52,2% de las operaciones según la consultora Chainalysis. 

La laxitud de los sistemas de verificación de identidad de los clientes (KYC) de algunos exchanges ponen en evidencia la realidad del problema: Los sistemas distribuidos se presentan particularmente vulnerables al riesgo de anonimato. Por ejemplo, el diseño de las propias direcciones de Bitcoin, que funcionan como cuentas, no indican ningún nombre ni otra forma de identificación del cliente. Además, el sistema no está basado en ningún servidor central o proveedor de servicios.

Precisamente, el Grupo de Acción Financiera Internacional desde 2014 advierte que las criptomonedas «que pueden ser cambiadas por dinero real u otras monedas virtuales son potencialmente vulnerables al abuso del lavado de dinero y de la financiación del terrorismo» (FATF REPORT Virtual Currencies Key Definitions and Potential AML/CFT Risks June 2014). En general, en las blockchains de las criptomonedas es posible rastrear las transacciones criptográficas mediante el uso de metadatos almacenados dentro de dichas operaciones y a través de la aplicación del análisis de patrones. Entonces, ¿pueden «anonimizarse» las operaciones de criptomonedas? Sí que se puede...

Las Herramientas del Anonimato

Entre las herramientas de «anonimación» de operaciones de criptomonedas utilizadas para saltarse los controles contra el lavado de dinero, destacan las siguientes:

  • Almacenamiento en Frío o Cold Storage: se refiere al almacenamiento o carteras de criptomonedas que no están conectadas a Internet, es decir, que están fuera de línea. Aunque principalmente se utilizan para proteger las monedas virtuales almacenadas contra robo, al no estar conectadas y permanecer bajo el control absoluto de sus poseedores, no requieren ningún tipo de control AML/CTF. Es como tener las criptomonedas bajo el colchón.
  • Darknets: son redes informáticas alojadas dentro de la Red TOR, la cual consiste en una red distribuida de ordenadores en Internet que oculta las verdaderas direcciones IP y, por tanto, las identidades de los usuarios de la red, mediante la técnica del «enrutamiento».
  • Dark Wallet: se trata de una extensión de navegador de Internet que busca asegurar el anonimato de las transacciones de Bitcoin mediante la incorporación de instrumentos como: el auto-anonimizador (mezclador), el comercio descentralizado, las plataformas de crowd funding no censurables, las plataformas de acciones y mercados negros de información, y los mercados descentralizados similares al de Silk Road
  • Decentralized Exchanges (DEX): son exchanges o casas de cambio de criptomonedas que no se encuentran alojados en un servidor central en ningún país. La mayor parte de la regulación a exchanges se han centrado únicamente en los intercambios centralizados o entre pares, pero existe un gran dilema de jurisdicción frente a los DEX, puesto que es todo un reto determinar la competencia para aplicarles requisitos reglamentarios.
  • Local Exchange Trading System (LETS): son organizaciones económicas establecidas localmente en las que sus miembros pueden intercambiar libremente bienes y servicios con otros miembros del grupo. En teoría, cualquier criptomoneda puede adoptarse como la divisa local y luego ser utilizada dentro de una LETS, tal y como sucede con Ithica Dollars o Mazacoin.
  • Mixers: es un tipo de anonimizador que separa y enlaza todas las transacciones de una misma dirección de bitcoin y las envía juntas para aparentar que han sido enviadas desde otras direcciones, lo que hace extremadamente difícil vincular monedas virtuales específicas (direcciones) con una transacción particular. Ejemplos de mezcladores las encontramos en Bitlaunder, Easycoin o Bitmixer.io.
  • Privacy Coins: consisten en criptomonedas altamente privadas –también conocidas como «monedas de privacidad». Las más populares son: Zcash, Monero y Grin. El diseño del software subyacente de las privacy coins se encarga de dificultar su seguimiento en sus respectivas blockchains.

La Dimensión Real del Problema

Aunque el volumen del blanqueo con Bitcoins parece alto, la Darknet sólo fue capaz de atraer el 0,08% de todas las transacciones de Bitcoin en 2019. De hecho, desde 2015 las transacciones con criptomonedas en la Internet profunda se ha reducido en un 90%. ¿Por qué? Porque cada vez es más sencillo rastrear las operaciones, y los países introducen cada vez más mecanismos de monitorización de las transacciones de criptomonedas.

No olvidemos que toda operación de Bitcoin identifica tanto la dirección que envía como la que recibe los fondos. La blockchain de Bitcoin es un registro contable transparente donde cada transacción puede ser consultada públicamente y rastreada. Gracias a herramientas de análisis de cadenas de bloques es posible analizar las transacciones grabadas en blockchain. Es cierto que, a diferencia de los billetes tradicionales, tanto Bitcoin como las otras criptomonedas carecen de números de serie que las distingan individualmente, pero las monedas virtuales no pueden circular de forma absolutamente anónima como el dinero en efectivo. Siempre deja rastro, y su rastro es inalterable.

Esto ha permitido que se escuchen con mayor frecuencia casos en los que tribunales ordenan congelar los fondos sustraídos por los criminales e, incluso, se observen subastas públicas de los criptoactivos confiscados a los infractores.

Contra el Lavado de Criptomonedas

La reciente entrada en vigor de la Directiva (UE) 2018/843 del Parlamento Europeo y del Consejo de 30 de mayo de 2018 o la quinta Directiva en materia de Prevención de Blanqueo de Capitales, mejor conocida como AMLD5, en lo que respecta a las criptomonedas o «monedas virtuales» como las denomina, se ha dado un paso fundamental para abordar la lucha contra el blanqueo con criptomonedas. La normativa amplía el listado de sujetos obligados a acatar sus reglas. Ahora se incluyen a: proveedores de servicios de cambio de criptomonedas, proveedores de servicios de custodia de monederos electrónicos, todo tipo de intermediarios en el comercio que realicen transacciones con monedas virtuales o almacenen bienes adquiridos con ellas por un importe igual o superior a 10.000 euros. Es decir, ahora todos los intermediarios de la criptoeconomía son responsables de evitar que se utilicen bitcoins, o cualquier otra moneda virtual, para fines ilícitos.

Aún quedan pendientes otros pasos para abordar el desafío regulatorio como, por ejemplo, aclarar el nivel de descentralización de los DEX, conocer a ciencia cierta el alcance y aplicación de las normas AML y KYC, así como evaluar sí algunas prácticas, como el cobro de comisiones de transferencia, pueden ser incluidas automáticamente en la normativa existente. Pero, no es todo. Debemos ser capaces de comprender esta tecnología y la evolución en el ámbito financiero. Recordemos al filósofo griego Heráclito: «nada es permanente a excepción del cambio».

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