Cómo ser un líder con Inteligencia Emocional y tener éxito

Estarás de acuerdo conmigo que un jefe debería saber ser líder, que no todos lo son, y además ser un líder emocionalmente inteligente. Aquí describo qué dos aspectos son clave para liderar con inteligencia emocional. La gran diferencia de ser líder a ser un líder excelente.

Conozco gente que ha llegado a puestos directivos (tanto hombres como mujeres) y automáticamente han cambiado su forma de actuar, poniéndose una careta de personaje serio, duro, insensible y por supuesto, distante e incluso, agresivo en su manera de hablar. Quizás antes, era el prototipo de directivo que la empresa quería, pero ya eso se acabó hace tiempo.

La era del directivo huraño ya se acabó

Ahora, no sólo hace falta tener directivos con madera de lider, que sepan llevar a su equipo hacia un objetivo común, sino que deben ser emocionalmente inteligentes, para hacerlo con eficacia, dentro de un buen clima y ser ejemplo. La diferencia entre ser sólo lider (que ya es), a ser un líder excelente.

Ser líder se puede aprender, aunque yo también creo que algo de madera debe tener de serie, porque no se puede pulir un diamante, si no hay diamante. Pero, el tema emocional, es otra cosa. La inteligencia emocional se debe trabajar desde el interior de cada uno. Trabajar el desarrollo personal es de valientes. Eso sí que es una lección para tomar ejemplo. Cambiar uno desde el interior y ser consciente de la responsabilidad de tus propios actos, sin echar la culpa a nadie (porque de eso, los occidentales sabemos un rato), eso, es digno de un buen líder.

Tener inteligencia emocional no significa descubrirse y ser un blando (o una blanda). Tener inteligencia emocional significa vivir en la consciencia de que tenemos emociones y pensamientos y que la coherencia de nuestros actos y nuestra vida está cuando hay un equilibrio entre lo que decimos, hacemos, pensamos y sentimos. Para ello, debemos saber cuales son nuestros valores y prestar atención a nuestras emociones.

El primer paso es reconocer las emociones, y por ejemplo, si tenemos ira, mirar hacia dentro y analizar qué nos provoca esa ira, y qué podemos hacer para cambiar nosotros. Los demás no cambian. La actitud ante una situación es sólo nuestra responsabilidad. Saber gestionar las emociones y, por supuesto, también los pensamientos, es el gran secreto de la Inteligencia Emocional.

¿Cómo ser un líder con Inteligencia emocional? Mi teoría, como siempre digo en mis formaciones, es cumplir con dos requisitos clave, y es trabajar con CO-CO:

• El primer CO es de compromiso. Ser ejemplo desde lo que se dice y se hace. No hay nada más decepcionante que un jefe de una orden y haga lo contrario. Sea cual sea la orden, cualquier premisa debe estar acorde con los valores de cada uno. Es un estilo de vida. Liderar en cuerpo, mente y alma es el gran secreto del éxito. Si un jefe está comprometido, ese entusiasmo se trasmite sin esfuerzo, pues llega desde la emoción. Es como enamorarse de un proyecto. Si un jefe se enamora de algo, sale, si o si.

Un líder emocionalmente inteligente se compromete en cuerpo, mente y alma

• El segundo CO es de comunicación.Comunicar bien es un arte. Hay miles de cursos de comunicación verbal y no verbal. No obstante, para mí, la diferencia de un líder emocionalmente inteligente es que primero debe saber escucharse a sí mismo. Una vez que encuentre el equilibrio emocional y sepa gestionar sus emociones y controlar sus pensamientos, entonces podrá escuchar desde la escucha activa y el no juicio. Después cualquier conversación será productiva. Saber escuchar es básico. La comunicación tanto horizontal como la vertical debe hacerse desde una posición de empatía y coherencia. Después dar o recibir un feedfack constructivo es cómo se retroalimentan las relaciones personales y profesionales.

Un líder emocionalmente inteligente sabe comunicar desde la escucha activa

En resumen, el éxito de cualquier proyecto se debe a un líder con Inteligencia emocional que trabaje con COCO, es decir, con compromiso en cuerpo, mente y alma, y con una comunicación desde la escucha activa y feedback constructivos. Todo lo demás fluirá solo.