Cómo vivir en un mundo de inseguridad
Decía Alan Watts en su libro La sabiduría de la inseguridad : "Siempre me ha fascinado la ley del esfuerzo invertido: cuando intentas permanecer en la superficie del agua, te hundes; pero cuando tratas de sumergirte flotas. Cuando retienes el aliento, lo pierdes".
Ahora vivimos en una sociedad en el que el orden normal de las cosas parece completamente invertido, y el sentido común vuelto al revés.
¿Quién no aprende de un pendenciero? Nos enseñan con sus peleas callejeras que con ellos no se debe discutir. La calumnia, nos enseña a asumir una actitud de dignidad. Los espías y ladrones, nos conducen a mantener el secreto. La traición, nos lleva a la cautela (cuántos subordinados, mozos y conserjes han vendido a sus superiores, políticos y vecinos). Muchas hostilidades nos ayudan a identificar enemigos o a los amigos en quienes no podemos confiar. ¿Y el miedo para que? Pues para controlarnos y no ser victimas de nuestra osadía.
Si establecemos, sin temor a equivocarnos que forma de inseguridad nos amenaza, estaremos en capacidad de contrarrestar sus efectos y salir airosos ante una situación de peligro.