CADA FINAL UN NUEVO PRINCIPIO (el proceso)

Cada final es un nuevo principio, pero muchas veces estamos tan centrados en lo que llega que no le prestamos la atención adecuada para cerrar lo que dejamos atrás. Habitualmente una buena película con un mal final nos deja mal sabor de boca, una sensación de decepción creada por la diferencia entre las expectativas que nos hemos ido formando y el desenlace.

Este proceso natural de cambio (soy lo mismo y hago las cosas de forma parecida, sino igual) lo podemos convertir en un proceso de transformación (tengo una evolución y eso me permite hacer las cosas distintas). Para ello empezaremos con dos preguntas que nos tenemos que responder.

La primera es una mirada al pasado: ¿De que estoy huyendo? o ¿que dejo atrás, que voy a perder?

La segunda hacia el futuro: ¿A que me estoy acercando? o ¿que deseo lograr, que espero ganar?

Ambas nos ayudarán a tomar conciencia, de las pérdidas y ganancias que todo cambio tiene, más allá del movimiento. Ahora vas a dar un salto (no solo un paso) y todo salto importante bien vale reservarse un tiempo amable para reflexionar antes de vivir lo que el futuro nos depara y ya somos capaces de ver. Empecemos mirando el pasado:

1. Apuntalo en una hoja, la escritura le da fuerza, deja testimonio, y te permitirá revisarlo con el tiempo.
2. Responde con calma, sin prisa, buscando en tu interior los mensajes que te regala.
3. Se honesto contigo mismo, y no seas complaciente (justificando tu decisión o la nueva realidad). Ve más allá de lo evidente y no dejes de anotar nada de lo que veas o sientas.
4. Encuentra las cosas buenas que te dieron. Busca los momentos difíciles y encuentra que te aportaron, que desarrollaste con ellos.

Una vez realizada la mirada al pasado en profundidad, se trata de despedirte de él:

1. Revisa tus palabras escritas, escucha, mira, y siente, todo aquello que estás a punto de dejar.
2. Percibe si al leer lo que dejas, aparece alguna emoción (¿Cuál es? ¿Dónde la sientes?)
3. Imaginas esa conexión que has tenido con la situación pasada como un montón de cintas de colores que van desde ella y se conectan a ti (cada uno de los elementos escritos puede ser una de estas cintas).
4. Revisa una por una cada una de esas cintas. Agradece una por una, las cosas buenas que disfrutaste, las dificultades que te ayudaron a crecer, y perdona todos los dolores que otros han causado o tu has causado a otros (solo así somos capaces de liberarnos de su agarre).
5. Una vez realizado el trabajo con una cinta visualiza como se corta, simbolizando el final de la esta relación con la situación pasada. Percibe como con cada corte tu conexión con el pasado se debilita.

Cuando tengas todas cintas cortadas habrás terminado el proceso de despedida, habrás apreciado en toda su dimensión el tiempo pasado que dejas atrás, y estarás libre para mirar hacia tu futuro y recoger lo que te traiga. Ahora ya puedes responder a la segunda cuestión y empezar a dar forma a tu futuro con tu mente.

Esta camino puedes aplicarlo a relaciones personales, cambio de trabajo o funciones, despidos de personas,... Cerrar con AMOR abre la vía de todas las posibilidades.

Como dicen en el camino de Santiago, ¡buen camino!