Cada milisegundo cuenta

Como economista y experto en banca y comercio exterior digamos que corro con ventaja a la hora de evaluar activos, y créeme, no existe ninguno que pueda superar en valor al tiempo. Te lo puedo graficar de mil maneas diferentes, siendo la más sencilla esta: si pierdes diez dólares, los puedes recuperar, vamos, incluso si pierdes cincuenta mil (alguna vez estuve ahí), pero cinco minutos perdidos no los puedes recuperar.

Te digo más, para un millonario el tiempo es mucho más valioso que el dinero, porque claro, el dinero es un problema solucionado. Rechazar la invitación a asistir a un concierto de gala, a una cena muy especial, o incluso a una final de la Champions porque no tienes tiempo te hace tomar verdadera consciencia de la tremenda importancia de esa variable.

Durante años, durante muchísimos años he buscado el horario perfecto, pero lo cierto es que sigo ajustándolo. Siempre consigo un ritmo que me funciona, pero a veces surgen imponderables y tengo que acomodarme a nuevos clientes, a eventos imprevistos de mis hijos y a toda una serie cuestiones sobre las que no tengo control como, por ejemplo, la pandemia, o la postergación de un vuelo.

De todos modos, hay algo que he aprendido y que no creo que haya de cambiar: mi rutina al comenzar el día, porque sí, es cuando comienza el día en que lo decides todo.

Antes que todos comiencen, o mejor dicho, antes que la mayoría comience a activarse, me he ocupado de un aspecto fundamental: mi crecimiento personal.

Me levanto a las 04:00 AM, y para las 07:00 AM, hice ejercicio, medité, leí, planifiqué e incluso escribí. Y lo mejor de todo, durante el transcurso de estas preciosas tres horas he tenido CERO INTERRUPCIONES.

Ya el resto del día puedo ocuparme de mis clientes, de mis emprendimientos y de mi familia.

Verás, para mí, cada milisegundo cuenta, y para poderlo aprovechar le quito el jugo al día, me levanto temprano, y me acuesto temprano. Porque, ¿te cuento un secreto? Si tienes energía haces más en menos tiempo, y como somos animales diurnos, al menos biológicamente, se trata de activarnos al amanecer.

Si el tiempo es precioso para ti, comienza tu día temprano, bien temprano.