Cambiar haciendo


No deja de sorprenderme lo cíclica que es la toma de decisiones en la actividad en la construcción en nuestro país , y no soy ningún novato en esto: hace casi 40 años estoy vinculado a la industria de la construcción desde los estudios de arquitectura y empresas en que trabajé.

La concreción de contrataciones de las obras se efectúa en general en el segundo y tercer cuarto de año , en 2018 en el tercero decididamente por procesos de toma de decisiones a destiempo respecto al timming del proyecto. 

En el área estatal es clásica la anualidad de los contratos,  se precipitan rápidamente al ver venir el fin de año pues están previstos en el presupuesto y si no se ejecutan los dineros vuelve a rentas generales.  Este ciclo anual perverso no le hace bien a nadie, es tiempo de pensar más en la calidad de las obras.

En las empresas de ingeniería y arquitectura no hay un ciclo anual pero los procesos de diseño y análisis de costos son siempre perfectibles, se ve siempre la fase en que el proyecto u obra pasa por cada uno como la más importante, fundamentalmente en las que están organizadas por departamentos; se ve el árbol en lugar del bosque y al mirarlo de manera no integrada se demora en pasar de fase comprimiendo “hasta al infinito y más allá” los tiempos de ejecución de los proyectos ejecutivos  y también  de las obras; la creación de valor cede a la tiranía de la burocracia  estatal o a la de los jefes de departamentos o gerentes de  sectores que celan su zona de confort en la empresa privada.

El deseo de cumplir en fecha no debe ser contrario a lograr satisfacción por hacer bien las cosas, en el tiempo y orden adecuado… Ser más ordenados en la ejecución de proyectos o del gasto conlleva analizar el proceso entero,  elevar niveles de gestión y calidad del producto y por ende atenuar fallos constructivos y costos de mantenimiento futuros.

 ¿Podemos en Uruguay hacer mejor las cosas? Obviamente, pero hay que arriesgar nuevos procedimientos y maneras de gestionar, animarse a explorar y aprender nuevas técnicas, hay que tener menos temor al error, del hacer cotidiano aprendemos a generar valor .

Lean propone hacer menos, pero hacer bien a la primera vez, considerando el proyecto de una manera integral, orienta los esfuerzos a generar valor, acortando tiempos a la vez que mejorando el clima laboral a consecuencia de involucrar a los actores de manera decidida obteniendo satisfacción por el trabajo bien ejecutado.  

Germán Gil Vázquez

Arquitecto independiente, docente FADU

6 años

En nuestro ámbito los margenes son cada vez menores y la necesidad de hacer bien las cosas a la primera vez, ponderando el aporte inteligente de las personas, se está imponiendo como manera de supervivencia -al igual que en el mundo-;  las buenas prácticas se consolidan en base a resultados y se imponen venciendo la inercia y las resistencias al cambio, esto sencillamente ocurre pues requieren menos trabajo -debidamente organizado-, para arribar a mejores resultados.  

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