Capítulo 1: Zona de Confort

Capítulo 1: Zona de Confort

Que interesante, siempre pensé que cuando fuera escribir sobre estas experiencias, me sentaría tranquilo en un lindo café, ordenaría mi Latte Doble sin lactosa y que escuchando una buena música las palabras simplemente me vendrían en la cabeza y empezaría a escribir líneas y líneas sin parar sobre estas lindas experiencias, pero casi como en el juego este que a muchos les gustan hacer en las RRSS, “Expectativa vs Realidad”, me encuentro sentando en la oficina de mi casa, con mi hija Helena de 2 años y 8 meses queriendo atención a cada rato subiendo en mis piernas, con mi segundo hijo Gael que acaba de nacer (25/07/2022) y tomando un té. 

Pero de eso se trata este primer capítulo, de no esperar el después, de no esperar el momento cierto ya que el momento cierto es el que decidimos movernos e irnos por nuestros sueños, es medio cliché yo lo sé, pero créanme que es la más pura verdad.

Ya volveremos hablar de la Zona de Confort, donde el “Confort” muchas veces y casi siempre no responde a una zona realmente cómoda o confortable y sí, una zona conocida.

Alguien puede trabajar por años en una misma empresa (no que esto sea un problema), enfrentar horas de tránsito todos los días, estar en un trabajo que siente que no le llena y estar en su Zona de Confort,  pues es lo que aprendió a conocer, sabe cómo moverse, conoce sus jefaturas, colegas y mismo que tarde horas en el día en el tránsito y no tenga la calidad de vida soñada, ya se acostumbró a ello y a programar el poco tiempo que le queda para dar atención a las cosas que realmente le interesa. 

Hablar de estas historias, de cómo logré junto a mi gran amigo Christian Colque (Argentina), tornarnos  los primeros y únicos Latino Americanos a  correr 1.000 Kms en autosuficiencia, por los 4 principales Desiertos del mundo  (Atacama, Gobi, Sahara y Antártida) en menos de un año calendario, es definitivamente hablar de uno de los mayores aprendizajes que he tenido en mi recorrer desde que he nacido: Salir de mi Zona de Confort.

Para que lo puedan entender un poco mejor, mismo que les de lata, es imposible no contarles muy rápidamente quien soy, de donde vengo y las experiencias que me ha tocado vivir desde temprana edad, pues soy convencido que cada una de ellas no solamente me llevó a realizar este gran logro, pero definitivamente son responsables por la persona que soy hoy y por haberme hecho salir de mi Zona de Confort constantemente. 

Antes de adentrarme en mí mismo, quiero repetir que no creo que mis propias experiencias sean más o menos que las de otras personas, cada experiencia es única y transformacional en la vida de las personas que las experimentan y, principalmente, déjense impactarse por ellas (refraseando a mi querida Renata Fornazzari ).

Soy brasileño, nací en el interior del Sur de Brasil (campo), donde nos llaman Gaúchos, así como a los argentinos y uruguayos (por el mate y el trato con el ganado, ovejas y caballos), una región muy rica en agricultura, vinos, carnes, frío (sí, mucho frío con temperaturas negativas) y una cultura maravillosa.

Para los amantes del futbol, tierra donde ha jugado el chileno Elías Figueroa y de Ronaldinho Gaúcho.

Nací en una familia humilde, mi padre, en su adolescencia, era leñador y cuando llegó a la edad adulta logró, con mucho esfuerzo, capacitarse como metalúrgico (estudió solamente hasta el 5° primario) y con mucho trabajo y dedicación logró abrir su propia empresa.

Mi padre fue un hombre muy honesto como he tenido la oportunidad de conocer a pocos, muy duro en su tipo de educación, incluso violento para los días actuales, pero con una efectividad tremenda.

Mi madre, ahhh mi madre, una mujer que nació profesora por naturaleza, su Don era el enseñar, en cada pequeño detalle veía la oportunidad de sacar aprendizaje y transmitírselo a los que estuvieran dispuestos a aprender.

Este talento dio camino a una profesión y desde antes que yo naciera (el hijo más chico de 5 hermanos, 4 hombres y una mujer) ya era profesora de portugués y daba clases en dos colegios distintos en las mañanas, tardes y noches por 45 años, hasta mismo después de ya estar jubilada.

Mis padres se separaron cuando yo era un niño (8 años) y esto fue bien impactante en la época, ya que éramos parte de una comunidad bastante pequeña y tener a los padres separados era todo un tema, más allá que los eventos familiares se veían bastante impactados al no tener el papá presente.

Cuando yo tenía 16 años mi papá se murió en un accidente de auto y fue cuando entonces empecé a entender que debería empezar a salir de mi zona de confort ya desde muy joven.

En esta etapa de mi vida yo estaba muy bien encaminado a ser jugador de futbol profesional, sueño de cualquier niño brasileño, estaba entrenando en las categorías de base de Gremio en Porto Alegre y estudiaba la secundaria Técnico Electrónico en las noches, condición de mi mamá para que yo pudiera seguir jugando.

Cuando recibimos la noticia de la muerte de mi papá, tomé una de las primeras grandes decisiones de mi vida: Salir de mi zona de Confort y abandonar mi sueño de ser jugador de futbol para empezar a buscar trabajo para ayudar a mi mamá y pagar mis estudios.

Ya con casi 17 años entré como trainee técnico electrónico en IBM Brasil arreglando placas madres de las registradoras fiscales, que eran los POS en esta época (1994), linda experiencia que abrió camino a una linda carrera profesional, haciéndome subir escalón por escalón hasta llegar en posiciones Gerenciales a los 27 años. 

El haber salido de mi Zona de Confort me abrió una puerta que nunca se ha vuelto a cerrar, he aprendido desde muy temprano que cuando estamos dispuestos a movernos y estamos abiertos a nuevas posibilidades, se nos abre un mundo de alternativas que son capaces de llevarnos lejos y en la dirección de nuestros sueños y objetivos.

El haber empezado a trabajar tan temprano y todas las decisiones que fui tomando al recorrer de mi vida, me generaron aprendizajes muy potentes y me doy cuenta de que fue eso lo que me trajo donde estoy actualmente y me ha llevado a hacer cosas extraordinarias, tanto en el ámbito profesional como en lo personal.

No digo que no me haya perdido unas cuantas veces en este camino, pues sí que me he perdido (creanme), pero cada vez que estuve dispuesto a moverme de mi Zona de Confort y fui capaz de retomar la senda, fui forjando una persona llena de fortalezas y capacidades que me permitieron idealizar este tremendo proyecto con un hecho extraordinario para los Latino Americanos hasta hoy.

Los equívocos y las pérdidas en el camino me enseñaron a desapegarme de lo superfluo y a enfocarme en la experiencia y el aprendizaje.

Me hicieron ver que no existe receta mágica y que debemos ser capaces de elegir y trillar nuestro propio camino, siempre dispuestos a asumir las consecuencias de nuestras propias decisiones y recorrer paso-a-paso la distancia necesaria hasta nuestros sueños.

Finalmente y llegando al final de este primer capítulo, el principal aprendizaje que fue y sigue siendo el gran motor que me mueve, es la pregunta que siempre hago a todos cuando tengo la oportunidad:

Sabes qué pasa cuando pones tu foco y energía en la dirección de donde no quieres llegar? 

La respuesta es: Llegas donde no querías llegar, PERO LLEGAS.

Entonces no sería muchísimo más lógico poner este mismo foco y energía en la dirección de donde quieres llegar?

Fue con este pensamiento que en 2012 decidí intentaría completar el 4 Deserts Gran Slam.

Que contempla correr 4 Ultramaratonas de 250K cada una, en autosuficiencia, por los 4 principales Desiertos del Planeta en un mismo año calendario.