Carta para un joven profesional

Eres ÚNICO. Porque muy dentro de TI, en TI, tienes tres dispositivos poderosos del ser humano. Y estos son PENSAR, SENTIR Y ACTUAR. TÚ tienes el poder de cambiar el mundo, Pero sobre todo tienes la capacidad de escribir tu propia historia.

Soy Daniel Vivar, tengo 38 años, soy hijo de Mery y Richard, hermano de Patricia, esposo de Susana y papá de Cayetana, enamorado de las películas y de los libros, apasionado por la docencia, la gestión del talento humano y el marketing….y hoy quiero compartir contigo tres historias de mi vida.

La primera historia tiene que ver con “UN RELOJ y EL TIEMPO”…

Y puede que se escuche redundante, ya que hablo de un accesorio y lo que este representa, pero permítanme contarles que no es así. Nací y viví hasta los 25 años de edad en Ventanilla, distrito del Callao, tengo gratos y grandes recuerdos desde mi infancia hasta mi juventud, dentro de ellos resalta lo vivido en “la 13”, el barrio donde crecí, y es “la 13”, por ser el número de la calle donde se ubica la casa de mis abuelos maternos: Juan y María Jesús. Pero si bien esta es mi historia, hay un verdadero protagonista, y este es mi abuelo Juan, y sus tres grandes frases:

·        “La puntualidad es respetar el tiempo de los demás”, por algo mi día empieza siempre a las 05:00 de la mañana, hago que mi día sea productivo y contribuyo a que lo sea para los demás. De niño y adolescente nunca lo entendía, solo me aliaba con el grito de mi abuela cuando le decía “no despiertes al muchacho”, demasiado tarde, ya había escuchado su ruidosos pasos, su fuerte voz y su radio que encendía justo en la ventana de la habitación donde yo dormía.

·        “Aprende a no darle importancia a asuntos que no lo valen”, una gran virtud de él, su ritmo de vida súper activo, como carpintero, zapatero, pintor, constructor, inventor, gran lector, analista político, hincha del Cristal y excelente conversador. Y es que la experiencia de vida le ha enseñado que no vale la pena malgastar energías ni tiempo en nimiedades.

·        Y por último, esta es la frase que más me gusta, aunque de adolescente pensaba lo contrario, “Eres igual a mí”, es que ser el primer nieto era y es una gran responsabilidad, y ¿saben por qué?... porque reforzaba la razón por la cual los abuelos y nietos se llevan tan bien…es que tenemos un enemigo en común: nuestros padres… Felizmente que Cayetana, mi hija, no ha escuchado esto (jajajaja)…. Pero…¿soy igual a él?, si lo soy, toda mi familia me lo dice, mi personalidad, mi forma de hablar e incluso hasta el mal genio… aunque no parezca.

Sin embargo, llega un momento en la vida que el tic tac tic tac del reloj, se detiene, y es así que el pasado jueves 04 de abril de 2019 a los 86 años, a causa de una fibrosis pulmonar, papá Juan, como lo llamaba, falleció. Pero ese día el tiempo fue un aliado, fui más puntual que nunca y llegué a verlo para decirle “Te Amo” y “Gracias”, ese día toda mi familia aprendió a darle importancia a las cosas que valen como estar juntos y dejar atrás las diferencias; pero sobre todo ese día con mayor razón quise ser igual a él, para tener una parte de él en mí por siempre. 

Pueden haber muchas cosas y personas, al igual que un reloj, que son accesorios en tu vida; sin embargo, tu familia al igual que el tiempo que puede ser es muy lento si esperan, muy rápido si le temen, muy largo si sufren, muy corto si gozan; pero para quienes aman, el tiempo es eterno. Ama a tu familia, respétala y comparte su tiempo con ellos, más aún hoy al ritmo y en la coyuntura en la que vivimos.

Hay momentos en la vida que son especiales por sí solos, pero compartirlos con las personas que más quieres los convierten en momentos inolvidables. Mira al frente, busca esas miradas, identifica esas sonrisas cómplices y conecta con ellos, con tus padres, con tus hermanos, con tu pareja, con tus hijos, con tus abuelos y mentalmente diles ¡Gracias por estar aquí hoy y siempre!

La segunda historia tiene que ver con el “CAMBIO”…

Imagínate un punto de partida “A”, un punto de llegada “B” y una línea recta que conecta ambos puntos…. Dirás ¿esta es la forma más rápida de llegar a mi objetivo? …pues sí, también en su momento eso pensé.

Cuando acabé el colegio e inicié mi etapa universitaria pensaba que seguir esa “línea recta” era sencillo, estaba seguro que poseía todo para triunfar en la vida y si hago un resumen de estos últimos 20 años podría decir que soñaba con ser actor, pero mi test vocacional decía que debía ser doctor, estudié una primera carrera para ser ingeniero de sistemas, no conforme con ello, estudié una segunda carrera para ser administrador de empresas, me inicié en la docencia, me casé, hace seis años comencé el rol más importante en mi vida: ser papá, inicié mi maestría, cambié de trabajo, culminé mi maestría, crecí como persona, crecí como profesional; etc.

Pero analizando todo lo transcurrido, algo común y constante estaba presente: el cambio.

Y es que cuando el cambio es parte de nuestras vidas, ¡y sí que lo es de todos!, seguir una línea recta no es lo más recomendado, ya que si bien la línea recta es la más corta, la más rápida, lamentablemente es la menos imaginativa y poco retadora.

Los cambios nos demandan nuevas competencias y recursos que no poseemos actualmente. Por mucho tiempo, hemos estado expuestos a un sistema de educación tradicional que nos preparan para enfrentar los mismos problemas con las mismas soluciones para un mundo sin cambios, para un mundo estable. Hoy en día todo eso es obsoleto, los problemas y soluciones aprendidas son obsoletos. Es por ello que debemos entrenarnos en otro tipo de competencias, es momento que desarrollemos nuestras habilidades blandas.

Y está claro que el cultivar habilidades blandas mejora la productividad y esto tú ya lo debes de tener presente por si estás próximo a ingresar al mercado laboral o ya te encuentras en el. La virtualidad, el trabajo a distancia y la educación en línea ya son la norma y no la excepción. No cabe duda que la forma de hacer negocios en el siglo XXI está evolucionando, pero nadie puede asegurar cuál será el resultado de esta transformación. Aunque parezca contradictorio, en este gran océano de cambios, la capacidad de adaptación es el ancla más segura. De hecho es ahí, en la adaptación, en donde reside el poder y la importancia de tus habilidades blandas. Ten presente, ¡cuando soplan vientos de cambio, otros construyen muros, y Tú deberás construir molinos!

Y la tercera historia tiene que ver con el “TRABAJO EN EQUIPO”…

 La oveja no va en GRUPO va en EQUIPO es lo que nos corregía Cayetana, mi hija de 4 años, cuando un fin de semana junto a mamá repasábamos su exposición de "La Oveja" que tenía programada para unos días después en su escuela.

Personalmente, me sorprendió mucho la firmeza con la que hablaba y a pesar de querer convencerla sobre lo que decía en la hoja resumen que mamá había preparado y que respondía a la pregunta: "¿Cómo se desplaza y vive la oveja? Las ovejas se desplazan y viven en grupos (rebaños) para sentirse tranquilas, ya que cuando ven que se acerca un perro, algún animal salvaje o se encuentran en peligro, todas huyen al centro del grupo para sentirse más tranquilas", Cayetana seguía defendiendo su posición y que ella prefería decir EQUIPO.

Respetamos su posición, pero decidí preguntarle: “Hija, ¿por qué dices Equipo y no Grupo?”. Su respuesta fue: "Papá, me gusta mucho esa palabra (Equipo) y la oveja si está en Equipo se siente acompañada y feliz porque la cuidan...."

Mamá y yo, la miramos sorprendidos porque su respuesta era lógica y ella continuó "...en el Grupo no hay nadie para cuidarla y ella (la oveja) se siente sola y triste".

Simplemente nos quedamos en silencio contemplándola y admirando su respuesta, mientras que Cayetana nos devolvió la mirada y como para culminar la cátedra que nos brindaba, nos dijo: "Papá, mamá y Cayetana... Somos un EQUIPO"

Y es verdad, toda familia es el primer Equipo del cual somos integrantes desde pequeños y es el liderazgo compartido que se ejerce en dicho equipo el que trasciende en cada uno de nosotros, contribuyendo en nuestro desarrollo.

Por ello, el trabajo en equipo es fundamental en nuestra sociedad, somos seres individuales pero difícilmente podríamos sobrevivir y crear grandes cosas solos. Necesitamos de los demás para crear una sociedad en la que vivir y sacar lo mejor de nosotros mismos.

El trabajo en equipo es una inversión de futuro, un pilar fundamental del progreso social y del desarrollo humano, tanto personal, como académico o profesional.

Las relaciones humanas necesitan de tolerancia, respeto, confianza, apoyo mutuo y aceptación de los demás, así mismo, también es de suma importancia las diferencias entre los miembros del equipo, que ayudan a enriquecerlo y a hacerlo mucho más productivo.

En el equipo, todos y cada uno de sus miembros son importantes y si contamos con los estímulos necesarios descubriremos que tienen mucho que aportar, si bien es cierto que no todo el mundo encaja en todos los equipos. El reto está en encontrar la sinergia perfecta.

Por lo tanto, está claro que el rol que TÚ desempeñarás como líder de tu equipo, te permitirá crear todas las condiciones para que se configuren equipos que aporten y generen valor a las organizaciones. Porque TÚ puedes soñar, crear, diseñar y construir el lugar más increíble del mundo…pero se necesita gente para que todo eso se convierta en realidad.

Vuelvo al inicio, cada uno posee su propia visión del mundo, aprecia y valora lo que tienes, conquista tus miedos ¡arriésgate!, y si quieres ser distintos al resto del mundo, intenta ser simplemente una buena persona y serás ÚNICO.

¡Un fuerte abrazo a la distancia!

 Daniel