Charlas/Conferencias escritas y memorizadas por completo
Debes sentirte cómodo cuando hablas, y con eso me refiero a que en el escenario, nada debe estarte preocupando, si no, podría convertirse en una bola de nieve que termina en desastre.
Entonces, si te sientes más cómodo memorizando tu conferencia, ¿deberías hacerlo? La respuesta corta es sí. A pesar que personalmente no sea partidario de esto, esto tiene ciertas ventajas que vale la pena que sepamos.
Cuando tienes un límite de tiempo definido, generalmente corto, para dar tu charla, escribirla y memorizarla ayuda a mantenerte en ese límite de tiempo. Sabes exactamente cuánto va a durar y en qué momento vas a decir qué cosa, no hay fallo. Además, les puedes hacer llegar a los organizadores un borrador de lo que vas a decir, de esa manera, pueden hacerte observaciones mucho tiempo antes del día del evento. Cualquier error, se corrige con tiempo.
Pero esto tiene un doble filo, y es que si no se da la charla de manera adecuada, parece recitada, orada y poco espontánea. Y eso mata cualquier posible conexión con el público, que es lo que estás buscando. El público te tiene que oír hablar, no oír leer. El público tiene que percibir que realmente crees en lo que dices, y eso se logra con una conexión visual y emocional con ellos. Esconderte detrás de un atril, mirar todo el tiempo las tus notas o, peor aún, tus diapositivas, rompe esa conexión. Cuando lees, lo que dices podría parecer impersonal y distante.
Dejando a un lado los “pros” y “cons” de la técnica, vamos a suponer que decides ir por ello y memorizarla. Bueno, entonces estos son un par de consejos que debes saber:
En el escenario tienes que consultar el guión, pero cuidado, CONSULTAR, no leer. La diferencia es que cuando lees, apartas tu vista completamente del público para centrarla en tu guión, y la mantienes ahí. Cuando consultas, sólo pasas la mirada por el texto. Para lograrlo, tienes que estar tan familiarizado con él, que sólo te baste leer un par de palabras para saber qué es todo lo que sigue. De esa manera, puedes volver a la conexión con tu público. Mi consejo personal, identifica palabras clave en cada párrafo de tu guión y escríbelas con una tamaño superior y en negritas. De esa manera no te va a costar trabajo leerlas rápidamente.
Más importante que todo eso, apréndete la charla tan bien que ni por un momento suene a que estuvo escrita. Repasa tu charla, y mucho, al menos, dedica una hora al día durante una semana. Ya que creas que te la aprendiste, te vas a dar cuenta que no, porque vas a entrar a algo llamado “El Valle Inquietante”. “Un término tomado de la animación por computadora en la que la tecnología crea personajes con apariencia humana que se acerca mucho a la realidad, pero no lo logra del todo. El efecto resultante da miedo.” Me voy a odiar por la referencia que voy a dar, pero te acuerdas de la última película de “Crepúsculo”. Bueno, si sí (que lo lamento mucho), la hija de “Bella” y “Edward”, fue la clara representación del “Valle Inquietante”. Casi real, pero sabemos que no, y esa diferencia da miedo.
Bueno, si subes al escenario en la fase del “Valle Inquietante”, o en otras palabras, sí te la subes y casi nos logras dar a entender que es memorizada, pero algo nos indica que sí la estás memorizando y parece recital; vas a fracasar peor que como si te hubieras subido al escenario a leer.
Es natural pasar por el “El Valle Inquietante” cuando estás practicando. La clave es salir de ahí y eso sólo se logra con la práctica.
Para garantizar que realmente tienes tu charla memorizada, tienes que tener una carga cognitiva demandante y diferente mientras dices tu charla en voz alta. Por ejemplo, intenta armar un rompecabezas mientras practicas, o intenta llevar a cabo una receta de cocina. En otras palabras, no habrás memorizado realmente sino hasta que logres decirla mientras haces otra actividad que requiera energía mental en la misma medida. Si lo logras, cuando te subas al escenario y sólo tengas que pensar en tu charla, no tendrás problema en decirla, y podrás usar el resto de tu carga cognitiva para lograr esa conexión con el público que tanto se necesita.
(Todo esto no es sólo de mi autoría, estoy apoyado por lo más relevante del libro "Charlas TED" de Chris Anderson)