Citología Vulvar
Citología de la vulva
Obtención del material
Se realiza por raspado de la lesión con un porta u hoja de bisturí. En los casos en que hay una gruesa capa de queratina el raspado debe ser vigoroso, obteniendo material de zonas profundas. En el caso de lesiones ulceradas, se puede obtener la muestra por raspado suave o por impronta directa del porta sobre la lesión. Las extensiones deben fijarse con alcohol de 96º u otros fijadores.
Citología normal
Las muestras normales están constituidas por una mezcla de células escamosas y células anucleadas. Predominan una u otras dependiendo de la zona de la toma. El fondo del frotis suele ser limpio y las células inflamatorias poco frecuentes.
Proceso inflamatorios e infecciosos
Muchos de ellos son similares a los comentados en frotis cérvico-vaginales. Como en aquellos que se requieran estudio microbiológico para el adecuado diagnóstico.
Los procesos infecciosos pueden incluir patología producida por virus (VHS, VPH, CMV, etc); por levaduras del género Candida y protozoos como Trichomonas vaginalis.
Algunos procesos inflamatorios sistemáticos pueden manifestarse en la vulva como el pénfigo vulvar, la Malacoplaquia y otros.
Distrofias valvulares
Corresponden a dermatosis y la citología es de escaso interés en el diagnóstico, ya que la mayoría de ellas se acompañan de hiperqueratosis y aparecen abundantes células anucleadas. Pueden incluirse lesiones que se describen más extensamente en patología de piel (liquen plano, liquen vulgar, liquen simple crónico, psoriasis, etc).
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Tumores malignos
Carcinoma epidermoide
Es el más frecuente en vulva. Afecta a labios mayores, menores y clítoris. Se caracteriza por la presencia de placas eritematosas o blanquecinas (leucoplasia), a veces hiperpigmentadas; se acompaña de prurito, ulceración y sangrado. En los casos avanzados puede aparecer una masa vulvar. Presenta tres variedades:
Carcinoma epidermoide in situ (enfermedad de Bowen): se le denomina neoplasia vulvar intraepitelial (VIN) y es equivalente al CIN del cérvix. Presenta muchas características similares a este. También se clasifican, según la invasión del epitelio en: VIN I, VIN II y VIN III. El último es el único que presenta interés especial. El VIN III se caracteriza por la presencia de placas eritematosas o blanquecinas (hiperqueratosis), y ocasionales áreas de hiperpigmentación que acompaña de prurito. En citología se observan células escamosas poligonales con núcleos voluminosos y cromatina grumosa hipercromática. Aparecen aisladas o en grupos con poca cohesión. Pueden aparecer fenómenos de hiperqueratosis y paraqueratosis. Hay que diferenciarlo clínicamente de una lesión de pronóstico benigno que presenta igual citología: papulosis boweniode.
Carcinoma epidermoide infiltrante: se presenta como masas perineales, dolorosas, ulceradas y hemorrágicas. Citológicamente son iguales a los del
cérvix.
Carcinoma epidermoide verrucoso: masa excrecente, papilomatosa, con base bien definida. Histológicamente, estructuras papilares revestidas por células neoplásicas escamosa con atipia nuclear. En la base aparecen grandes masas de células neoplásicas que comprimen el tejido conjuntivo subyacente. Citológicamente, células poligonales con bordes bien definidos en grupos. La atipia y el pleomorfismo nuclear son poco característicos, por lo que es necesaria la biopsia.
Enfermedad de Paget
Aparece con mayor frecuencia en mujeres menopaúsicas de raza blanca. Citológicamente es muy similar a la enfermedad Paget de la mama, aunque el
origen tumoral no está claro en esta localización. Se caracteriza por la aparición de células de gran tamaño con citoplasma claro y atipia nuclear, intercaladas entre células epidérmicas normales. Generalmente en los labios mayores.
Melanomas
En los labios mayores y menores. Son poco frecuentes en esta localización. Citológicamente aparecen células de tipo epitelioide redondas o fusiformes, con núcleos atípicos, frecuentes nucléolos, perforaciones nucleares. A veces aparece pigmento intracitoplasmático.