Ciudadanía mundial en Bibliotecas
Fernando Salazar

Ciudadanía mundial en Bibliotecas

Que las bibliotecas respondan a los desafíos globales contemporáneos, a través del inagotable poder que se canaliza en ellas, que no es otro que el de su territorio y sus habitantes.

Promover los derechos y los deberes de todos los ciudadanos, en el marco de los problemas globales que enfrentamos, es una prioridad, y es la base para la construcción de paz y la sostenibilidad ambiental. En este artículo, que partió de la investigación sobre dos bibliotecas que emergen desde procesos comunitarios, creemos que hay preguntas que las bibliotecas pueden constestar desde su conocimiento y su sentir y así lideren esfuerzos que respondan a los desafíos globales contemporáneos, a través del inagotable poder que se canaliza en ellas, que no es otro que el de su territorio y sus habitantes.


La biblioteca es canalizadora de la fuerza creadora de la solidaridad, del vigor y el ímpetu del encuentro comunitario y del vínculo indescifrable con la vida que brota de las comunidades.

Las bibliotecas públicas, el fomento y la promoción de la lectura están modeladas específicamente por ideas sobre la ciudadanía. Aunque existen numerosos ejemplos de proyectos para el fomento de la ciudadanía mundial en educación, no existen iniciativas sobre las oportunidades y los desafíos de promoverla desde las bibliotecas. Cuando una biblioteca decide promover una idea acerca de cómo sus usuarios se deben comportar en un futuro y en otros contextos, o acerca de cómo ejercerán unos derechos y cumplirán con unos deberes que tienen como ciudadanos, los conduce a una transformación personal y comunitaria que es solamente posible a partir de sus servicios y programas. Estos servicios y programas implican asumir un enfoque o un modelo de ciudadanía que, en el marco de la ciudadanía mundial, conlleva a que las personas que participan en una biblioteca pongan en práctica tres atributos: 1. Respeto por la diversidad, 2. Solidaridad y 3. Sentido compartido de humanidad.

Bajo la mirada del Sur Global se ha aprovechado el concepto "Ciudadanía Global" para enfrentar la injusticia social y cuestionar la colonialidad del poder/saber, invitando a cuestionar la reproducción de estas a través de las instituciones de poder que operan a un nivel local.

Visión local, impacto global

Existen bibliotecas que crean oportunidades para que sus usuarios lideren o participen en proyectos que se enfocan en problemas locales, pero que atienden desafíos globales. Estos programas desarrollan habilidades para la comprensión y el pensamiento crítico sobre temas mundiales, regionales, nacionales y locales; crean sentido de pertenencia a un territorio local, compartiendo valores como la empatía y la solidaridad; y generan capacidades para actuar con eficacia, como líderes, con empoderamiento y corresponsabilidad para lograr un mundo más sostenible.

Esto lo hacen a través de talleres para el desarrollo de habilidades del lenguaje, para la ideación y la gestión de proyectos; la organización de encuentros que parten de la escucha y la toma de posición crítica frente a expertos; o el abordaje de desafíos puntuales en eventos (como el cuidado de los animales y la naturaleza), convenciendo y debatiendo con usuarios y líderes reconocidos, para tomar posición y emprender acciones colectivas.

¿Cómo alinear los problemas locales de la comunidad de la biblioteca con desafíos globales?

Cuando una biblioteca promueve una idea acerca de cómo sus usuarios se deben comportar en un futuro, cómo ejercerán sus derechos y cumplirán sus deberes, los conduce a una transformación personal y comunitaria y que es posible a partir de repensar sus servicios y programas en clave de ciudadanía.

Alfabetización mediática y visibilización de problemáticas locales

Internet y las distintas tecnologías digitales, las habilidades mediáticas e informacionales y la adopción de una segunda lengua, se han convertido en aspectos que inciden en la participación ciudadana. Aunque pueden facilitar prácticas dañinas para los principios fundamentales de la ciudadanía mundial, como difundir desinformación y fomentar la discriminación, Internet, las redes sociales, la creaci´pn de contenidos multimedia sirven como mecanismos para recibir información sobre temas locales y globales, tanto oficiales como no oficiales, para intercambiar puntos de vista y para abordar desafíos de forma colectiva en todos los niveles.

Las bibliotecas desempeñan un papel fundamental en el apoyo a la alfabetización mediática a través de la capacidad de poner a disposición de los usuarios espacios para crear contenidos, y de brindar oportunidades de formación para promotores, usuarios y comunidad.

¿Como promover las habiliades para buscar, evaluar y usar información sobre cualquier tema? ¿Cómo conectarse fácilmente con otros a pesar de la distancia geográfica y o de tiempo, o producir y compartir contenidos que cruzan fronteras? ¿Cuáles son las habilidades digitales fundamentales para desarrollar los tres atributos de la ciudadanía mundial: 1. Respeto por la diversidad, 2. Solidaridad y 3. Sentido compartido de humanidad?

Enfoque comunitario

Las bibliotecas son, ante todo, un tejido de personas, una comunidad, en estrecha colaboración, complicidad y complementariedad que nombra, con la lengua hablada y escrita, los más diversos elementos y paisajes de un mismo territorio. La biblioteca es canalizadora de la fuerza creadora de la solidaridad, del vigor y el ímpetu del encuentro comunitario y del vínculo indescifrable con la vida que brota de las comunidades. Por esto, fortalecer las formas de vida y las relaciones sociales a través del posicionamiento de un discurso propio, del encuentro en un espacio de lenguaje por parte de una comunidad, es el ideal más importante al que puede aspirar una biblioteca, porque crea un sentido compartido de humanidad.

La Biblioteca debe favorecer la palabra hablada, la lectura y la capacidad de diálogo asambleario. Debe generar vínculos vitales y existenciales en las comundiades de un territorio, porque en ella los principales protagonistas son los ciudadanos y la vocación comunitaria y desespcio público que congrega alrededor de la palabra hablada y escrita, y que hacen de todas las bibliotecas una gran familia.

¿Cómo gestionar este patrimonio que reposa en todas las comunidades? ¿Cómo activarlo en acciones concretas desde las bibliotecas?

Interculturalidad, tensiones locales y respeto por la diversidad

Una colección de libros, de materiales de lectura, es una expresión de un territorio. La elección de los libros de una biblioteca, de la colección bibliográfica y la gestión de esta, supone consolidar en unos espacios y en unos servicios la expresión de lo que consideramos importante de nuestros saberes y de nuestro universo. En último término, la colección de una biblioteca pública tiene un dimensión humana que se escapa a la técnica. Por esta razón, y desde el compromiso de las bibliotecas públicas con la memoria y la cultura, se han desarrollado las colecciones locales. Podríamos decir que una colección local materializa y concreta la suma de las costumbres, hechos, creencias y tradiciones de un grupo de personas vinculadas por la zona geográfica en donde habitan. Pero ¿Cómo gestionar la diversidad del territorio? ¿Cómo hacer que lo local no opaque un compromiso regional y mundial frente a retos que compartimos desde la diferencia?

Las diferencias por el territorio, la diversidad de formas de ver el mundo, las formas de organización comunitaria y las distintas tradiciones que se sobreponen en un territorio son más que las que se pueden ver o contar.

¿Cómo gestionar la diversidad cultural a través de las colecciones? ¿Cómo crear servicios culturalemnte inlusivos?

Saray Salazar Jordan

Senior Legal Counsel and Compliance Officer Andean Pact, South Cone & CAC en Thales

2 años

Muy interesante

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