Ciudadano, médico y amigo.
Las crisis se terminan. Lo sé yo, lo sabés vos, lo sabemos todos.
Las situaciones que implican riesgo en la salud parecen generar más angustia que si fuera solamente una crisis económica.
Creo que es una buena oportunidad para reflexionar sobre lo capaces que somos, individualmente y como partes de la sociedad, para cuidar de nosotros y del otro.
Aunque en estos días se hace más evidente, la capacidad para cuidarnos la utilizamos todos los días. A veces más, a veces menos. Pero siempre la utilizamos.
Esto permite pensar que hemos sido cuidados, y que aprendimos de esos cuidados para cuidarnos y cuidar
Cuando nos damos cuenta que tenemos y usamos la capacidad, entonces logramos un poco más de espacio en los pensamientos para serenarnos, disminuir la ansiedad, la angustia y el estrés. Al mismo tiempo nos ayuda a ser más tolerantes.
Es frecuente durante las crisis enojarse con uno mismo y con otros.
Quizá no sea para aplaudir de pie a las personas que compran muchas cosas en el supermercado, pero, ¿quién no se asusta un poco en estos momentos?
Es posible que estos enojos nos permitan entender cuán vulnerables nos sentimos.
Comprar mucho en el supermercado por miedo al desabastecimiento genera miedo por sentir que está en riesgo nuestra posibilidad de alimentarnos. Esto en parte es un hecho objetivo, real, y al mismo tiempo algo que genera angustia inconsciente. A veces nuestra respuesta puede estar generada no sólo por la bronca, sino por esos aspectos insconscientes particulares de cada personas. La vulnerabilidad de cada uno.
Lo que podemos hacer es entender nuestras acciones para ver si quizá nosotros mismos nos estamos exponiendo a una situación de mayor vulnerabilidad sin que nos demos cuenta.
A veces la angustia no nos deja utilizar la capacidad como nosotros sabemos.
Quizá este es un momento especial para entender qué cosas propias podemos mejorar.
Observar la historia y el presente puede ayudar a tomar perspectiva y a disminuir la ansiedad.
Las gripes por virus ocurren desde hace mucho tiempo todos los años.
Mirar el pasado con los ojos de hoy para entender el mañana va a ayudar a que nos contagiemos el amor y la esperanza.