NO, Claudio.
Por Nino Torres.
Así, en mayúsculas. Rotundo, sólido e insobornable es el NO para Claudio Pizarro en la Selección. Cuando Ricardo Gareca le cerró las puertas de la Videna, puso candado y tiró la llave a la tierra del olvido. Sin embargo, en la revista Somos, dos periodistas elucubraron una serie cartográfica para navegar en busca de esa llave que ya no existe.
El artículo en mención esgrime una serie de argumentos que empiezan con la vigencia de un delantero de 40 años que acababa de hacer su cuarto gol en 19 partidos. En la temporada 2017/2018, en el Colonia, hizo un solo gol. ¿Quieren saber cuántos hizo en la del 2016/2017? UNO. Estoy seguro que hacer seis goles en tres temporadas no califica a ningún delantero del mundo para ser convocado a la Selección de su país.
Antes de continuar con el rebate de estas ideas, quiero dejar en claro que jamás pondría en tela de juicio que Pizarro es nuestro jugador más exitoso de toda la historia. Por encima de Cubillas y sus diez goles en los mundiales. Claudio, de la mano del Conejo Benítez, son los dos únicos peruanos en ganar la Champions League. TODOS los demás vienen un escalón por debajo.
Ahora sí, vamos por lo que dijo Arturo León acerca de lo que esperábamos que Claudio hiciera cuando se ponía la blanquirroja:
“En Perú le pedíamos que fuera Maradona. ¿O me equivoco?”
Sí se equivoca. En esta tierra, la suya, la nuestra, esperábamos con el alma sonriendo al “Bombardero de los andes”. Teníamos una fe ciega y apostábamos siempre todo a ganador porque nuestro 9 era el goleador del Bayern Munich. El máximo goleador extranjero de toda la historia en la Bundesliga no nos podía fallar, pero lo hizo.
Por respeto a la leyenda que es Claudio, no mencionen nunca más su nombre para la Selección. Dejémoslo que cierre su capítulo final en Bremen, que pase la Copa América y luego que venga a quemar los últimos cartuchos de una ilustre carrera en su querida Alianza Lima.
Como dice Eclesiastés 3: “Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora”. El tiempo de Claudio, ya pasó.