EL CLIMA ORGANIZACIONAL Y EL ÉXITO DE UNA EMPRESA
¿Es importante para los empleados contar con un buen clima organizacional? ¿Mejora su productividad? ¿Impacta positivamente en su moral? ¿Genera un mayor compromiso y sentimiento de pertenencia hacia la empresa? Cuestionamientos recurrentes que entregan diversos puntos de vista, contando con mayor o menor relevancia para las empresas en función de la propia cultura organizacional de cada una.
En primer lugar y en términos generales, podríamos afirmar que un ambiente propicio siempre debería influir de manera positiva en el éxito o fracaso de cualquier iniciativa, tanto laboral, familar o de índole personal. Resulta obvio pensar que en condiciones de trabajo y convivencia adecuadas las motivaciones serán mayores.
Ahora bien, hay quienes están de acuerdo y quienes no tanto. Los primeros lo entienden como una verdadera prioridad dentro de la empresa y actúan en consecuencia. Asumen el clima organizacional como un tema central y consideran que un mejor desempeño comercial está estrechamente ligado con un buen clima organizacional. Entienden que empleados felices se traducen en clientes felices, y por ende, en mejores resultados comerciales. En la vereda opuesta se encuentran quienes no priorizan estos aspectos y solo focalizan sus esfuerzos en reducir gastos y beneficios, en fomentar liderazgos autoritarios, controles excesivos y en hacer “micro management”, limitando la autonomía y el desarrollo del personal, propiciando un ambiente laboral inseguro, negativo y reactivo.
Hay que entender que un clima organizacional favorable no implica solamente el aspecto salarial o el contar con capacitaciones, programas de incentivo o recompensas, va mucho más allá. Involucra empoderamiento, pautas claras, respeto, confianza, apoyo a la innovación y nuevas ideas, recursos y herramientas adecuadas para trabajar, flexibilidad y un enfoque claro, todos elementos que finalmente se traducirán en empleados más comprometidos y con un mejor desempeño.
Un clima organizacional negativo generará apatía, frustración e inseguridad, y traerá como consecuencias una alta conflictividad, una mala gestión del tiempo, una disminución de la productividad y posiblemente una mala relación con los clientes, afectando directamente los propios intereses de la empresa.
El clima organizacional debería ser una parte fundamental dentro del funcionamiento y estrategia de cada empresa, independientemente de la coyuntura económica o contexto en el cual se encuentre el negocio. Siempre existirán oportunidades de mejora, incluso en tiempos de crisis, y estas mejoras no implican siempre un gasto o inversión económica. El concepto de clima organizacional es amplio y puede aportar grandes beneficios, entendiéndolo como una verdadera prioridad.