#COACHINGAPLICADO HOY: #BERRINCHES
Respecto a la crianza de los niños han ido surgiendo, con el paso del tiempo, diferentes visiones, corrientes, estudios, que van demostrando la importancia de criarlos en una “manera positiva y de empoderamiento”. Hoy día, tenemos muy desarrollados temas como los derechos de los niños, los derechos humanos. Y ante esta situación como padres nos es difícil criarlos como fuimos criados, mi marido y yo, ya que nos sentíamos poco adaptados a los momentos que estamos viviendo. De ahí surge la necesidad de investigar sobre el tema comenzando con lectura específica en libros como:
- “Bebés estimulados, niños felices”, de Griselda Geuze – Editorial Atlántida.
- “50 Consejos para Calmar el llanto de tu bebé”, de José Sanz – Julia Molinuevo y Elisa Ruano – Editorial Libsa.
- “Criar Hijos Confiados, Motivados y Seguros”, de Maritchu Seitún – Editorial Grijalbo.
- “Confianza Total para tus hijos” de Verónica de Andrés y Florencia Andrés – Editorial Planeta.
Todo iba de maravillas mientras nuestro príncipe se encontraba a resguardo en la panza de mamá, pero cuando nació todo lo leído parecía haberse evaporado de nuestro intelecto sobre todo cuando comenzó la etapa de los berrinches a los dos años tal y como lo explican los libros que ocurrirá.
Santino comenzaba un berrinche por algo y era escucharlo al menos una hora por reloj a los gritos y patadas.... ¡¡¡fue terrible!!! como papás empezábamos hablando de la manera más dulce que conocíamos pero con el correr de los minutos esa paciencia y amorosidad se iba diluyendo y comenzábamos a entrar en un círculo vicioso muy difícil de salir, todos gritábamos, todos llorábamos, se convertía en un berrinche familiar e incluso algunas veces volvíamos a la época de nuestros padres.
Lo terrible también es lo mal que nos sentíamos como papás cada vez que esto pasaba, juicios de todo tipo y color nos acechaban, o dicho de otra manera, cada creencia, cada vivencia, estaba ahí para machacarnos el error internamente.
Un par de años después conocí el coaching, me adentre en ese maravilloso mundo y pude entender, pude comprender situaciones vividas. Fundamentalmente aprendí que los niños son seres pequeñitos pero que tienen todo el vaivén emocional como los adultos, más les resulta difícil muchas veces, expresarlo con palabras y lo hacen de la manera que van pudiendo hacerlo para no guardárselo dentro y poder manifestarlo.
En este contexto y con todo este bagaje de información a cuestas empecé a aplicarlo en casa. En aquel tiempo para evitar “berrinches”, comencé a explicarle a mi hijo las cosas, entonces si íbamos al mercado, por ejemplo, antes de entrar le decía, “Santino mamá tiene x cantidad de dinero para gastar en algo para vos, comprendido?” y si su respuesta era si, continuábamos el viaje al mercado, así íbamos recorriendo las góndolas y él quería tal o cual cosa y las respuestas posibles eran, está bien, esta dentro del dinero posible a gastar, o, no Santino eso cuesta más de lo que podemos llevar hoy. Si elegía algo dentro de lo permitido y al llegar a la góndola siguiente quería otra cosa, entonces era momento de elegir, uno u otro?, los dos juntos se pasan de presupuesto. Esta situación que quizás parezca una tontería a mi me allano el camino y me daba tranquilidad, ya que teníamos una promesa hecha que ambos íbamos a cumplir. Cuando en el transcurso del camino encontrábamos a un nene haciendo berrinche por algo a los gritos en medio del mercado los dos entendíamos que ellos no habían llegado a ningún acuerdo antes de entrar, incluso lo conversábamos juntos.
Otra situación de este tipo se comenzó a dar cuando íbamos a un lugar y llegaba la hora de irnos… fue difícil un par de veces… pero luego entendí que si aplicaba la estrategia del mercado quizás me daría mayor resultado. Y así fue, un día estábamos en una plaza y le digo a mi hijo, Santino… últimos quince minutos, luego nos vamos… está bien???, y el decía, bueno mamá… entonces pasados los minutos acordados le decía, hijo llegó la hora de irnos, a lo que el respondía, pero mama!!!, y ahí decía, Santino quedamos que eran los últimos quince minutos, y estabas de acuerdo, mañana si podemos volvemos, hoy nos tenemos que ir… y salíamos contentos por la tarde que habíamos pasado!!
Era genial esto de pactar o prometernos antes las cosas!!, comencé a tener mayor confianza incluso como mamá!. Le transmitía todo a mi esposo así él tenía estos mismos recursos!, y algo fundamental que acordamos como papás fue no desautorizarnos delante de él. no importaba si estábamos totalmente de acuerdo o no, lo conversábamos luego.
Luego de seis años del nacimiento de Santino llegó Alina a nuestras vidas, hoy tiene casi dos años y medio y si bien como padres el segundo hijo lo estamos criando más relajados, sin tantos miedos, con ella en este momento estamos utilizando la estrategia de quitar el foco de atención de lo que le está comenzando a provocar el berrinche…ya que aún no comprende de hacer promesas, de todas maneras lo vamos intentando de a poquito.
Es fácil ser madre para mi?, algunas veces más que otras, hoy tengo el conocimiento y las herramientas para poder elegir el tipo de mamá que quiero ser. Debo confesar que no logro estar en eje y tan tranquila todo el tiempo, a veces soy una mamá “visceral”, lo bueno es que también me doy cuenta de esto y esos momentos de rabieta comienzan a durar menos, “porque” no me conducen a nada bueno y porque no son consecuentes con el mensaje que día a día les doy a mis hijos. Frases como “Para qué” o “de qué me sirve”, o “que quiero lograr con esto” son las que han ido reemplazando mis “porque”.
Ojalá les sirva para hacer su propia experiencia y aguardo sus comentarios para seguir enriqueciéndonos entre todos!!!
Berrinches es sólo un capítulo de lo que fue mi tesina... si te gustaría recibirla completa escribime, será un gusto compartirla con vos!