¿Coche eléctrico? Mitos, ventajas y razones para dar el salto
Me acabo de comprar un coche eléctrico. Bueno, en realidad, me lo acaban de entregar, después de más de tres meses de espera. "Eres un afortunado", me dicen en el concesionario. En plena crisis de suministros, me explican, a día de hoy la espera media a la hora de comprar un nuevo vehículo -eléctrico o no- es de seis meses. Algunos se van hasta cerca del año. Da igual que hablemos de compradores particulares o de empresas: hay personas que lo quieren para poder ir y volver del trabajo, y hay quienes necesitan una nueva furgoneta para la logística de su compañía. El problema es que en muchos casos existe una necesidad inmediata que no se puede cubrir. Así que en estos tiempos comprarse un coche eléctrico es, más que nunca, una inversión a futuro. Literalmente.
De todas las opciones de transporte alternativo a los combustibles fósiles, la electrificación es la más viable, económica y verde. Hace unos meses, Borja Hormigo, Strategic Alliances Manager en Iberdrola Smart Mobility, me contaba en esta entrevista que "la descarbonización del transporte pasa claramente por la electrificación, y no solo del transporte sino de cualquier proceso que tenga posibilidad de ser electrificado. Está demostrado ser la tecnología más limpia y eficiente. Y, solo en ciertos casos concretos donde la tecnología actual no sea una solución viable, cabrían el resto de tecnologías o un mix con la electrificación". Es decir, que los biocombustibles o el hidrógeno verde serían algo complementario a los vehículos eléctricos en el ecosistema del transporte del futuro.
Sin embargo, persisten dos escollos principales a la hora de apostar por el coche eléctrico. En primer lugar, el precio, que ha provocado que la cuota de mercado apenas alcance hoy en día el 2,51%. A raíz de la crisis de suministros y la inflación desbocada en el último año y medio, se han disparado los costes en la mayoría de los casos. En concreto, el coste de las baterías, que ha bajado de forma continuada durante los últimos 12 años; ha subido en este 2022 nada menos que un 7%. Algo que ha repercutido en el cliente final: si yo hubiese esperado hasta hoy para comprar mi coche, me habría costado aproximadamente un 10% más que en septiembre.
Como pronto, hasta 2024 no se espera que vuelvan a bajar los precios. ¿Quiere decir esto que es un mal momento para pasarse al coche eléctrico? En absoluto. La rentabilización en términos económicos se sigue produciendo desde el primer día.
Por otro, lado, la falta de puntos de recarga -el segundo principal motivo de resistencia- promete revertirse precisamente desde el pasado 1 de enero de 2023, cuando entró en vigor la normativa referente a los puntos de recarga obligatorios en edificios públicos y no residenciales. Una medida que podría cambiar por completo el mapa de electrificación en España. Especialmente en lugares tan comunes como centros comerciales, supermercados, hoteles, restaurantes, garajes públicos... y centros de trabajo. El objetivo es llegar a los 100.000 puntos de recarga de aquí a 2024, combinando entornos urbanos, carreteras y autopistas.
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Mitos y desconocimiento sobre el coche eléctrico
Al ahorro en el bolsillo del consumidor -aún mayor si dispone de puntos de recarga gratuitos cercanos o de una fuente energética renovable en casa, como la fotovoltaica-, se le suman varias ventajas adicionales. Por ejemplo, la reducción de su huella de carbono. Este punto es importante por varios motivos. En primer lugar, porque el 83% de los españoles está concienciado con las emisiones de CO2 generadas por el transporte en carretera, según un reciente estudio realizado por la Cátedra de Transición Energética Fundación Repsol en la Universidad Politécnica de Madrid, junto con la Fundación Corell y la consultora GAD3.
Además, si bien existe una concienciación generalizada, persisten ciertos mitos y desconocimiento que rodean a la electrificación. En ese mismo estudio, el 87% de los encuestados cree erróneamente que las emisiones de CO₂ son perjudiciales para la salud, al confundirse con la emisión de otros contaminantes que sí afectan directamente a la calidad del aire y a la salud de las personas y los ecosistemas. Paralelamente, la mitad de los españoles cree erróneamente que el coche eléctrico no presenta emisiones netas de CO2, porque no tiene en cuenta la procedencia de la electricidad que utiliza el vehículo. Dos datos demoledores que nos indican que la principal necesidad de la electrificación es la didáctica. Especialmente, porque su público objetivo es una ciudadanía concienciada que pretende tomar decisiones de compra basadas en la información más completa posible.
Ventajas directas de comprar un coche eléctrico
Aunque no se puedan ignorar las emisiones en todo el ciclo de vida, los coches eléctricos cuentan con la etiqueta 'Cero emisiones' porque, en efecto, no generan directamente gases contaminantes durante su uso. Esto se traduce no solo en ser la opción más verde para el usuario, sino en una serie de ventajas a la hora de circular. En grandes ciudades como Madrid, esta etiqueta ambiental permite la circulación por zonas de tránsito restringido (como Madrid 360 o los carriles BUS y VAO), así como el aparcamiento sin restricción horaria en las zonas de estacionamiento SER.
En clave más práctica, el coste de la recarga se reduce considerablemente, incluso si se opta por cargar la batería en casa o en puntos de pago. Además, la tasa de averías es cercana al 0%, ya que los coches eléctricos cuentan con pocos elementos en movimiento expuestos al desgaste. Tampoco es necesario hacer un mantenimiento clásico (adiós a los cambios de aceite) y, en consecuencia, el gasto anual en el seguro se reduce drásticamente: entre otras cuestiones, como es realmente improbable sufrir un accidente por un fallo mecánico, la cuota de la póliza pasa a ser muy asequible. Un todo riesgo pasa a costar menos que un seguro a terceros de un vehículo de combustión.
Por último, uno de los principales incentivos para la compra de un vehículo eléctrico es que existen distintas ayudas y subvenciones para hacerlo, tanto municipales como autonómicas. Actualmente, el Plan Moves III ofrece un reembolso de hasta 7.000 euros al entregar tu coche antiguo. Y, aunque sean menos conocidos, en ciudades como Madrid, existen bonos de 360 euros de descuento simplemente presentando el abono transporte. Además, la mayoría de los ayuntamientos están aplicando reducciones impositivas para los vehículos eléctricos e híbridos. Normalmente se está descontando un 75% para siempre en los vehículos 100% eléctricos a la hora de cobrar el impuesto de circulación.
Operario Polivalente | Conductor de Maquinaria | Mantenimiento y Logística Industrial | Experiencia en Gestión de Residuos y Prevención de Riesgos
1 añoSiento discrepar con tú opinión en este artículo. En mi opinión el hidrógeno verde, en mi opinión, es el combustible del futuro más cercano. El principal escollo es la práctica inexistencia de puntos de repostaje, pero a su favor tiene la gran autonomía y la rapidez con la que se reposta. También pienso que el futuro de los vehículos tiene que ser un mix de las distintas tecnologías sostenibles y creo que también un mix de vehículos en función del uso que tengan. Por ejemplo para reparto en ciudad las bicicletas eléctricas, las motos y las furgonetas eléctricas son vehículos ideales. Mientras que para la circulación entre ciudades los vehículos impulsado por hidrógeno verde son la mejor opción. Además de que hay que dinamizar el transporte ferroviario, que es muy sostenible e interesante para grandes volúmenes de productos.
Graduado en Derecho. Doble Máster MBA & Administración y Dirección de Empresas/ Dirección de RRHH
1 añoNo lo veo claro Pavel. Su precio, la autonomía de un coche totalmente eléctrico, así como los puntos de recarga obligatorios (los de centros comerciales, edificios públicos y otros solo cargan sobre un 10%) y el tiempo necesario para esa carga completa no me hacen verlo como algo interesante a día de hoy. Me inclino por el coche híbrido, pero ya nos contarás tu experiencia.