Coherencia para un pacto fiscal creíble

Coherencia para un pacto fiscal creíble

“Necesito bombillas led. Son de esas que tienen ahí”, le dije al dependiente de la ferretería. “¿De estas?”, me preguntó. “No, de las de rosca gorda”, respondí. “Entonces de las E14”, afirmó. Y di por hecho que esas eran. Cuál fue mi sorpresa al llegar a casa, abrir una de las cajas y encontrar que la rosca era delgada. Tuve que volver y, además de perder mucho tiempo en el tránsito y gastar gasolina, el enfado fue mayúsculo. La imagen que transmite la ferretería, recién abierta, resultó incoherente con el servicio ofrecido. Seguramente volveré. Doy segundas oportunidades. Pero cuando pida algo, dudaré de lo que me ofrecen y tendré que cerciorarme de que, realmente, me entregaron el producto solicitado. Su credibilidad está en juego.

La credibilidad es un factor determinante para la vida. No importa el nivel de éxito, prosperidad, popularidad… que se quiera alcanzar. Sin credibilidad hay menos opciones de lograrlo, por mucho que estemos viviendo en los tiempos de los “nuevos ricos”, que más bien viven del pan de hoy y terminan malviviendo mañana. Quien tiene credibilidad se gana la confianza. Cuanto más dure la credibilidad, habrá mayor confianza. Tanto en calidad como en cantidad. A los creíbles los recomiendas y tienen más posibilidades de hacer crecer su reputación, a la larga, el tema del que hablamos.

Leo en la cuenta de Twitter de la Autoridad Metropolitana del Transporte (AMET): “Si transitas en motocicleta o conoces a alguien que lo hace, dile que use el casco. #consejosAMET”. El mensaje es, en este caso, parte de lo que establece la ley. Uno espera que la autoridad sea la primera coherente con esa disposición. El problema es que, a diario, vemos a agentes de dicha agencia policial de tráfico circular en moto sin casco. Y no sólo eso. Se ven casos en los que hay tres agentes trasladándose en la motocicleta. Algo también incoherente con la función, la ley y el ejemplo que debe dar la institución. De esta forma, pierde credibilidad ante el ciudadano. ¿Por qué hacer caso del tuit “Respete las reglas de tránsito y las señales de seguridad” cuando la autoridad es la primera que las infringe?

La cotidianidad está llena de casos de incoherencia. Empresarios que demandan austeridad pública y no se privan de comer y cenar asiduamente y bien acompañados en restaurantes en los que solo por respirar hay que dejar medio sueldo. Gobiernos que amenazan con tomar acción contra ciertos sectores si no acatan las normativas y, pasado un tiempo, ni acatamiento ni sanción. Personas que llevan un sticker en el carro que pide el 4% para la educación y tiran por la ventana un vaso de plástico o la colilla de un cigarrillo. Religiosos que oran por la paz en el mundo y alteran el orden público llamando a la violencia social contra lo que entienden son injusticias. Políticos que aprueban leyes que luego no se preocupan de cumplir, como la que obliga a declarar los bienes. Deportistas que muestran camisetas de juego limpio para apoyar campañas públicas y se dopan para lograr mejores resultados. Seguro que a su alrededor tiene ejemplos de incoherencia entre el discurso y la acción.

En la República Dominicana viviremos, se supone que en poco tiempo, el inicio de las discusiones para alcanzar un gran Pacto Fiscal. Es necesario para la sostenibilidad de las futuras generaciones y el bienestar de las presentes. Se supone que será el acuerdo de todas las fuerzas vivas del país para, por ejemplo, marcar las estrategias y directrices que permitirán reducir al mínimo la informalidad, incrementar la equidad, hacer más justo el ingreso del Estado y más eficiente su gasto. De una vez por todas.

Pero antes de empezar, de cara a la credibilidad del proceso, sería bueno iniciar una campaña de coherencia. Predicar y dar ejemplo. De esta forma, costará menos asumir los presumibles sacrificios que se van a exigir. Basta con anunciar algunas ideas, algunas directrices que calienten la pista y actuar en coherencia con ellas para que, cuando vengan las decisiones de “grandes ligas”, la sociedad otorgue credibilidad a lo que salga de dicho Pacto.

Las oportunidades se agotan. Todo tiene un límite. Ser coherentes para ser creíbles. Y tener éxito. (Publicado en mi columna De esto y lo otro en Forbes Dominicana en la edición de febrero de 2015).

Anna Szterenfeld

Editorial Director, ThoughtLab. Expert project manager, editor, specialist in thought leadership and political/economic risk.

9 años

Excelente Iban!

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