Como no hundir un proyecto 7 / tener un buen plan
Empecemos con las cuatro nobles verdades, a menudo olvidadas:
Estas energías y voluntades, se traducen en acciones, la calidad y cantidad de las mismas va a condicionar de forma significativamente el éxito o el fracaso, la implicación o el abandono, la ficción o la realidad.
La primera condición que debe cumplir un plan es que el que lo haya diseñado se lo crea, y el que lo pida realmente lo apoye, y si es la misma persona, que no se haga trampa.-
Hay dos tipos de planes que acostumbran a llevar al fracaso.
Realmente no importa si el plan tiene muchas o pocas acciones, lo que realmente importa es que sean las adecuadas y que sean consistentes.
Un acción es consistente si tiene todas las siguientes características :
Recomiendo encarecidamente acudir a la inteligencia artificial generativa (copilot, Chatgpt o mi favorito, Gemini – ex bard) si juntamos la idea con un buen dialogo basado en prompts la resultante no suele estar nada mal – y te ahorras unos brainstromings y más de alguna idea peregrina… -
Pero no importa lo bien hecho que plan, una de las formas más seguras de hacerlo fracasar es no hacer un seguimiento adecuado, en dos niveles:
- Del responsable de la acción
- Del responsable del proyecto
Si el responsable de la acción no se toma en serio su tarea se limita a mirar con van los temas unas horas antes del seguimiento y frente a cualquier pregunta suelta un discurso inconcreto, malo.
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Y si el responsable del proyecto no impone un sistema muy estricto de seguimiento con consecuencias (positivas o negativas se abre una brecha que puede acabar afectando significativamente al resultado, es decir, peor.
Supongamos que hemos llegado hasta aquí, con coherencia y con un seguimiento de calidad, entonces tenemos una visión relativamente objetiva de cómo está funcionando el plan.
En este caso, podremos anticipar algún tipo de medida de corrección si es necesario, que pasa desde abandonar la idea a corregir determinados elementos, a cambiar el objetivo …. Es decir, a volver a redirigir el plan.
Porque cuando esto no lo hacemos, y estoy seguro que a más de uno de los que me leéis lo habéis sufrido, algunos de los responsables del plan van a convertirse en “justificadores oficiales”. Explicando las razones que justifican la desviación o el incumpliendo del plan, y el colmo de la diversión, diseñando planes de contingencia para apuntalar el plan. Y esto consume mucho más tiempo que hacer, ejecutar y seguir un buen plan.
Entonces, si que estaremos muy cerca del fracaso … y aún en este caso siempre nos quedará pensar que
Cada fracaso le enseña al hombre algo que necesitaba aprender.