Como la tecnología nos ayuda a estar más guapos
Hoy en día en plena escalada de selfies, cuando se persigue ansiosamente el “me gusta”, con redes que rinden culto a la imagen como Instagram… es difícil imaginar que alguien no quiera parecer guapo. Una buena presencia física mejora la autoestima, la confianza y la aceptación social. Esta búsqueda de la belleza supone que el sector de la cosmética mueva en el mundo unos 438.000 millones de dólares y en España supere los 7.000 millones. Me resistía a creer que no existiera el término beautytech…¡y claro que existe! De hecho se celebró con éxito una cumbre el pasado mes de enero. Y es que, como en tantos otros ámbitos, también en éste la tecnología tiene un papel cada vez más importante hasta el punto de que las mayores empresas del sector ya cuentan con departamentos técnicos que trabajan conjuntamente con startups tecnológicas y universidades para sacar al mercado productos innovadores y basados en las últimas técnicas para que seamos cada vez más guapos o, al menos, lo parezcamos.
Tradicionalmente la industria cosmética ha estado muy basada en las tiendas físicas y en la experiencia de los clientes en ellas: allí se podía oler los perfumes, conseguir muestras de algunas cremas, un estudio de la piel o asesoramiento particular. Ahora la transformación digital ha llegado a la cosmética e Internet condiciona notablemente las decisiones de compra de los clientes. Según Google, el 66 por ciento de los consumidores dice que YouTube influyó en sus compras de cosmética y en Reino Unido el 11 por ciento de todas las ventas del sector ya son online. Por ello, el contenido digital y la presencia en redes sociales es fundamental para las marcas del sector. De hecho, según socialbakers.com, la industria cosmética es la que más interacciones con clientes genera en Instagram, por delante de la moda o los automóviles. Y también es la que más utiliza los filtros patrocinados de Snapchat para que los clientes puedan probar sobre sus propias fotos los resultados de aplicar los productos de maquillaje.
Al igual que en las tiendas físicas hay un vendedor que recomienda al cliente los productos que mejor le sentarán, la clave del éxito de la venta online es también la personalización, considerar que el cliente es único, con necesidades exclusivas y, para ello, la ayuda de la tecnología es fundamental. Por ejemplo, L’Oreal ha desarrollado conjuntamente con la empresa Image Metrics, la compañía de animación que creó el maquillaje de la película “El curioso caso de Benjamin Button”, la aplicación Makeup Genius, que emplea tecnología de realidad aumentada y reconocimiento facial para convertir el smartphone en un espejo virtual a través de la cámara frontal del teléfono. Así, el cliente puede escanear el código de barras de un producto de la tienda y hacer una prueba virtual en tiempo real superponiendo el maquillaje a la imagen de su cara en el móvil, o bien hacer esa misma prueba con alguno de los cientos de productos del catálogo virtual de la aplicación. La app es capaz de reconocer incluso los movimientos de la cara para que el resultado sea más realista. Esto se puede almacenar en el smartphone y hacer directamente el pedido del producto más convincente desde la propia aplicación.
Otra de las líneas de negocio que las empresas de cosmética están explorando es la de los aparatos electrónicos. Por ejemplo, en el pasado CES de Las Vegas se presentó el primer smartcepillo, el Kerastase Hair Coach, un dispositivo para decir adiós a los tirones de pelo en el cepillado diario. El cepillo contiene un sensor de conductividad que detecta si el pelo está húmedo o seco, un acelerómetro, un giroscopio para medir la fuerza y la velocidad del cepillado y ¡lo más llamativo! un micrófono para capturar los sonidos que se producen durante el cepillado, de manera que el aparato literalmente “escucha” a nuestro pelo. Todos estos datos se almacenan en una app a través de la conectividad WiFi del cepillo que analiza los datos para detectar la debilitación del cabello. En esta misma línea, otro ejemplo de dispositivo al servicio de la cosmética es el Skin Analyzer de la firma Dior, que ya se comercializa en algunas tiendas y que es un gadget que analiza la piel de cada usuario y le proporciona consejos específicos sobre los cuidados que necesita y el tono de maquillaje que mejor le quedaría.
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