Como tener éxito, como CEO, en el contexto actual: Del entorno VUCA al BANI

Como tener éxito, como CEO, en el contexto actual: Del entorno VUCA al BANI

En la década de los 80 se acuñó el término VUCA, para definir un entorno complejo y volátil.

Esta expresión surge en un contexto militar, tras la guerra fría, y se traslada rápidamente al entorno empresarial.

El Acrónimo VUCA viene a definir una situación Volátil (volatile) Incierto (uncertain) Complejo (complex) y Ambiguo (ambiguous). Explicando un entorno poco predecible, con cambios que suceden de forma rápida, donde incluso un alto nivel de conocimiento es insuficiente para anticipar esos cambios, donde lo ambiguo deja de ser la excepción y se convierte en algo habitual.

En los últimos años se han producido a escala global una serie de acontecimientos que han hecho replantearse el concepto VUCA; Cada vez más estudios reflejan este concepto como obsoleto, incapaz de reflejar la realidad de nuestro entorno.

Fenómenos como una pandemia global, o la crisis energética provocada por la invasión de Ucrania, unido a los altos niveles de tensión social que se ha alcanzado en algunos países donde hasta hace poco era impensable imaginar situaciones parecidas, hacen que el concepto VUCA se vea cada vez más como obsoleto, e incapaz de reflejar la realidad e la situación.

A partir de 2020, empieza a cobrar fuerza el término BANI en sustitución del anterior, en un intento de definir de una forma más exacta el contexto actual. El concepto BANI es definido por Jamais Cascio en su artículo “Facing the Age of Chaos” en 2016, donde explica una realidad de confusión y caos, que va mas allá de la incertidumbre que recoge el término VUCA.

El acrónimo BANI hace referencia a los conceptos de Fragilidad (brittle) Ansiedad (anxious), No Lineal (Non Linear) e Incomprensible (incomprehensible), definiendo de una forma más precisa, más realista - y quizá también más preocupante - la situación actual, el mundo en el que las empresas han de desenvolverse.

Por preocupante que pudiera parecer, lo cierto es que la definición de estos conceptos, nos permite entenderlos, asimilarlos, y tomar las medidas adecuadas para salir ahí fuera lo mejor preparados posible para enfrentar la realidad que nos ha tocado vivir.

Una de las primeras conclusiones que se puede extraer de todo esto es el hecho de que vivimos en un estado de cambio constante donde es difícil saber qué está pasando y porqué (de caos constante, dicen algunos) donde los planteamientos a largo plazo son difíciles de mantener, donde es necesario sentirse cómodo con la ambigüedad, donde la fragilidad del entorno nos obliga a la revisión continua de nuestra estrategia y a tener la flexibilidad suficiente (entendida como capacidad de adaptación continua) para poder tomar decisiones de forma ágil.

La mejor arma para enfrentar esta nueva situación (O no tan nueva ya) es la creación de equipos de confianza donde la capacidad de análisis cobra un valor fundamental.

Un Equipo Directivo se vuelve imprescindible, -Ya no cabe considerar que el CEO por si solo sea capaz de afrontar con garantías el escenario actual - Y debe contar con las capacidades y competencias necesarias para tomar decisiones en modo continuo, con la flexibilidad y la capacidad de adaptación que requiere el nuevo contexto, reconsiderando la estrategia corporativa tantas veces como sea necesaria, pero manteniendo a la vez el foco en lo importante.

Es imperativo ser capaz de conservar intacto el concepto de “Quienes somos” y Qué hacemos”, por mucho que revisemos el “Cómo lo hacemos”.

Pero, ¿Cómo podemos formar el equipo adecuado para afrontar unos retos que no conocemos? ¿Qué capacidades buscamos? ¿Cuál es el perfil del Directivo adecuado para abordar una situación que todavía no se ha producido?

En el contexto actual de escenarios de difícil comprensión, volátiles y complejos, cobra más importancia el rol del “Advisor”; La posibilidad de incorporar a nuestro equipo de forma ágil y rápida las capacidades necesarias para afrontar una situación particular se convierte en un “Súper-poder” que va a marcar la diferencia en cada decisión. 

Como CEOs debemos contar con un Equipo Directivo que nos ayude en la toma de decisiones con las mejores garantías, pero además, debemos ser capaces de añadir a nuestro Equipo los perfiles necesarios con la suficiente flexibilidad para garantizar que tomamos las mejores decisiones cada vez.

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