COMPETIR POR CALIDAD, NO POR ABARATAR*

COMPETIR POR CALIDAD, NO POR ABARATAR*

La competencia actual en la actividad inmobiliaria desafortunadamente con frecuencia no es por quién aporta mayor valor al cliente, sino por quien abarata más el servicio. Y esto puede ser debido a dos factores:

1.   La falta de información y conciencia del público sobre la importancia de contar con un profesional calificado a la hora de tomar decisiones que involucran su patrimonio y su futuro.

2.   La necesidad de mayor profesionalización y regulación de la actividad inmobiliaria en México, donde no se exige una licencia para brindar este servicio cada vez más especializado.

Respecto al segundo factor que más directamente nos atañe, aunque lentamente, ya se han logrado avances en el tema. El principal, es la calificación que otorga la AMPI como Profesional Inmobiliario Certificado, PIC, a aquellos que cumplan con ciertos requisitos y presenten un examen que abarca temas comerciales, fiscales, legales y notariales.  También la UNAM ofrece un diplomado muy completo de alto nivel en la materia y el ITAM cuenta con un postgrado en Derecho Inmobiliario.  

Sin embargo, falta subir un escalón más: que la certificación adquiera obligatoriedad por ley, lo cual tendría ventajas en diferentes aspectos.

Para empezar, daría mayor seguridad y certeza tanto a los propietarios que desean vender su casa, como a los clientes compradores, garantizándoles una asesoría profesional. Las empresas inmobiliarias certificadas, que incurren en mayores gastos de operación, ya no tendrían que competir con asesores improvisados que abaratan su comisión, precisamente porque no cuentan con una infraestructura adecuada, ni con sistemas de trabajo, ni con especialistas en materia jurídica, fiscal o comercial.

En segundo lugar, la reglamentación de la actividad inmobiliaria daría orden al mercado fomentando la exclusividad en la promoción de inmuebles a la venta, a través de dos elementos básicos:

1. un contrato privado de prestación de servicios que formalice las obligaciones de ambas partes y las condiciones acordadas.

2. la integración de un expediente con todos los documentos de la propiedad debidamente revisados y con el dictamen jurídico correspondiente que asegure su viabilidad para venderse.

Actualmente, sucede lo contrario, los propietarios creen que será más rápido y más barato para ellos, dar la promoción de su casa sin ningún contrato de por medio, a dos, tres y hasta más asesores, que en su mayoría desconocen si el inmueble es legalmente viable de venderse porque no recaban, ni revisan los documentos necesarios para hacer un dictamen jurídico, además manejan datos diferentes de la misma propiedad, ocasionan la proliferación de anuncios que confunden al público, traen clientes no calificados, y al final, todo esto retarda la venta del inmueble y si encima surge algún problema con los papeles, el cliente puede llegar a perder dinero.

Ante esta situación, a veces caótica de nuestro mercado, donde se compite ofreciendo un servicio no de mayor calidad sino más barato, es importante que como asesores inmobiliarios certificados continuemos actualizándonos con capacitación constante y participación en las asociaciones de las que somos miembros, como la AMPI, pues sólo a través de nuestra fuerza como un gremio organizado, serio y unido podremos subir un escalón más arriba para el reconocimiento de nuestra actividad.

*Publicado en la revista Enlace de la AMPI (Asociación Mexicana de Profesionales Inmobiliarios)


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