COMPRAR BIEN
La Unión Europea viene mostrando un interés creciente por garantizar un nivel elevado de seguridad de los consumidores cuando el público adquiere bienes que están a la venta en Europa. Para ello se centra principalmente en exigir que las empresas garanticen que los artículos que ponen a la venta sean seguros y dispongan de la información que permita identificar al fabricante, conocer su utilización segura y advertir de los riesgos inherentes, actividad que se traslada a los importadores y distribuidores. El principio de comercialización de productos seguros se complementa con un sistema de intercambio rápido de información gestionado por la Comisión que permite a las autoridades nacionales alertar rápidamente a sus homólogas sobre cualquier producto que entrañe un riesgo grave para la salud y la seguridad.
Comprar productos seguros es si duda una buena medida preventiva, pero comprar es una acción con una dimensión mayor, tal como dice el Papa Francisco “comprar es siempre un acto moral, además de económico”. Es por ello que los ciudadanos debidamente instruidos podemos convertir nuestra capacidad de compra en un buen instrumento de presión, para que las empresas se impliquen tanto en la producción de buenos productos, como en el cumplimento de las garantías sociales, laborales y medio ambientales.
Es importante que antes de comprar un producto nos informemos sobre quién es el fabricante, el importador o el distribuidor, algo que podemos hacerlo con una sencilla consulta en internet. La web del fabricante, la opinión de sus clientes y su dimensión social, nos podrá dar luz sobre el valor de sus productos, conviene siempre seguir a Machado para no confundir “valor” y “precio”, de esta forma comprar bien, además de reportarnos la legitima satisfacción de cubrir nuestras necesidades nos permitirá ser justos con los que se esfuerzan y rechazar a los peores que en nada o poco les importan las personas y el medio ambiente.