¿Por qué el factor humano necesita transformarse en foco de atención?
Según investigaciones recientes, las empresas del siglo XXI se enfrentan frecuentemente a desafíos que trascienden los objetivos relacionados con las estrategias que fortifican su presencia en el mercado. Esta mirada “hacia afuera” se está equilibrando con una mirada “hacia adentro”.
Las organizaciones están enfrentándose a necesidades internas sin precedentes. Necesidades que van más allá de la infraestructura necesaria para sostener las actividades de operación.
Altos niveles de insatisfacción, pérdida de motivación y falta de confianza, como así también la falta de compromiso, está generando niveles de estrés en aumento y al mismo tiempo su persistencia y prolongación trae como consecuencia el deterioro físico y psíquico de los empleados, produciendo la disminución en las fortalezas de las personas, grupos y equipos. Lo cual me lleva a concluir que existe un deterioro en el capital humano.
La buena noticia es que estos factores se han transformado en indicadores que están atrapando la atención de muchos líderes.
Pero... ¿por qué el factor humano necesita transformarse en foco de atención?
Desde la época de la revolución industrial, el trabajo en organizaciones se ha dividido en dos grandes grupos: 1. La Gerencia, tomando decisiones sobre qué se debe hacer y cómo: 2. Los Trabajadores, enfocados en ejecutar las tareas, muchas de ellas mecanicistas y rutinarias.
La empresa del siglo XXI cuenta con tecnologías que permiten la ejecución de muchas de las tareas en forma automática, transformando a la gerencia en liderazgo inspirador y a los trabajadores en roles activos en los procesos de toma de decisión, debido a la velocidad de los procesos, permitiendo el florecimiento de la creatividad, sentido crítico, desarrollo de la colaboración comunicación eficiente. Habilidades consideradas “blandas” son primordiales en el nuevo contexto.
Actualmente, son muchas las organizaciones que no encuentran de manera efectiva los caminos de armonía para adaptarse a los procesos acelerados de cambio y caen en el desequilibrio, confusión e inconsciencia organizacional. De aquí es que doy forma a mi hipótesis, la cual consiste en que no se potencia el mayor activo de una organización: las personas.
Si consideramos la definición tradicional de Organización, como: “Conjunto de personas que interactúan para obtener resultados”, podemos observar que la dimensión humana en la organización y todos sus niveles de complejidad son factores que todo líder consciente deberá tener en cuenta, incluyendo la calidad de las conversaciones e interacciones que definen la calidad de los resultados y el bienestar de las personas. La clave para mantener conversaciones efectivas es la conciencia, ya que solo a través de ella es que las personas, grupos y organizaciones pueden determinar la calidad de los resultados.
"Sólo la consciencia es capaz de proporcionar Humanidad a los actos humanos"
Es fundamental para poder “multiplicar valor”, ya que solo con consciencia es que es posible elevar nuestra calidad de pensamiento, adicionando así sabiduría al conocimiento.
Shell, Google, LinkedIn, entre otros centenares de pequeñas y medianas empresas, han descubierto el poder exponencial de las herramientas de Conscious Business, agregando valor a través de cultivar valores en la cultura empresarial.
A través de Conscious Business propongo potenciar el hacer humano, incorporando consciencia en el mundo de los negocios; donde la creatividad, la innovación, la confianza y la unión de los individuos; se convierten en los ejes principales para generar resultados sostenibles.
Artículo escrito con la colaboración de Stevens Sballay.