¿Conductor o Pasajero?

¿Conductor o Pasajero?

“La gente siempre tiende a culpar a las circunstancias por lo que son. Yo no creo en las circunstancias. La gente que sale adelante en este mundo es aquella que va a buscar las circunstancias que quiere, y si no las encuentra las crea”

Dorothy Canfiel Fisher -

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Es temprano por la mañana. Afuera la perfección abunda. Excelente clima. Tranquilidad total. Ese día inicia con el sonido del despertador, que por temas de la evolución pasó de ser aquella ruidosa y circular pieza metálica a un estilizado y moderno smartphone con sonido digital. Sin embargo, al primer sonar Percy opta por aplazar levantarse de la cama cinco minutos más. Minutos que, sin pensarlo, terminan convertidos en 15 largos dolores de cabeza y el inicio de una posible futura acidez gástrica debido al estrés de saber que probablemente llegará tarde a la oficina.

Corriendo se baña. Afeitarse le toma un poco más de tiempo. Corriendo se viste. Mas rápido aun, prepara un remedo de desayuno que a duras penas le quitará el hambre por la siguiente hora. Retraso tras retraso, los 15 minutos pasan de ser el inicio de su posible futura acidez gástrica a 25 minutos de inevitable futura gastritis medicada.

Percy sube a su carro, lo enciende, arranca. Acelera un poco más de lo normal para recortar tiempo, de hecho lo hace, y eso le da un poco de tranquilidad. Tranquilidad que acaba cuando llega a ese inevitable trancón. El mismo trancón que lo ha estado persiguiendo durante los últimos 10 años de camino al trabajo. ¿Que hacer? Maldecir, por supuesto. Insultar y gritar a todo aquel que se atraviese. Eso si, con el vidrio del vehículo arriba para evitar que alguien lo escuche. De esta manera los 25 minutos de inevitable futura gastritis medicada pasan a 40 minutos de inevitable y futura úlcera gástrica.

Por fin Percy logra llegar a su oficina. Tarde, pero llegó. Al fin y al cabo, eso es lo que importa. Bien lo decía el sabio…

“Mas vale tarde que nunca”.

Debido al retraso encontró el parqueadero copado y tuvo que dejar el carro a dos cuadras de su oficina. Dos cuadras!!! O lo que es lo mismo, 10 minutos mas. Que sumados a los 40 que ya tenía ahorrados para su inevitable y futura úlcera gástrica se convierten en 50 minutos de pensión voluntaria para su inevitable y futuro cáncer de colon, con restricción alimenticia de dulces, patacones, empanadas, churrascos, frijoles, café, leche y licor.

Al llegar, el jefe aborda a Percy con su habitual y expresiva sonrisa.

Buenas noches, señor Verant. - Saludó el jefe - Que bueno verlo por acá. Muchas gracias por honrarnos con su presencia. Si no ha desayunado, podemos darle un tiempito más para que vaya a la cafetería a comer alguito

Aunque la idea de la cafetería no era tan mala, Percy contesta de otra manera mas… “inteligente”. Al fin y al cabo, es uno de los más antiguos de la compañía, el más responsable y uno de los que más vende.

  • Buenos días jefe. Que bien se ve hoy. Que pena el retraso. Si supiera lo que me pasó, jummm. Ni para que le cuento

-- La verdad es que no alcanzo a imaginarme lo que le sucedió, pero cuénteme a ver si le entiendo

Este es el momento en el que Percy se convierte en Universidad y responde elevándole un poco el grado a su compañero de trabajo. Porque si, los jefes también son compañeros de trabajo.

  • Claro que si "doctor", de inmediato le explico

La imaginación de Percy, alimentada por todas aquellas películas vistas y juegos de video jugados, sumados a los debates presidenciales escuchados, viene corriendo a salvarle el pellejo. Escoge una a una cada palabra. Arma impecablemente argumento tras argumento. La historia que dirá será perfecta. Nada ni nadie podrá refutar lo que diga. Organiza principio y fin de manera que encajen sin problema. Y cuando ya la tiene lista, se lanza al abismo con ella.

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  • Doctor, me retrasé porque trabajé hasta tarde la noche de ayer en el informe para Presidencia, y esta mañana el despertador no sonó. Seguro es por la batería que ha estado fallando y no la he mandado a revisar por falta de tiempo. Usted sabe, el cierre de mes es realmente insoportable y no queda chance para nada. Además, después me agarró un trancón muy raro que ni se imagina. Y para terminar, llegué y no encontré espacio de parqueo. Creo que nos quedamos cortos con el parqueadero mi Doc, sería bueno revisar que puede hacer la compañía para ayudarnos con ese tema que ya se nos está saliendo de las manos; hasta nos toca parquear a dos cuadras de acá, en plena calle. Quien quita y un día de estos nos rallen el carrito.

El Doctor, el jefe, el compañero de trabajo, sonríe y luego suelta una carcajada.

-- Jajajaja, ay Verant, usted no cambia. Siempre vendiendo algo. ¿Sabe qué? Le tengo mucho aprecio. Y por ese aprecio que le tengo lo invito a la sala de juntas. Hay alguien allí con quien me gustaría que hablara. Estoy seguro de que le va a servir cualquier palabra que cruce con ese personaje. Tómese la mañana completa y regálese esos minutos con el. Su nombre es Paul y no le digo mas porque le daño la experiencia

  • Pero jefe, doctor, tengo muchas cosas que hacer, no tengo tiempo!!! Aun no termino el informe para presidencia

-- No se preocupe, Percy, yo me encargo. Adelante, lo esperan en la sala de juntas. -Finalizó el Doctor

El camino a la sala de juntas se hizo largo. La costumbre de quejarse por cualquier cosa hizo tortuoso el trayecto. El estrés se convirtió en curiosidad y la curiosidad en ansiedad. Percy bien pudo tomar el ascensor para subir al piso de la sala de juntas, pero prefirió hacer los cuarenta y ocho escalones hasta el nivel indicado; el tercero.

La sala de juntas era bastante amplia y majestuosa. Tan majestuosa que le llamaban “EL TEMPLO”. Su iluminación era natural, y en ocasiones podía sentirse como si la misma Bóveda Celeste se abriera sobre su techo. El saludo principal te lo daban dos columnas en la entrada, y si contabas bien, habían otras diez repartidas entre los dos lados; en total eran doce las columnas. Sobre el borde superior de la pared detallabas un cordón con doce nudos y un par de borlas repartidas entre los dos extremos que caían sobre las dos columnas principales de la entrada. Al centro había una gran mesa con un intercomunicador triangular, alto y grande, que parecía un altar, debajo del cual se guardaba siempre el manual de uso y un par de herramientas para su mantenimiento. La silla principal de esta gran mesa central se encontraba al oriente de la sala, y las demás sillas de tamaños, colores y formas diferentes estaban repartidas alrededor. Fueron muchas las bromas que se hicieron sobre EL TEMPLO y sus columnas. Que los doce meses del año, que los doce signos del zodiaco, en fin. Realmente era mágico. Había rumores que había sido diseñada por un Gran Arquitecto de talla Universal.

Al llegar a la sala esta se encontraba vacía, salvo por un desconocido personaje sentado en la silla principal. Percy pensó que el tipo era bastante atrevido. Esa no era su silla. Esa era la silla de presidencia.

-- Adelante - Dijo el barbado hombre sentado en la silla - Mi nombre es Victor Maestre

  • Gracias, muy amable. Buenos días tenga usted. Contestó Percy 

Los saludos iniciales fueron bastante solemnes y respetuosos. Como de costumbre. Percy se relajó de inmediato ante la extraña familiaridad y confianza con la que le hablaba Victor. Los primeros tres minutos fueron solo risas y carcajadas. Luego, llegó el momento de hablar. Hablar en serio.

-- Mi amigo Percy - inició Victor - me agrada mucho charlar contigo. Salta a la vista la calidad de persona que eres. Amable, divertido, descomplicado. Eso sin mencionar los excelentes comentarios que he recibido al respecto de tu honestidad, rectitud y entrega a la compañía. Te portas con los demás como si fueran tu familia, tus hermanos. Es realmente admirable tu actitud y tenerte con nosotros es un verdadero honor.

  • Gracias Victor. Créeme que todo lo hago con mucho gusto y sin la menor de las molestias. Pero no entiendo a que se debe todo esto. ¿A que viene esta imprevista reunión? Y sobre todo, contigo, quien hasta hace unos minutos eras un perfecto desconocido para mi.

-- Entiendo lo que dices Percy, tus preguntas son apenas lógicas. Y de inmediato te explicaré el porque de nuestra reunión.

Victor se acomodó en su gran sillón, ubicó sus brazos a cada costado, pegó su espalda al respaldo de la silla, e inició su discurso.

-- Mi querido hermano Percy, esta conversación que tendremos hoy, será de gran provecho para ti, y espero que sirva para sentar las bases y el inicio de un nuevo y mejorado actuar en ti. Aclaro que no estoy diciendo que tu actuar haya sido por completo errado, solo que de ahora en adelante, será mucho mejor. Seguramente has escuchado aquella frase que dice que “nadie es perfecto”, y es cierto, pero eso no quiere decir que nos rindamos a la flojera de no buscar la perfección. Nuestra conversación será corta pero muy sustanciosa y enfocada en la siguiente pregunta:

“¿Eres el Conductor o el Pasajero de tu vida?”
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  • ¿Conductor o Pasajero? Que es eso? – Dijo Percy, sin poder ocultar su mirada de asombro

-- Si, Conductor o Pasajero, así como lo oyes - Dijo el siempre sonriente Victor, quien tomó un profundo respiro y continuó su explicación.

Es sencillo Percy, la vida nos presenta situaciones, retadoras o no, en las cuales decidimos que actitud tomar. La actitud de Pasajero, nos lleva a creer que nuestra vida es consecuencia de factores externos, con culpables por doquier, esperamos que las cosas pasen y siempre somos las víctimas ante los demás. Abundan las quejas por todo; si el día está soleado, nos quejamos. Si está nublado, nos quejamos. Si llueve, nos quejamos también. La actitud de Pasajero termina siendo siempre de Pasividad.

  • ¿Y yo soy así? – Reclamó Percy.

-- Si me lo permites, contestaré a tu pregunta con otras preguntas, las cuales te pido respondas mentalmente.

Victor se acomodó nuevamente en su silla e inició con su formulario.

-- Querido hermano Percy, tomemos tu retraso de hoy como un ejemplo. Mas específicamente la explicación que diste del porqué sucedió.

-- Llegaste tarde porque tu despertador no sonó? O porque cuando sonó decidiste continuar durmiendo? El trancón, que te retrasó aun mas, crees realmente que fue raro? o fue el mismo trancón que se ha presentado día tras día desde hace diez años que laboras para la compañía? Mejor aun, porque vas a la oficina en tu vehículo y no en transporte público? A pie? O en bicicleta? Con cada explicación que diste reforzabas tu posición de víctima. El culpable siempre fue el otro, nunca tú. Fue la vida la que te puso allí y no tú quien lo decidió. Te quejaste por la falta de espacio de parqueo, antes que agradecer que la compañía tiene el parqueadero que otras no tienen. A cada explicación fuiste tú, como pasajero, quien hablaba.

  • Pero todo fue cierto, lo que dije fue solo la verdad – Dijo, una vez mas, el asombrado Percy.

-- No digo que no lo fuera – Sonrió Victor – Lo que trato de mostrar es tu posición ante los hechos. Mira la diferencia si hubieses dicho que tu retraso se debió a que te levantaste tarde. De esa manera tomas posición de Conductor, no de Pasajero. Y si decías, conscientemente, que te retrasaste aún más porque te equivocaste al pensar que encontrarías la vía despejada y no fue así. Nuevamente Conductor en vez de Pasajero. ¿Y qué tal si ante el retraso por tener que parquear lejos decías que fue un error venir en tu carro sabiendo que el parqueadero se satura entre más tarde se haga? ¿Notas la diferencia? Cambiaste quejas y culpa a los demás, por un discurso donde asumes la responsabilidad de tus actos. Te reconoces como el protagonista de tu vida, tomas la iniciativa ante las soluciones a tus problemas, haces que las cosas pasen. Es decir, tomas poder de tu existencia y eres activamente el Conductor en el bus de tu vida.

  • Entiendo Victor, entiendo el mensaje – Aceptó Percy.

-- Mi querido hermano Percy, toma esta conversación simplemente como un grano adicional que agrego a la playa de tu crecimiento y perfeccionamiento como persona. Tu llegada tarde fue solo un ejemplo que quise tomar, pero el discurso aplica para todo en tu vida. Aplica para decidir que ropa te pones, la comida que comes, si haces o no haces ejercicio, si visitas o no visitas a tus padres. Aplica para que decidas con que personas te juntas. Lo que estudias. El vehículo que conduces o que no conduces. Aplica para escoger tu pareja. Aplica también para decidir si quieres continuar o no con ella. Aplica para decidir si quieres quedarte en esa silla o por el contrario si quieres levantarte y caminar, aun cuando un médico te haya dicho lo contrario. Es decir, aplica para todo aquello que quieras que realmente suceda.

Victor, miró con bondad a Percy y se despidió diciendo

-- Gracias Percy por tu tiempo y por tu escucha, creo que ya llegó el momento de marcharme, es media noche para mi.

  • ¿Media noche? ¿Cómo así? Medio día, querrás decir – Sonrió Percy

-- No, para mi ya es media noche, yo se a que me refiero, y espero que pronto sepas tu también porque lo digo.

  • Una última pregunta, Victor, si me lo permites – Se apresuró Percy a decir.

-- Claro que si, la que quieras.

  • A que te dedicas? Cual es tu profesión? Es que nunca te había visto por acá.

-- ¿Yo? Yo soy arquitecto – Respondió sonriente Victor - Y se marchó.


Querido lector, ¿eres conductor o pasajero en tu vida? Te empoderas de tu crecimiento personal? Cual es tu papel en tu familia? en tu trabajo? en la sociedad?

Un abrazo, y recuerda que es hora de empezar a conducir.


CAQ - Meraki Consultores



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