Conecta con eso que quieres

¡Me mola escribir!

La verdad es que me divierte.

Al principio me costaba bastante más.

Pero me voy dando cuenta de que me va saliendo casi solo.

Y, lo que es más divertido, que a veces veo mi entorno en formato post o newsletter jaja

A ver, no soy tan friki como te piensas. Bueno, o sí. jaja

El tema es que cuando tengo conversaciones o me pasan cosas, me viene a la cabeza esta idea: “esto es un correo”.

¡Cómo está el patio! Bueno, un poco de la olla igual sí que estoy jajaja.

Pues te cuento lo me pasó hace unos días.

Quedé a tomar un cafetito virtual con un amiguete al que hacía tiempo que no veía.

Ya no vive en los Madriles y es más complicado coincidir. Aunque todo se andará.

Pues la cosa, que estábamos hablando un poco de todo y nada.

Y en esas, me casca esta frase: “Siento que llevo años luchando en el trabajo por los sueños de otro”.

Ohhhhhhh

Pues sí, me vino esa idea: “Esto me da para un buen correo”.

Pero más allá de eso de ver la vida en correos electrónicos o en posts.

Me dio pena eso que me decía mi amiguete, la verdad.

Y pensaba en la “suerte” que tengo de tener claro lo que quiero y estar yendo a tope a por ello.

Aunque no siempre sea sencillo.

Y también tenga días de M, como todo hijo de vecino. A ver qué te crees…

Pero el caso es que pensaba que esa sensación es probablemente la que yo tenía en su día.

Cuando trabajaba en banca.

Al menos en mi última etapa.

Aunque yo no lo hubiera verbalizado así ni de broma.

Yo sentía que no me veía allí a largo plazo.

Que me estaba faltando algo, que quería descubrir.

Y que la ilusión y las ganas se me iban desvaneciendo.

Dejando paso al agotamiento.

A esperar el finde como si no hubiera un mañana.

Pero llegar a él hecha una piltrafa, únicamente con ganas de tirarme en el sofá y ponerme una serie de encefalograma plano.

Y que me dejaran en paz

Y el punto es que no hace falta llegar a ese punto. Valga la redundancia.

Y que tampoco hace falta reinventarse ni emprender para verle un sentido a lo que haces.

Ni para disfrutar.

Y que el que eso suceda no es suerte. ¡Qué va!

Eso se lo trabaja uno.

“Simplemente” se trata de reconectar contigo.

De darte cuenta de para qué trabajas, qué es lo que buscas, qué te mueve.

Qué valor aportas, en qué lo petas, qué cosas disfrutas y haces realmente bien.

En qué eres absolutamente diferente al resto.

Descubrirte para ver las cosas de otra manera.

Para llevar a cabo tu trabajo desde otro sitio.

Con otra perspectiva.

Y cuando haces eso, tu trabajo cambia.

Bueno, tu trabajo no cambia.

Pero tú lo ves diferente.

Y lo haces diferente.

Y los demás te preguntan qué has hecho.

Te puedes lanzar a reflexionar sobre toda esa información tú solo y ver qué pasa.

Seguro que algo sacas.

Aunque evidentemente no será ni parecido a lo que podrías sacar con las herramientas que yo pongo a tu disposición en mi proceso de coaching de Faro profesional.

Te dejo aquí la solución para dejar de estar luchando por los sueños de otros.

Un abrazo grande,

Sol

PD1: Aviso a navegantes, voy a reducir el número de procesos de Faro Profesional que hago porque arranco con un par de cosas muy chulis. Ya os iré contando.

PD2: Para empezar a sentir que luchas por lo que tú realmente quieres en tu trabajo, es por aquí.