Conectar y colaborar para el despegue regional

Si bien los nuevos anuncios de Gobierno dan a entender que la pandemia al fin estaría superada, los efectos de esta inédita crisis sanitaria iniciada ya hacen lejanos 30 meses, al parecer nos continuarán acompañando por un buen tiempo.

Y no me refiero solo a los impactos en la salud de las personas, donde nuestra Región concentra a la fecha el 10% de los contagios y las muertes a nivel nacional, sino sobre todo a las consecuencias menos evidentes pero quizás más profundas de esta disrupción: su influencia en nuestros modos de convivencia, en la educación, el ocio e incluso en la propia salud mental; sus efectos en el empleo, el emprendimiento y, en general, en nuestra matriz productiva regional, limitando seriamente a algunos sectores claves o modificando formas históricas de producir y proveer bienes y servicios en otros.

Como se observa, no ha sido menor el efecto de la pandemia en esta región, que concentra en sus 38 comunas actividades tradicionales tan diversas como la minería, el comercio, la industria, la agricultura, el transporte y la logística-portuaria, combinándolas con otras actividades económicas en franca consolidación como el turismo, la innovación y la gestión del conocimiento.

Y así, como a lo largo de las últimas décadas, nuestra región se ha transformado en un pilar clave del país, en términos demográficos, productivos, en carga impositiva y en aporte al PIB, entre tantas otras dimensiones, no es menos cierto que la realidad apunta a que en estos últimos tres años -si alcanzamos a sumar los impactos de la crisis social previa a la pandemia- también este territorio se ha estancado en un letargo extendido y preocupante.

Áreas sensibles como el comercio, el turismo o la logística -con cifras a la baja en términos de ventas, ingresos o de carga movilizada durante 2020 y 2021- dan cuenta de esta alarmante realidad, pese a nacientes señales de recuperación. Un presente que hoy demanda más que nunca un aliciente reactivador de nuestra Región de Valparaíso que ponga a funcionar otra vez sus motores de desarrollo.

La Agenda de Reactivación a nivel país impulsada por el Gobierno, sin duda constituye un buen inicio que, sin embargo, debe ser complementado por un sostenido esfuerzo público-privado con sentido local y que involucre a todos los actores con incidencia en lo que ocurre en la región.

Aquí, todos deben sumar sus esfuerzos: desde la academia y los centros de estudios, el mundo público e institucional del Estado, las organizaciones civiles y comunitarias, y por cierto el ecosistema gremial y empresarial, del que nuestra Asociación de Empresas de la Región de Valparaíso (ASIVA) forma parte.

No existen soluciones mágicas, por cierto, pero debemos ayudar en este despegue regional. Desde nuestra asociación gremial estamos firmemente convencidos de que una fórmula concreta y plausible para iniciar el camino a la recuperación es a través del trabajo firme y sostenido, pero sobre todo de la colaboración.

El trabajo en red, conectándose con otros -incluso con quienes uno solía “competir”-, aprendiendo de los demás, sumando fortalezas y consensuando formas de gestionar las debilidades en apoyo mutuo, resulta hoy un camino imperativo para sacar adelante a nuestras empresas, ciudades y sus habitantes.

Este sello colaborativo, de buscar soluciones en consenso y potenciar un conocimiento común, está enraizado en la esencia del Summit Empresarial “Conectados”, organizado por ASIVA con el apoyo de CORFO y que, del 4 al 6 de octubre próximo, volverá a reunirnos presencialmente en torno a esa búsqueda incesante de cómo reactivamos la fuerza emprendedora y creativa de nuestra región.

Este viaje debe ser con otros y por otros, más aún después de un periodo difícil y desafiante como la pandemia, que tendió a alejarnos de los demás. Nuestra invitación abierta es a reencontrarnos en este evento y, en colaboración, rearticular la hoja de ruta que tiene que desplegar a la región a su máximo potencial.