CONOCIENDO LA MEDIACIÓN ESCOLAR DE CERCA.
Tuve la oportunidad de conocer de cerca, el funcionamiento de los Programas de Mediación Escolar de 2 centros educativos de la provincia de Pontevedra. Fue a principios de 2019, con ocasión del Trabajo Fin de Máster con cuya defensa finalicé mi participación en el Máster en Mediación, Negociación y Resolución de Conflictos en la Universidad Carlos III de Madrid. El tema de investigación elegido fue “La mediación entre iguales en el ámbito escolar: herramienta educativa para la gestión y resolución de los conflictos entre el alumnado: regulación y puesta en práctica”.
Este acercamiento me permitió llegar a las siguientes reflexiones:
1º.- ALTO NIVEL DE DEDICACIÓN DEL PROFESORADO.
Poner en marcha un Programa de Mediación entre iguales y coordinar su funcionamiento es una labor que exige mucho tiempo y trabajo. Una de las dificultades apreciada, fue la falta de reconocimiento al profesorado de esta dedicación, con “horas de guardia” por ejemplo. En uno de los centros estudiados, la persona encargada del Programa sí tenía reconocida su dedicación al Programa con 2 horas de guardia mientras que en el otro caso no.
Me llamó la atención esta falta de reconocimiento, teniendo en cuenta que un Programa de Mediación entre iguales, colabora en la consecución del principio inspirador del sistema educativo y objetivo a lograr en todos los niveles educativos, consistente en enseñar al alumnado la habilidad de prever y resolver los conflictos.
2º.- VISIÓN DEL CONFLICTO EN LA COMUNIDAD EDUCATIVA.
Predomina la connotación negativa del término “conflicto”. Así las cosas, creo que cobra mayor sentido la apuesta de reconocer el derecho del profesorado, a recibir formación en materia de convivencia escolar y mediación. Esta formación colaboraría a cambiar la visión del conflicto y de su tratamiento.
3º.- NO NECESARIO NIVEL GRAVE DE CONFLICTIVIDAD.
No es requisito imprescindible que un centro escolar tenga un ambiente conflictivo para implantar un Programa de Mediación entre iguales. Quienes afirman que es necesaria la existencia de un cierto nivel de conflictividad, se olvidan de la labor pedagógica- educativa de la mediación, por las habilidades y capacidades sociales y de comunicación que se ejercitan en el alumnado; el beneficio individual y social para la gestión de sus conflictos futuros en el ámbito familiar, personal, laboral o social, y dota del valor añadido de las habilidades que demanda el mercado laboral.
4º.- RIESGOS A EVITAR.
He apreciado la existencia de 2 riesgos que pueden impedir que un Programa de Mediación entre iguales tenga éxito. El primero es tener una visión cortoplacista, es decir, pensar que una metodología tan reciente en España, vaya a ser aceptada y pueda implantarse de forma rápida. Porque entonces es fácil que cunda el desánimo ante la falta de resultados inmediatos y se opte por abandonar. El otro riesgo, es que la Mediación no forme parte del ADN del Centro (Proyecto Educativo, Plan de Convivencia) y solo perdure mientras en el centro esté la persona impulsora y le dure el entusiasmo.
Por lo expuesto, con la vista puesta en la consolidación de la Mediación escolar dentro de los centros educativos, es aconsejable tener una visión a medio- largo plazo de sobre lo que se vaya a hacer y abogar por medidas que vayan encaminadas a crear un sólido vínculo entre el Centro y la Mediación.
5º.- AYUDA EN UNA MEJOR GESTIÓN DE LAS RELACIONES FAMILIARES (PADRES- HIJOS ADOLESCENTES).
La Mediación entre iguales no solo va a proveer a los niños/as y adolescentes de medios para gestionar los conflictos con sus compañeros/as, ya que esas mismas herramientas (asertividad, empatía, escucha activa) podrán utilizarlas en los conflictos que tengan en casa (tan propios y comunes especialmente en la etapa adolescentes). En consecuencia, no es descabellado afirmar que la Mediación entre iguales pueda ayudar a mejorar el bienestar familiar.
6º.- ABONO PARA EL ÉXITO DE LA MEDIACIÓN ADULTA.
Actualmente, uno de los argumentos más utilizados para explicar los motivos por los que la Mediación no arraiga en la sociedad adulta, es aquel que dice que somos ciudadanos adultos con cultura de litigio. Si por el término “cultura de”, entendemos el resultado de un aprendizaje de hacer las cosas que se ha interiorizado a lo largo de la vida; entonces, sería posible revertir la situación, si se pone a disposición del alumnado que hoy ocupa las aulas de nuestro país -futuros ciudadanos adultos de mañana- herramientas como la Mediación entre iguales, que les permita aprender a gestionar y resolver sus conflictos de una forma pacífica, colaborativa y proactiva.
Docente - Mediadora
8 mesesMuchisimas gracias por compartir tu experiencia. Soy docente en escuela secundaria y ademas soy abogada mediadora en el Servicio Publico de Mediación del Poder Judicial de la Provincia del Chubut (Argentina) y esoy comenzando a elaborar un proyecto para implementar la mediación en las escuelas. Te recomiendo la lectura de Ana Pradwa sobre el tema, muy interesante la mirada que excede la de la formación de estudiantes mediadores. Cariños.