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¿SE TRATA DE UNA CRISIS TEMPORAL O DE UN PROBLEMA DE MODELO DE NEGOCIO?

Cuando las cifras de la empresa comienzan a dar dolores de cabeza  puede ser por varias causas:

-          Estamos ante una crisis temporal que nos afecta como a otros

-          Tenemos un  problema con nuestro modelo de negocio

-          Ambas cosas. Nos afecta la crisis y nuestro modelo no es el más adecuado para resistir.

Ante esta situación y como empresarios podemos actuar de diversos modos, entre ellos:

-          Coger un paraguas y esperar a que termine el chaparrón

-          Analizar si mi problema es de modelo de negocio

-          Dada la crisis tomar las medidas oportunas y aprovechar para mejorar  mi modelo de negocio adecuándolo a las nuevas circunstancias.

Es evidente que la última respuesta es la más adecuada, pero también la más difícil, sobre todo para una PYME. Ante la tormenta combinada de caída de ventas, impagos, incremento de costes de nuestros costes, subida de tipos de interés etc. hacer un diagnóstico certero tiene una gran dificultad. Pero vamos a ver algunas de tareas que podemos llevar a cabo.

Una es analizar la evolución y las previsiones de nuestro G.O.P (Gross Operating Profit) o beneficio  de nuestras operaciones. Pero no concibiendo este como una fórmula matemática o contable, si no como un ratio personal y a medida de cada empresa. Por decirlo en román paladino, aquello que depende en exclusiva de nosotros, de nuestra gestión, de lo que hacemos y como lo hacemos por nosotros mismos. Hay que definir el G.O.P. propio de la empresa para luego descomponerlo, desmenuzarlo, para analizar, de manera muy objetiva,  donde podemos mejorar y que componentes requieren de una modificación de nuestro modelo de negocio.

Es muy importante, por otro lado realizar unas correctas previsiones de tesorería mensuales y anuales. El cuadro de tesorería ha de ser una herramienta flexible, con actualizaciones al menos semanales, que también ha de servir para hacer análisis con los datos obtenidos en la terea anterior. Así mismo nos servirá de alarma por si en algún momento el pago de la deuda corriera peligro.

En tercer lugar constatar cómo hemos  ido configurando nuestra gestión de costes. Los años de bonanza y dinamismo económico hacen que las empresas tengan tendencia a  comercializar  sus productos sobre bases y estructuras de costes medios. Tal vez  haya llegado el momento de analizar si no sería más adecuado trabajar sobre una estructura de costes e ingresos marginales.  Esto tiene una gran relevancia ya que la actividad comercial de la empresa ha de ser muy distinta en uno y otro escenario. La actividad comercial se tiene que adecuar al modelo de ingresos y costes que establezcamos; medios o marginales.

En estos procesos es importante contar con la ayuda de un tercero y superar la más que segura resistencia al cambio por parte del equipo. No hay tiempo que perder.

 

José Antonio García-Albi

Carrington Asesores SL

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