CONTROL A LA MENTE
Saber escuchar es muy difícil, saber hablar es más fácil. Sucede que cuando se escucha, se necesita estar abierto a lo nuevo, con la mente espontánea, libre de conceptos, de prejuicios, etc., más sucede que el Ego, el Yo, el mí mismo, no sabe escuchar, todo lo traduce en base a sus prejuicios, todo lo interpreta de acuerdo a lo que tiene almacenado en el Centro Formativo o Memoria, y se llama así porque allí tiene lugar la formación intelectual de los conceptos. Entendido esto, se hace urgente aprender a escuchar con mente nueva y no repitiendo lo que está almacenado en la memoria.
Se hace necesario auto-conocernos un poco más dentro de lo intelectual. ¿Por qué reaccionamos ante la palabra de un semejante? En estas condiciones nosotros siempre somos víctimas. Si alguien quiere vernos contentos, basta que nos dé unas palmaditas en el hombro y nos diga algunas palabras amables. Si alguien quiere vernos disgustados, bastaría que nos dijera algunas palabras desagradables. Entonces, ¿dónde está nuestra verdadera libertad intelectual? Dependemos de los demás, somos esclavos, nuestros procesos psicológicos dependen de otras personas, no mandamos en estos procesos y esto es terrible.
Ni los maestros y maestras, ni los padres de familia, ni los libros, quieren enseñar cómo pensar. A la gente, lo que le encanta es obligar a otros a pensar de acuerdo como creen que debe ser, y es claro que cada cual en esto, es un dictador a su modo, cada cual se cree su última palabra, cada cual cree firmemente que todos los demás deben pensar como él, porque él es lo mejor de lo mejor.
El camino de la sabiduría consiste en inquirir, analizar, meditar y experimentar. La Verdad es cuestión de experimentar, vivenciar, comprender. Todo esfuerzo, en última síntesis, debe llevar a la experiencia de lo Real, de lo Verdadero.
Recomendado por LinkedIn
Nuestra mente sensual que utilizamos todos los días elabora sus conceptos de contenido con los datos aportados por los cinco sentidos, y con ellos forma sus razonamientos. Nada podrá saber, la mente sensual, sobre Lo Real, sobre los Misterios de la Vida y de la Muerte, sobre la Verdad, sobre Dios, etc., pues, ¿de dónde podría sacar esa información, si su única fuente de información son los datos aportados por los sentidos? Obviamente no tiene poder para conocer lo venido de “Lo Alto”.
Pero vamos un poco más lejos; hay una Mente Intermedia. En esa Mente Intermedia, encontramos las creencias religiosas de todo tipo.
Obviamente, los datos aportados por las religiones, al fin y al cabo, tienen cabida en la Mente Intermedia. La Mente Intermedia es diferente, sin embargo, tampoco sabe nada en forma directa sobre lo Real, se limita a creer y eso es todo.
Y por último existe la Mente Interior. La Mente Interior en sí misma y por sí misma, funciona exclusivamente con los datos aportados por la Conciencia Superlativa del Ser; la Mente Interior no podría jamás funcionar sin esos datos que le proporcionan la Conciencia Interior del Ser. Pensemos en abrir la Mente Interior. ¿Cómo la abriremos? Pues sabiendo Pensar Psicológicamente, así se abre la Mente Interior, y ésta funciona con los datos de la Conciencia Superlativa del Ser. Entonces se experimenta, gracias a esto, la Verdad de los diversos fenómenos de la Naturaleza. La Mente Interior sólo puede funcionar con los datos que aporta la Conciencia Cósmica del Ser.