COP29: un paso decisivo hacia el futuro climático
La @COP29 Azerbaijan acaba de finalizar en Bakú, Azerbaiyán, y estos fueron los puntos más relevantes. Esta cumbre ha reunido a líderes mundiales, representantes de gobiernos y organizaciones de la sociedad civil para abordar la urgente crisis climática, dejando temas claves que las empresas no pueden ignorar si desean mantenerse competitivas en un entorno global cada vez más comprometido con la acción climática.
Entre los acuerdos más destacados, se encuentran el compromiso de acelerar la transición energética, impulsando el desarrollo de energías renovables y la descarbonización de sectores industriales estratégicos, así como la definición del Nuevo Objetivo Colectivo Cuantificado (NCQG) que reemplazará la meta actual de US$100.000 millones anuales. Se espera que las inversiones necesarias para los países emergentes asciendan a 1,3 billones de dólares anuales para 2035, con un énfasis en el apoyo a pequeños productores para reforzar la seguridad alimentaria y evitar migraciones. En el momento de edición de este newsletter, aún se encuentra en borrador y a la espera de definiciones sobre los mecanismos, montos, aportantes e instrumentos financieros. En este sentido, iniciativas como el Fondo Hemisférico para la Resiliencia y la Sostenibilidad de la Agricultura (FoHRSA), anunciado por el IICA y la Iniciativa Climática Baku Harmoniya para Agricultores están destinadas a ayudar a los productores a acceder a seguros y nuevas tecnologías.
La COP29 también logró un avance significativo en el establecimiento de un mercado global de carbono bajo el Artículo 6.4 del Acuerdo de París, que establece un mecanismo para crear un mercado global de carbono con reglas claras y una estructura centralizada, para restaurar la confianza y la eficacia en el sistema. Los referentes más optimistas esperan que este mecanismo se encuentre operativo a mediados del año que viene. Las negociaciones sobre el Artículo 6.2, que trata sobre el comercio directo de créditos de carbono entre países, continúa en expansión, con algunos países expresando preocupaciones sobre los procedimientos de toma de decisiones.
Otro tema crucial fue la reducción de las emisiones de metano, donde treinta países, incluyendo Brasil, Colombia y México - responsables de casi el 50% de las emisiones mundiales de metano proveniente de residuos orgánicos - se comprometieron a establecer objetivos sectoriales de reducción de metano en sus futuras Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional. Los desechos orgánicos son una de las principales fuentes de emisiones de metano, y se espera que este compromiso siente un precedente para abordar este problema de manera más efectiva.
En el caso de Argentina, la retirada de la delegación del país durante las negociaciones generó controversias y fue vista como un retroceso en la política ambiental y climática. Además, se puso en cuestión la falta de explicaciones sobre la decisión y la violación a la Ley de Presupuestos Mínimos de Adaptación y Mitigación al Cambio Climático. La delegación había mantenido un perfil bajo en la COP29 y no se habían programado reuniones abiertas con la sociedad civil como en años anteriores.
Si bien se discutió, por el momento Argentina no se bajaría del Acuerdo de París.
Sin embargo, es importante destacar que la participación de actores subnacionales, como gobiernos provinciales y coaliciones regionales subsoberanas, sigue siendo clave en la lucha contra el cambio climático, demostrando su compromiso con la agenda climática, incluso ante retrocesos a nivel nacional.
Para el sector privado argentino, estas decisiones se traducen en nuevas oportunidades y desafíos. Las empresas deberán evaluar sus cadenas de valor, aumentar la transparencia de sus acciones climáticas y trabajar en colaboración con gobiernos y otras organizaciones para alcanzar las metas establecidas.